¿Es malo dar el pecho acostada?
La lactancia genera siempre muchas dudas. ¿Se puede dar el pecho acostada o esta postura puede perjudicar la lactancia?
Tanto si es la primera vez que te enfrentas a la lactancia como si ya tienes experiencia en ella, dar el pecho puede convertirse en un reto. Lo que funciona con un bebé no tiene por qué funcionar igual con otro y la frecuencia de las tomas, la postura para amamantar o la forma en la que el bebé agarra al pecho son elementos definitivos para una lactancia eficaz sin que se convierta en una tortura.
¿Es recomendable dar el pecho acostada o puede resultar una postura dañina para la lactancia? Valoramos pros y contras.
¿Es malo dar el pecho acostada?
La respuesta corta es que no es malo dar el pecho acostada, lo que ocurre es que hay algunas cuestiones que hay que tener en cuenta.
Tumbarse en la cama o en el sofá con el bebé al lado es una postura muy cómoda para las mamás, sobre todo en las tomas de la noche y cuando el agotamiento ha alcanzado sus niveles máximos. La cuestión es que hay mucha polémica respecto a esta posición para lactar porque hay voces que aseguran que podría perjudicar la digestión del bebé y otras que la consideran una postura muy adecuada.
Por un lado, se trata de una postura relajante tanto para la madre como para el bebé porque no hay tensión y la mujer se libera el peso del niño mientras se favorece el descanso de las extremidades. Ideal cuando el llanto de tu hijo indica que es momento de una toma a horas intempestivas de la madrugada, cuando estabas alcanzando, por fin, tu mejor etapa del sueño.
Además, dar el pecho tumbada es una de las mejores opciones cuando todavía nos estamos recuperando del parto, sobre todo en el caso de una cesárea o una episiotomía en la que aún molestan los puntos de sutura al sentarse.
Lo que ocurre es que esta postura puede resultar muy cómoda, pero nada adecuada si el bebé tiene tendencia a regurgitar o tener reflujo. Independientemente de la postura, algunos niños en sus primeros meses de vida presentan más dificultades para tragar correctamente y tienden a regurgitar con frecuencia. Esto se debe a un problema súper común llamado reflujo gastroesofágico o reflujo infantil que hace que el alimento que llega al estómago vuelva al esófago sin digerirse y que suele desaparecer en cuanto el sistema digestivo del niño madura.
Así pues, cuando un bebé tiene este problema de forma acusada, lo más recomendable es que coma ligeramente incorporado para que la gravedad favorezca una correcta digestión, por lo que tomar el pecho o el biberón en horizontal no es lo más adecuado en estos casos.
Otro inconveniente de dar el pecho acostada, mucho menos frecuente, podría ser la posibilidad de que, al lactar con la cabeza de lado, aumente el riesgo de que la leche materna llegue al oído del bebé, provocando algún tipo de infección en esta zona. Pero, como decimos, este problema es poco habitual.
Tips para dar el pecho tumbada
Si la postura horizontal con el bebé al lado te resulta cómoda o placentera para amamantar a tu hijo o te estás recuperando del posparto y esta es tu mejor opción, ten en cuenta estos consejos para mejorar la lactancia acostada:
- No trates de forzar ninguna postura en la lactancia y tómate tu tiempo para asegurarte de que los dos estáis cómodos antes de empezar a amamantar porque puede generar estrés al bebé y problemas en tu pecho, como grietas o mastitis.
- La posición es importantísima para favorecer la lactancia: ponte completamente de lado, con el pecho sobre la cama y a tu hijo muy cerca de ti y en la misma postura, justo para que su nariz esté a la altura de tu pezón.
- Para estar más cómoda y evitar lesiones o tensión en el cuello, puedes colocarte una almohada debajo de la cabeza.
- Lleva bien el control para saber en qué pecho corresponde cada toma y para que el bebé no coma demasiado o demasiado poco.
- Intenta no quedarte dormida mientras el bebé está lactando para poder estar pendiente en todo momento de él y reaccionar en caso de que se atragante o regurgite.
- Nada más terminar cada toma, coge en brazos al bebé e incorpóralo durante bastante rato para que pueda eructar y para evitar los reflujos.
- Vigila tu alimentación mientras estás lactando.
- Si tu bebé no está relajado en esta postura o percibes que no se está alimentando bien, experimenta con otras formas de dar el pecho. En el caso de que los reflujos sean demasiado continuos, consulta con el pediatra lo antes posible.