Se acabó jactarse de dormir poco: el descanso es el santo grial del «wellness» y ¿una nueva obsesión?

Atrás quedaron los tiempos en que dormir poco era razón para presumir. Ahora el descanso es un símbolo de estatus

febrero 2, 2025 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Durante años, el bienestar ha estado dominado por la cultura de la dieta, la actividad física (con sus diferentes modas) y los productos de belleza, sobre todo si hablamos del target de las mujeres. Sin embargo, hace unos años una nueva tendencia wellness empezó a asomar las orejas: el descanso. Hemos visto cómo la importancia del sueño de calidad se hacía hueco en forma de rutinas nocturnas, dispositivos que monitorizan el descanso e incluso retiros de bienestar con la intención de “dormir mejor”.  Y es que, en esta era de la hiperproductividad, un buen descanso puede ser desde un lujo a una tarea más a la larga to do list diaria. 

A medida que intentamos dar pasos hacia una comprensión más holística del bienestar, el sueño va ganando importancia. Si hace poco fue la «slow food» o el “slow sex”, hoy el «slow sleep» se perfila como la nueva revolución del «wellness». Más que una moda pasajera, es una necesidad evolutiva ignorada durante demasiado tiempo.

El sueño como el nuevo símbolo de estatus

Durante décadas, la privación del sueño se ha asociado con el éxito y la ambición. Grandes empresarios y líderes políticos se jactaban de necesitar apenas cuatro o cinco horas de descanso nocturno. Pero este pensamiento se está derrumbando con el aval de la ciencia y el altavoz de las redes sociales. La Dra. Anjana López, experta en Neurofisiología (la parte de la Fisiología que estudia el sistema nervioso) y miembro del grupo  de trabajo de Insomnio de la Sociedad Española de Sueño (SES), celebra que por fin se esté dando al descanso la importancia que tiene. “Siempre ha sido el gran olvidado y no deja de ser una función vital”, asegura.

importancia del sueño

La dieta mediterránea y el ejercicio físico están ya más que asentados como pilares de una vida sana. ¿Qué pasa con el sueño? Según la doctora, hemos normalizado “dormir mal”. Lo asociamos con la edad, con el estrés, con los problemas, pero no le damos la importancia que tiene: igual que no podemos vivir sin comer o sin beber, tampoco podemos estar sin dormir. La falta de sueño no solo merma el rendimiento cognitivo, sino que también se asocia con enfermedades como la diabetes y la obesidad.

A corto plazo, dormir mal nos cambia todo: desde el humor porque estamos más irritables, a la concentración, la atención… A largo plazo se está viendo que tiene mucho que ver con el aumento de peso, el riesgo cardiovascular y el deterioro cognitivo con enfermedades como el alzhéimer o la demencia. 

Dra. Anjana López, experta en Neurofisiología

En su libro “Why we sleep” («Por qué dormimos»), el profesor británico de Neurociencia y Psicología en la Universidad de California en Berkeley, Matthew Walker sostiene, además de lo anteriormente mencionado, que la privación de sueño debilita el sistema inmune y tiene un impacto directo en la esperanza de vida. Un buen descanso, por otra parte, juega un papel crucial en la creatividad y resolución de problemas: los sueños pueden ayudar a consolidar la información y fomentar conexiones novedosas entre ideas. Esto avala la veracidad del dicho popular sobre “consultarlo con la almohada”. 

buen descanso

La ciencia del descanso

Es un hecho: dormir bien es una necesidad biológica esencial. No conciliar el sueño o que el descanso no sea reparador es un problema que con frecuencia lleva a muchos pacientes a las consultas de medicina de familia.

“En esta especialidad no hay una formación específica en sueño, y, además, apenas tienes cuatro o cinco minutos para dedicar a cada persona”, señala la Dra. López, que durante años fue médica de familia y ahora dedica una hora de consulta para indagar en los problemas del descanso. “Hay que preguntar muchas cosas. El insomnio puede estar relacionado desde con un problema de pareja a con un trauma infantil o con algo puntual en el trabajo”, explica. Todo influye: desde los antecedentes médicos al estilo de vida, el ambiente familiar y el lugar donde se duerme

De esta entrevista puede que resulte un tratamiento farmacológico si es necesario, pero se va un poco más allá. Y es que, en muchas ocasiones, con esas famosas pastillas para dormir (España es el país donde más ansiolíticos se consumen en el mundo, muy por delante del segundo, que es Alemania), se trata el síntoma, pero no la causa del problema. Y, así, una vez más por la prisa y por no darle la importancia necesaria, cada noche unas cinco millones de personas toman fármacos para conciliar el sueño, según la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño.

dormir bien obsesion

¿Se puede recuperar el sueño? Si bien unas horas extra pueden aliviar parcialmente la fatiga, no compensan los daños neurocognitivos causados por días de privación del sueño.

¿Somos más insomnes que antes?

Nuestra experta tiene clara la relación actual entre insomnio y estilo de vida. “Vivimos más estresados que nunca y eso nos lleva al límite. Queremos trabajar muchas horas, ir al gimnasio, tener ocio. Queremos hacerlo todo. Y eso hace que nuestros días se alarguen más de lo necesario, mientras el despertador sigue sonando a la misma hora. Es decir, le robamos horas al descanso para realizar otras actividades”, explica. Esto aplica tanto a adultos como a niños y niñas, que, desde bien pequeños, comienzan una deuda de sueño muy relacionada también con trastornos como la hiperactividad. 

boobs-separator
boobs-separator

No hay una regla exacta en cuanto a las horas de sueño, sino que depende de la persona. Sin embargo, nos hemos acostumbrado a pensar que con un tiempo mínimo de descanso funcionamos “porque no queda otra».

Dra. Anjana López, experta en Neurofisiología
boobs-separator

Entra aquí también la dieta: las cenas ricas en grasas hacen que el cuerpo tenga que trabajar más para digerirlas en detrimento del descanso, por lo que se recomiendan alimentos más ligeros y ricos en triptófano, como el pescado azul, los frutos secos y el aguacate. Tiene mucho que ver también el consumo de estimulantes, donde además del café incluimos el alcohol, que hace que nos cueste más dormir y/o que la calidad del sueño sea peor y que nos despertemos más durante la noche.

Por último, también es fundamental la hora de dormir y cuánto tiempo pasa entre la cena y el momento de que nos vayamos a la cama. En este sentido, según la Dra. López sostiene que tenemos mucho que aprender de nuestros vecinos europeos: “Siguen más el ciclo natural, aprovechan más la luz, acaban más pronto de trabajar”, menciona. 

dormir bien wellness

¿Estamos «gadgetificando» el descanso?

A raíz del auge del descanso como tendencia wellness, algunas rutinas de lo que conocemos como “higiene del sueño” se han ridiculizado en redes sociales. “Se ven cosas muy absurdas -comenta la Dra. López-, pero lo que sí que está demostrado es el tema de las pantallas. Somos animales acostumbrados a vivir de día y dormir de noche. Eso es lo natural. Si estamos expuestos a pantallas, nuestro cerebro interpreta esa luz como que es de día y no libera la melatonina, la sustancia necesaria para preparar al cuerpo para el descanso”. Esto no influye a todo el mundo por igual: puede que para muchas personas pase totalmente desapercibido, mientras que para otras con problemas de sueño sí les impide el inicio del descanso o llegar a un sueño más reparador. 

dormir bien pantallas

Aquí es donde a menudo entran los dispositivos de monitorización del descanso. Los relojes o pulseras inteligentes, según explica nuestra experta, dan una estimación acerca del sueño, pero no son nada fiables. “Se basan en los movimientos y la frecuencia cardíaca, pero, sin embargo, en la fase REM puede haber variaciones en este sentido sin que eso afecte a tu descanso ni signifique que estás despierta, como suelen registrar”, explica. Sin embargo, muchas personas, al ver estos datos, acuden a consulta asegurando que no duermen bien porque se lo ha dicho su dispositivo. 

Sobre otras tendencias, como los parches para mantener la boca cerrada al dormir que estamos viendo cada vez más a menudo en Instagram, la doctora es clara: «No se ha demostrado que esto tenga beneficio alguno”. Lo que hacen es obligarnos a respirar por la nariz, algo que, además de no contar con aval científico al respecto, puede suponer un sobreesfuerzo para el cuerpo. 

tendencias dormir bien

Dormir: la revolución más simple

La era de jactarse de no dormir se acabó. La ciencia no solo ha desmontado que esto nos haga más productivas, sino que ha demostrado todo lo contrario: dormir bien no es una excentricidad ni un capricho, sino una necesidad biológica tan esencial como la alimentación o el ejercicio.

La paradoja está servida: en un mundo obsesionado con la salud y el rendimiento, el descanso no ocupa el lugar que merece. Queremos dormir mejor, sí, pero quizá preferimos atajos, como las pastillas, o dejamos que sea un gadget quien haga el trabajo “sucio”. Sin embargo, tal vez el verdadero gesto de bienestar no sean las rutinas nocturnas infinitas ni monitorizar cada respiración, sino algo mucho más “sencillo”: entender que el descanso no es una tarea más en nuestra lista de obligaciones, sino el punto de partida de todo lo demás.

¿Te ha gustado este post?

¡Queremos saberlo!