Educar para erradicar el bullying. Enseñar para que nuestros hijos no sean acosados ni acosadores

Detectar a tiempo si nuestro hijo o hija está sufriendo o participando en procesos de bullying es clave para evitar consecuencias graves. Desde Bloom te ayudamos con esta guía.

octubre 21, 2022 Escrito por Isabel Sauras

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, cultura y estilo de vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Sin duda alguna, el bullying o acoso escolar es uno de los temas que más nos preocupan hoy a los padres con niños en edad escolar y a los educadores, porque su incidencia es cada vez es mayor. En los últimos años se ha incrementado este tipo de violencia de forma exponencial entre los menores y cada vez estamos más habituados a conocer de cerca o de lejos casos que traen consigo consecuencias graves en la salud emocional de niños y adolescentes incluso arrastrándolos al intento de suicidio.

Para aprender cómo tratar en casa este problema y evitar en la medida de lo posible que nuestros hijos e hijas se vean envueltos en un proceso de bullying como víctimas o como acosadores, hemos elaborado esta guía antibullying en colaboración con la experta en el tema Silvia Maurel, psicóloga del Centro Médico Maurel.

Por desgracia, este tipo de acoso está tan a la orden del día que es muy probable que nuestros hijos protagonicen o sean testigos de un episodio de bullying a lo largo de su infancia o adolescencia.

¿En qué consiste el bullying y en qué medida puede afectar a nuestros hijos?

Entendemos por bullying escolar cualquier comportamiento abusivo y cruel que implique maltrato entre compañeros, sea de tipo verbal, físico o psicológico, y que provoque en la víctima problemas de autoestima y daños emocionales más o menos graves. 

El bullying normalmente se origina en el entorno escolar, pero también puede surgir en las actividades extraescolares o en cualquier reunión en la que se junten varios niños, sean o no de la misma edad. Pero, además, las redes sociales (incluimos aquí WhatsApp) son un caldo de cultivo peligroso para el acoso hoy en día, por culpa del anonimato obvio que ofrece a los acosadores estar detrás de una pantalla. 

bullying como detectar

Cualquier niño es susceptible de sufrir bullying o acoso escolar, pero, sin duda, ser “diferente” por raza, cultura, condición física o psicológica incrementa las posibilidades de convertirse en víctima. Da igual si esas diferencias se manifiestan por encima o por debajo de la media, muchos niños sufren acoso por el hecho de destacar por algo. Sin ir más lejos, más del 50% de los niños diagnosticados con altas capacidades sufren bullying actualmente en España

Es cierto que estos episodios de acoso a los más débiles se han dado siempre en los entornos escolares, pero, en los últimos años, las cifras han crecido de forma alarmante. Por desgracia, este tipo de acoso está tan a la orden del día que es muy probable que nuestros hijos e hijas protagonicen o sean testigos de un episodio de bullying a lo largo de su infancia o adolescencia.

Según el estudio de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras para América, Europa, Asia, Oceanía y África, realizado entre enero 2021 y febrero de 2022, los casos de bullying en España continúan en aumento, y 7 de cada 10 niños sufren algún de tipo de acoso o ciberacoso. Sí, la cifra es escalofriante.

Cualquier episodio de bullying, si no se consigue atajar a tiempo, puede tener serias consecuencias a corto y largo plazo en la salud mental y emocional de los menores, explica Silvia Maurel.

“Los primeros síntomas siempre son miedo, ansiedad ante situaciones como ir al colegio, tristeza y vergüenza. Todo ello induce a la baja autoestima y, con ello, a una actitud represora, no resolutiva, y con mayor facilidad de adentrarse en el bucle de la negatividad, tanto de la visión de sí mismo como de la visión de su futuro».

Silvia Maurel

A largo plazo, los niños pueden desarrollar trastornos más graves como depresión, pensamientos suicidas o de autolesión, ansiedad, TEPT (trastorno de estrés postraumático), comportamientos autodestructivos, consumo de drogas o complicaciones graves en las habilidades sociales. 

¿Cómo distinguir un conflicto entre compañeros de un caso de bullying?

Lo más difícil para los padres y para los educadores (incluso para los niños) es distinguir entre un conflicto complicado entre compañeros o un claro caso de acoso escolar. Para que podamos afirmar que estamos ante un episodio de bullying, debe tratarse de un comportamiento continuado en el tiempo y completamente intencionado con conductas de este tipo:

  • Insultos continuados e hirientes

  • Agresiones verbales o físicas

  • Faltas de respeto graves

  • Crueldad de la forma que sea

  • Intimidación

  • Intención de aislar a la víctima

suicidio infantil

¿Cómo podemos evitarlo? Tips para detectar el bullying a tiempo

«No siempre podemos evitar que nuestros hijos o hijas se vean implicados de una forma u otra en un tema de acoso escolar, pero lo más importante es darles el apoyo emocional que necesitan mientras se están desarrollando y las herramientas necesarias para manejar estas situaciones de la mejor forma posible si un día se encuentran ante ellas, ya sea como víctimas, como acosadores o como testigos de un caso de bullying», asegura la psicóloga. Aquí van consejos de lo que podemos ofrecer desde casa: 

  • Fomentar la comunicación abierta. A menudo, el estrés y la rutina nos hacen ir demasiado rápido. Es importantísimo dedicar un momento del día a prestar atención a nuestros hijos para hablar de las cosas cotidianas y también de las importantes, para que sientan que estás disponible y puedan contarte o preguntarte cualquier cosa. Respóndeles con la mayor naturalidad posible, sin tabúes y sin mentiras. “Y otra cosa muy importante es fomentar en ellos la reflexión y la curiosidad, con preguntas como ¿y tú qué harías?, ¿qué piensas de esa situación? o ¿qué crees que es lo correcto?”, aconseja Maurel.
  • No juzgar a nuestros hijos e hijas. Es importante que no se sientan juzgados por lo que dicen o por cómo son sus sentimientos hacia los demás. Para ello, lo ideal es que no impongamos nuestro criterio en el diálogo, así podrán expresarse con sinceridad y sin miedo. De esta forma, se sentirán más predispuestos a hablar cuando tengan un problema o una preocupación real. 
  • Enseñarles a expresar y sentir las emociones. El lenguaje con el que nos dirigimos a nuestros niños y niñas tiene más importancia de la que pensamos. Intentemos huir de frases como “¡no llores por eso!” o “eso es una tontería que se te pasará pronto” y abordemos el diálogo con ellos desde la empatía y la comprensión con frases como «ven, siéntate, cuéntame cómo te sientes» o «¿qué te hace estar así? Explícame bien todo con detalle”. Una buena herramienta puede ser tirar de memoria y contarles alguna anécdota personal vivida en una época similar, les ayudará a tener más confianza, consigo mismos y con nosotros. 
  • Ser ejemplo. En esto y en todo, nuestro ejemplo es la mejor lección de aprendizaje para nuestros hijos porque somos sus mejores referentes. Nadie es perfecto y todos cometemos errores, pero ellos y ellas nos observan siempre y perciben cómo nos comportamos con ellos, pero también con otros adultos. “La observación es una parte muy importante (aprendizaje vicario) tanto en la infancia como en la adolescencia, por ello, intentar fomentar los valores importantes mediante las propias actuaciones es un punto fundamental para sentar las bases de su comportamiento social y evitar problemas emocionales en el futuro”, explica la psicóloga.  

¿Mi hijo está siendo víctima de bullying?

Si tu hijo o hija está siendo víctima de bullying, es más que probable que tardes en darte cuenta, así que no deberías sentirte culpable si eso ocurre. Lo más normal es que los niños no digan nada cuando sienten miedo, por lo que la observación se hace indispensable. 

Los síntomas de que un menor está sufriendo bullying casi siempre son silenciosos y varían en función de su edad. Aun así, debes estar atenta ante cualquier cambio en su comportamiento, especialmente si aparecen: 

  • Tristeza
  • Irritabilidad
  • Agresividad
  • Baja autoestima
  • Pocas ganas de hacer lo que antes les gustaba
  • Tendencia a aislarse
  • Señales físicas: moratones, arañazos, golpes…
  • Bajo rendimiento escolar
  • Tendencia a la autolesión
  • Trastornos del sueño: dificultad para dormir, pesadillas, dificultades para controlar el pis 
  • Vuelve a casa sin sus cosas o con sus pertenencias dañadas
  • Excusas para no ir al colegio o al instituto
  • Síntomas físicos (somatización): dolor de cabeza, de tripa, vómitos… 
  • Conductas suicidas
acoso escolar

¿Cómo actuar si estamos ante un claro caso de bullying?

Si tienes claro que estás ante un caso de acoso escolar y tu hijo está siendo víctima de bullying, lo más recomendable es actuar cuanto antes, pero desde la calma. ¿Por dónde empezamos? Silvia Maurel nos da las 9 claves para actuar correctamente en caso de bullying.

  1. Mantén la calma

  2. Préstale atención y escúchalo

  3. Toma notas de lo que te cuente

    Fechas, lugares, hechos…

  4. Hazle saber que estás a su lado

    No le culpabilices o pongas en duda su comportamiento.

  5. Enseña la diferencia entre «chivar» o «pedir ayuda»

    Hay una línea muy fina, pero puedes explicarle que la primera suele generar problemas a un compañero y la segunda es para proteger a alguien o a ti mismo.

  6. Refuerza su autoestima

    Pon en valor sus capacidades y fortalezas.

  7. Pide ayuda

    Pide cita con el equipo docente o responsables de donde se esté produciendo el acoso.

  8. Enséñale a defenderse del bullying

    Lo que más desacredita a un acosador es la indiferencia.

  9. Infórmate bien

    A partir de aquí, puedes informarte de si cuentan con apoyo policial en la escuela y, en el caso de ser consciente de que es algo especialmente grave (acoso sexual o maltrato físico), puedes acudir a la comisaría de policía, a la Guardia Civil o a asociaciones contra el bullying en tu ciudad.

    La ayuda de los profesionales es fundamental para tratar el acoso escolar.

nño 12 años bullying

¿Qué hago si mi hijo es el acosador?

Desde que somos más conscientes de la importancia de la salud mental y del aumento de casos de bullying, para los padres es tan preocupante que nuestros hijos o hijas sean víctimas de acoso como que se conviertan en verdugos o acosadores de otros niños. 

Aceptar que tu hijo o hija es capaz de hacer daño a los demás es muy complicado y a veces tendemos a negar la realidad, por lo que esa negación se convierte en una barrera para notar las señales. Detectar este tipo de comportamientos es francamente difícil porque, según sea el carácter del niño, pueden apenas dejar huella. Sin embargo, existen una serie de síntomas que deberían hacer saltar las alarmas en casa: 

  • Altibajos emocionales
  • Irritabilidad
  • Foco de conflictos continuos en la familia y fuera de casa
  • Faltas de respeto
  • Aumento del nivel de exigencia
  • Quejas de comportamiento repetidas por parte del centro educativo

Aparentemente, los niños que se convierten en acosadores son fuertes y resueltos, pero en realidad suelen ser personas inseguras, con baja autoestima y muy poca tolerancia a la frustración. Problemas que en la mayoría de los casos son consecuencia de una inestabilidad familiar, episodios de violencia en casa, una educación demasiado permisiva o, por el contrario, demasiado rígida por el motivo que sea. Es decir: un niño acosador es, en realidad, una víctima de las circunstancias, por ese motivo no se le debe culpar directamente ni castigarlo sin más.  

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Un niño o un adolescente que se convierte en acosador necesita apoyo emocional en casa y en el colegio y es necesario que un profesional le dé las herramientas y las estrategias para aprender a comportarse de forma sana con sus iguales porque, de lo contrario, podría arrastrar esas conductas a la edad adulta, además de desarrollar problemas psicológicos.

No es fácil afrontar el acoso escolar, pero, en cualquier caso, mostrar empatía y cercanía con nuestros hijos e hijas será un estupendo punto de partida desde el que gestionar la situación de la mejor forma posible.

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