“Muchas toman anticonceptivos porque saben que serán violadas”: la ausencia de derechos sexuales que afrontan las mujeres migrantes 

Violaciones, embarazos no deseados, ITS o abortos forzados son algunos de los horrores a los que se enfrentas las mujeres migrantes. Te contamos más.

diciembre 18, 2022 Escrito por Ana Rojas

Investigación social y análisis de datos. En Bloom escribo sobre género, derechos y salud.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

“Existen reportes de que muchas mujeres antes de migrar toman anticonceptivos porque saben que serán violadas”. Las palabras de la periodista Eileen Truax, especializada en migraciones, retumban haciendo un eco sordo en la sala, certificando una realidad aterradora: la de la violencia sexual hacia las mujeres que migran y especialmente aquellas que lo hacen en situación irregular.

Continúa así un debate en la mesa de derechos sexuales y reproductivos del Congreso de Periodismo de Migraciones de la Fundación por Causa, donde se verbalizan todas esas vulneraciones que afectan a las mujeres en tránsito y su falta de cobertura: desde la falta de información hasta la violación del derecho y consentimiento. “Tú migras con el cuerpo de una mujer, así que te encontrarás todos los peligros que se encuentre un hombre más el hecho de ser mujer”, indica la fotógrafa Encarni Pindado. 

Cuando hablamos de riesgos respecto a la salud reproductiva y sexual de las mujeres migrantes hablamos de embarazos no deseados y de la propagación de Infecciones de Transmisión Sexual. Hablamos de sexualidad condicionada y de abortos forzados o en clandestinidad. De pobreza menstrual. De la dificultad para ser asistida si se necesita o informada adecuadamente. Es la aceptación de una dolorosa realidad condicionada por el silencio.

El porqué y el viaje: mujeres migrantes en el origen y tránsito 

Las razones para abandonar el país de origen son diversas y complejas. Dependiendo de donde se encuentren -especialmente en países del Sur Global-, en ocasiones  el viaje requiere de un visado no especialmente fácil de conseguir, principalmente por los requisitos económicos, administrativos y laborales exigidos.

Por ello, muchas personas deciden embarcarse en un viaje por vía irregular, con una mayor exposición al riesgo y un alto coste económico y vital. Este reportaje se centra en las historias de las mujeres que migran desde la región centroamericana hacia Estados Unidos y las que transitan por el Magreb hasta España.

En la actualidad, la Organización Internacional de Migraciones (OIM) estima que hay más de 135 millones de mujeres y niñas en movimiento (48% del total), aunque las cifras de migración irregular son difíciles de delimitar por su complejidad de estudio. A través de los años y, especialmente desde la década de los 60, se ha producido una gradual feminización migratoria desde América Central y el Caribe. Esto se debe a que existe un acceso desigual de la población femenina al mercado de trabajo que genera la necesidad de ir en busca de una situación mejor.

mujeres migrantes

“Parece que cuando hablamos de trabajadores migrantes hablamos de hombres, pero cada vez vemos a más mujeres que migran como cabezas de familia para insertarse en el aparato productivo y mantener a los hijos que llevan con ellas o los que dejan atrás”, explica Truax durante el debate. 

Además, también están aquellas mujeres que huyen por las situaciones de conflicto en sus países de origen. Generalmente, en estos estados -en este caso, situados en el Sur Global- existen serias dificultades en torno a su capacidad de garantizar servicios de asistencia a todos los niveles, pero especialmente en lo que respecta a la atención sexual y reproductiva integral.

Otras causas movilizadoras también incluyen los matrimonios forzosos, la violencia de género y otras formas de opresión como la Mutilación Genital Femenina (MGF) en el caso de África. En este sentido, la criminalización de los derechos sexuales y reproductivos (desde las relaciones extramatrimoniales y no heteronormativas hasta la interrupción voluntaria del embarazo) no solo los sitúan en el margen de la clandestinidad, sino que propician una falta de información, desconocimiento e incluso estigma sobre los mismos.

“Existen reportes de que muchas mujeres antes de migrar toman anticonceptivos porque saben que serán violadas”

Eileen Truax, periodista especializada en migraciones

“Aún en la sociedad latinoamericana hay un gran conservadurismo: las mujeres no están acostumbradas a hablar de su vida sexual, ni familiarizadas con los métodos anticonceptivos o las opciones si se quedan embarazadas. Aún el tema es un tabú. ¿Cómo puedes pedir ayuda si ni siquiera puedes mencionar en alto la palabra ‘vagina’?”, indica Truax. Una situación que también viven las mujeres que migran en la ruta del Magreb.

Los peligros certeros

“Casi todas, lo digamos o no, hemos sufrido violaciones y hemos estado expuestas a enfermedades peligrosas o a embarazos que no queríamos”. Así comienza el testimonio de una migrante en Marruecos, recogido en un estudio de la organización Women’s Link Worldwide sobre el terreno. En el mismo, se certifica que un gran grupo de mujeres participantes había abortado de forma clandestina en el bosque de Ben Younes, en Argelia, cerca de un asentamiento donde esperaban para cruzar a Europa.

Algunas mujeres que transitan desde países de África Meridional hacia la región del Magreb también han señalado diversas vulneraciones graves: tanto abusos sexuales como otras formas de violencia psíquica y física, incluyendo secuestros, robos y sobornos perpetrados por traficantes, poblaciones en los países de tránsito, compañeros de viaje e incluso por personal de las autoridades, según reporta la organización Alianza por la Solidaridad desde el terreno.

Para un amplio número de mujeres centroamericanas, enfrentarse a la violencia de género es un hecho aceptado desde el inicio. “Es vox pópuli, otras mujeres hicieron el camino antes. Igual que te pasan el nombre del coyote o el pollero -persona que guía a los migrantes en las rutas irregulares-, te darán algunos otros tips”, explica Truax.

Estos consejos forman parte de una cultura de supervivencia generacional femenina e incluyen desde la toma preventiva de anticonceptivos hasta pedirle a algún compañero de viaje que se haga pasar por su pareja durante el camino y evitar así ser agredidas. 

Sin embargo y a pesar de las precauciones, multitud de mujeres siguen siendo condenadas a la esclavitud laboral y sexual. Precisamente, uno de los grandes peligros que enfrentan es la trata con finalidad de prostitución forzada. Un negocio que se ha extendido hasta ser el tercero más lucrativo del mundo, en el que el 72% de las víctimas son mujeres cada vez más jóvenes (en torno al 23% son niñas) y extranjeras, destacando aquellas de origen nigeriano (26,5%) y colombiano (15%), según reporta la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

La situación en los países de destino

En muchos casos, la atención a la salud sexual y reproductiva no está garantizada tampoco en los países de destino y, si lo hace, es gracias a entidades sociales que se encargan de asistir a las mujeres. En la frontera norte de México, Truax explica que hay una amplia cobertura gracias a la ayuda que se provee a las mujeres por parte de organizaciones religiosas, casas de acogida y albergues. 

Sin embargo, en otras zonas del país y en EEUU no es así: “En México no tienes acceso a estos servicios ni a información y en Estados Unidos depende de a qué estado llegues. En California es más probable que te atiendan de forma gratuita, antes que en Arizona, Texas, Georgia… donde no solo vas a recibir hostilidad, sino que si pides ayuda seguramente te deporten”, explica. 

Esta situación no es ajena a España: desde Yo Sí Sanidad Universal señalan que no se brinda acceso al sistema de salud en el caso de las mujeres migrantes que no tienen la residencia

“No se está garantizando la atención sanitaria a mujeres con menos de tres meses de estancia en España. Es cierto que en el caso de mujeres embarazadas se hace excepción en algunas Comunidades Autónomas, pero en el caso de Madrid, Galicia, Ceuta y Melilla, no. No existe esta atención ni para embarazadas ni para menores hasta que acreditan ese tiempo”, explica el médico de familia Nacho Revuelta, incidiendo en el incumplimiento de la normativa tanto internacional como nacional.

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Colectivos sociales y ONGs también denuncian otros efectos de las restricciones normativas con las últimas reformas sanitarias para aquellas personas que hasta el momento no han podido regularizar su situación en el país. En estos casos, solo se prevé la asistencia en caso de urgencia, embarazo y parto, aunque, de acuerdo con Revuelta, en el caso de las embarazadas esto no ocurre en todas las Comunidades ni se garantiza tampoco el seguimiento con especialistas

“Es fundamental para la detección precoz de cualquier problema en la gestación, como la espina bífida, malformaciones en el feto, carencias nutricionales de la madre…”, expone. “Pero las mujeres embarazadas no tienen seguimiento, ni atención primaria ni tampoco acceso a recetas y medicación”, indica el especialista. 

«No se está garantizando la atención sanitaria a mujeres con menos de tres meses de estancia en España. En el caso de mujeres embarazadas se hace excepción en algunas Comunidades Autónomas, pero en el caso de Madrid, Galicia, Ceuta y Melilla, no»

Nacho Revuelta, médico de familia y miembro de Yo Sí Sanidad Universal

Unas carencias que también obstaculizan el acceso a otros derechos sexuales y reproductivos, como es la dificultad de acceso al tratamiento antirretroviral para el VIH en el caso de Murcia y la Comunidad de Madrid. En esta última, la asistencia pretende ser garantizada con las nuevas medidas de la Consejería de Sanidad, aunque en la práctica sigue dependiendo de la asistencia de organizaciones de derechos.

Lo mismo ocurre con las dificultades para las mujeres migrantes en el acceso a los servicios de Interrupción Voluntaria del Embarazo del sistema público de salud, también determinantes para las mujeres residentes en España, como contamos en el último informe del Observatorio de Bloom.

Cuentas pendientes en la protección internacional 

Desde los años 80, la CEDAW (Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer) abrió el camino a un marco internacional de amparo a todas las formas de discriminación contra las mujeres. Sin embargo, la protección ante la violencia y persecución por motivos de género no es expresamente reconocida en la normativa internacional de asilo, pero sí en España y en la Unión Europea

Aun así, tampoco es condición suficiente para obtener esta asistencia en la práctica, según indica la abogada de extranjería Sara Gómez, pues es necesario demostrar las situaciones que les han llevado a huir: “Tenemos que preparar a esas mujeres para pasar por un procedimiento traumático que es tener que exponer toda su historia para convencer a la oficina de asilo de que ha existido toda esa violencia”, indica la jurista.

“Además, tenemos que hacerlo sin que ellas hayan podido hacer un procedimiento previo de recuperación, lo cual es super revictimizador”, algo perjudicial para su propia solicitud, según señala Gómez.

Esto, sumado a otras trabas administrativas, como la falta de citas en los procedimientos de solicitud de asilo, las demoras en la resolución de la acogida, así como las barreras idiomáticas y culturales, también condicionan seriamente su acceso a derechos en el país de destino, incluyendo, de nuevo, la atención a la salud sexual y reproductiva. 

Recursos para mujeres migrantes en España

A pesar de las dificultades, existen diferentes recursos que pueden resultar de gran ayuda a las mujeres migrantes, sobre todo a aquellas que no hayan podido acceder aún a la residencia o a la solicitud de protección internacional. Recomendamos, en primer lugar, revisar las diferentes guías de derechos y recursos públicos especializados.

El acompañamiento tras la llegada es fundamental y aunque existen organizaciones encargadas de la acogida y asistencia, como Cruz Roja y CEAR (Comité Español de Ayuda al Refugiado), también resulta de gran ayuda asistir a otros espacios de apoyo colectivo, sobre todo en lo que respecta a la salud sexual y reproductiva (como Calala, Kif-Kif o la asociación Acción Triángulo). Además, también existen otros servicios específicos relacionados con la asistencia legal gratuita, atención psicológica, asistencia para víctimas de violencia de género, así como para la inserción laboral de las mujeres migrantes

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