¿Sexo vainilla? Las relaciones «de toda la vida», a debate con Betsa Bermúdez en Escuela de Calor
¿Hemos dejado en un lugar injusto el «sexo de siempre»? Lo analizamos y quemamos mitos en Escuela de Calor, el podcast de Bloom.
¿Sabes cuál es el sabor del helado es el más demandado? Efectivamente: vainilla. Es un clásico que no pasa de moda y que parece acompañar perfectamente cualquier otro. Si nos llevamos este concepto al sexo, que es uno de los temas que nos interesan en Bloom, ¿qué dirías que te sugiere el “sexo vainilla”? En el último episodio de Escuela de Calor, podcast de Bloom, hablamos sobre este término y sus implicaciones de la mano de Betsa Bermúdez.
El “sexo vainilla” es un término originado dentro de la comunidad BSDM para hacer referencia a un sexo más suave, 0% «atrevido». Aunque al hacer la comparación es lógico pensar que es un sexo muy básico e incluso aburrido, ¿es realimente así? Desde luego está en las antípodas de las prácticas más extremas, de acrobacias y de fetiches, pero ¿eso lo hace necesariamente monótono, menos placentero?
Tener relaciones sexuales es abrir las puertas a un abanico de prácticas, fantasías, juegos… O quizá no. También está bien ir a lo seguro, lo que sabes que te funciona. Y no pasa nada. Es posible que en este huracán de celebrar la exploración sexual, hayamos puesto al «sexo de toda la vida» en un lugar injusto.
¿Es hora de quemar en nuestra particular hoguera el mito de que el sexo vainilla es aburrido? En este podcast comentamos con Betsa cómo han podido evolucionar las prácticas que hace décadas se consideraban normales y también cómo fluimos, quizá, dependiendo de con quién compartamos esos momentos o de la etapa de la relación.
Silvia Sanz, sexóloga, nos aclara que ahí está la clave: no hay una única manera de disfrutar del sexo. Cada una de nosotras vivimos el placer de una manera única y la creatividad no significa necesariamente complejidad. Explorar -solas o en pareja- nuestro potencial sexual está genial, pero no tenemos por qué hacerlo con prácticas donde nos sintamos fuera del tiesto. No es necesario montarse un cuarto rojo del placer a lo Christian Grey: a veces basta con incorporar algún juguete sexual o compartir fantasías para darle un poquito de punch a ese vanilla.
«El sexo vainilla, aunque sea más tradicional, no tiene por qué estar exento de pasión. El deseo sexual depende de muchos factores como la conexión emocional, y no tanto del tipo de prácticas que se realicen»
Vainilla ok, pero actualizado
Cuando os hemos preguntado a vosotras con qué tipo de sexo os sentís más cómodas, un arrollador 76% ha respondido que con el sexo más “de toda la vida”. ¿Las principales razones? Es más sencillo, es más fácil, a veces, incluso más “rápido”. Esto último nos conecta sin querer con la cara B del vanilla sex. Tal y como señala Lara Herrero, socióloga y sexóloga, este tipo de sexo se ha centrado en la genitalidad, en el coito y en alcanzar el orgasmo.
“Es una erótica orgásmica frente a una erótica placentera. Estas tres cuestiones se retroalimentan para darnos una visión heterosexual, monógama, basada en la reproducción, centrada en el placer de los hombres, cisgénero, que no tiene en cuenta las intersexualidades”.
En Bloom nos gusta sacarle miga a los conceptos, alejarnos de opiniones rígidas y, por supuesto, buscar un poco de salseo preguntándonos si algunas parejas famosas son vainilla o todo lo contrario… Y es que es un término que nos invita a preguntarnos si es hora de volver a poner de moda lo cómodo y lo fácil o si tenemos que replantearnos cómo limita nuestra sexualidad… ¡Dale al play y reflexiona sobre este término con nosotras!