Dando una vuelta en clave feminista al término MILF y por qué el concepto WHIP debería ganar la partida

Te contamos el origen de este acrónimo y el término feminista acuñado para sustituirlo

diciembre 9, 2023 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Forma parte de nuestro léxico desde la década de los 90. Aunque ya circulaba en foros seguramente no muy feministas, el término MILF se popularizó con la película ‘American Pie’, conocida por la gran cantidad de estereotipos sexistas que reproduce. En ella, la actriz Jennifer Coolidge, reciente ganadora de un Globo de Oro por su papel en ‘White Lotus’, interpretaba a la madre de unos de los protagonistas, Stifler, y despertaba mucho interés sexual en uno de sus amigos. De ahí que se refiriera a ella como “Mother I’d Like to Fuck” (madre a la que me follaría, literalmente).

Este concepto se extendió para hacer referencia a mujeres “maduras” que aún así mantienen su atractivo, con toda la carga machista, edadista y sexualizadora que conlleva. Te proponemos una revisión de este acrónimo y te desvelamos cuál es el que tiene todas las papeletas para desterrarlo para siempre. 

Qué es MILF

En ese argot masculinizado y machista, el término MILF define a mujeres a las que se suele llamar maduras que ya han pasado los 35-40 años. Aunque la M se refiere a mother (madre), en realidad no es un requisito. Las MILF son esas mujeres que, en contra de lo que se espera de nosotras a cierta edad, siguen despertando interés sexual. Son atractivas, poderosas, llamativas. Son Sofía Vergara, Salma Hayek, Penélope Cruz. Mujeres que no son adolescentes pero que, «sorprendentemente», y léase con ironía, continúan seduciendo a hombres incluso más jóvenes que ellas. Te explota la cabeza. Tal y como estás sospechando, te hablo desde la indignación absoluta. 

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Este término activa todas nuestras red flags: qué poder tiene el heteropatriarcado para transmitir tanto con apenas cuatro iniciales.

Por supuesto, es uno de esos conceptos súper asociados al porno (de hecho,cuenta con su propia categoría y es difícil buscar en Google sin que te sugiera este tipo de páginas) y, también, por surrealista que nos parezca, a la dieta, porque para ser una MILF hay que cuidarse. Todo lo que nos gusta (modo ironía on, de nuevo). 

De alguna manera nos han intentado vender esto como algo que empodera a las mujeres, pero, ¿cuál es el power de sentirse apetecible a pesar de tener cierta edad? Y, sobre todo, ¿cuánto de deseo por la otra parte (la de la mujer) hay en ese condicional me follaría?

Una revisión en clave feminista del término MILF

Como ya te he adelantado, este término acuña una serie de imposiciones sobre nuestros cuerpos muy asociadas que huelen un poco a cerrado. Por un lado, se nos dice cuándo somos deseables y cuándo dejamos de serlo. Porque un hombre mantiene viva su sexualidad y su título de sexy  toda la vida, pero nosotras no: nosotras envejecemos, tenemos arrugas, canas, barriga, celulitis. Solo aquellas que escapen de todo ello se merecen el título de MILF, ese reconocimiento concedido, cómo no, por los hombres. 

Aunque no es imperativo ser madre para ser considera una MILF, de alguna manera esta palabra señala un trasfondo por el que se nos exige recuperarnos cuanto antes de algo tan complejo como el parto, que remueve todos nuestros órganos, para volver a tener un cuerpo deseable asap o meternos para siempre en el cajón de los trastos viejos. 

¿Te suena haber visto en revistas titulares como “la increíble recuperación de Menganita después de dar a luz” o “cómo Fulanita consiguió un vientre plano a las 4 semanas de tener a su bebé”? Ahí lo tienes.

Por otra parte, el término MILF nos sugiere que, cuando tenemos hijos, la vida sexual acaba para nosotras. No solo puede que nuestro cuerpo haya experimentado los típicos cambios de haber gestado una vida en su interior, sino quex además, pasamos de ser objeto de deseo a señoras relegadas a los cuidados, a preparar sandwiches de merienda, decir ni consola ni consolo, no arreglarnos jamás porque para qué, ser amas de casa a las que no tocarías ni con un palo. La maternidad se convierte, de repente, en un cinturón de castidad impuesto ya sabes por quién. 

¿Qué pasa cuando conseguimos resultar atractivas a pesar de los años y mantener ese halo de sensualidad? Que volvemos a la casilla de salida: otra vez somos cosificadas y sexualizadas. 

De MILF a WHIP, y tiro porque me toca

Surfeando esta maravillosa ola feminista que estamos viviendo, el término MILF ha encontrado un sustituto a la altura de lo que nos merecemos. Si para ellos cumplir años es sinónimo de experiencia y mantienen su atractivo a pesar de las canas, las entradas y la barriguita, ¿por qué nosotras tenemos que cumplir años marcadas por connotaciones negativas?

La escritora y periodista Bibi Lynch propone unas nuevas siglas: WHIP, Women who are hot, intelligent and in their prime. Es decir, mujeres atractivas, inteligentes y que están en su mejor momento. Sea cual sea. Porque tengamos 20, 30, 40 o 50 podemos seguir disfrutando del sexo, descubrir nuevas partes de nosotras que desconocíamos, triunfar profesionalmente, llevar la ropa que nos apetezca y, por qué no, seguir aprendiendo y dedicando tiempo a comenzar nuevos proyectos.

La evolución del término peyorativo MILF a un más justo WHIP refleja un cambio y que necesitamos seguir desafiando normas y etiquetas que nos limitan, sobre todo aquellas basadas en nuestra edad y apariencia, para reconocer de una vez por todas nuestra diversidad y valor en todas las etapas de nuestra vida.

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