¿Estamos en la era de la hormonofobia? Cómo el rechazo a ciertos tratamientos puede impactar en nuestra salud
Envejecimiento y fobia a las hormonas, ¿de dónde viene esta asociación? Te contamos la realidad de los tratamientos hormonales en esta etapa.
La desinformación es una de las grandes lacras de nuestros días. Y de ahí precisamente viene una de los cuestiones de actualidad en el entorno médico. Una cierta ¿tendencia? a la llamada hormonofobia. Pero, ¿qué significa exactamente este término, de dónde viene y hacia dónde va?
Tal vez tú también lo sufres, pero ni siquiera eres consciente de ello. Por eso, en Bloom abordamos esta cuestión, dejando a un lado los temores pero sin olvidar las implicaciones de los tratamientos con hormonas. ¿Tiene fundamentos esta fobia? Te lo contamos.
¿Qué es la hormonofobia?
Cogiendo literalmente el significado de la palabra, podemos decir que la hormonofobia es el miedo a las hormonas. Pero vamos un paso más allá. Miedo a las hormonas, exactamente, ¿cómo y por qué?
Se estima que un 20% de las mujeres que sufren síntomas de menopausia necesitarían un tratamiento hormonal… pero solo el 1% lo está siguiendo.
Muchas personas huyen de los tratamientos hormonales debido a que en los últimos años se los ha puesto bajo la lupa, para lo bueno (más información en algunos casos) y lo malo (ciertos bulos en otros). La falta de información o las malas experiencias (propias o de amigas) han ido poniendo piedras en el camino de estos tratamientos.
Además, se estima que la hormonofobia tiene su origen en buena medida del año 2002, cuando un estudio WHI (Women’s Health Initiative) relacionó la terapia hormonal sustitutiva con un mayor riesgo de cáncer de mama y accidentes cardiovasculares. Más tarde se comprobó que las hormonas utilizadas, al no ser humanas, no podían tener el mismo efecto, pero esa fobia a las hormonas que se generó entonces ha llegado hasta nuestros días.
¿De verdad tienen efectos secundarios los tratamientos hormonales?
Es una realidad que no podemos dejar de lado. Y podemos coger como ejemplo más claro el de la píldora anticonceptiva. Entre sus efectos secundarios, encontramos los cambios en el estado de ánimo, los dolores de cabeza, la falta de apetito sexual o incluso el aumento de peso o una mayor presencia de vello corporal.
Obviamente, son implicaciones que a nadie le gusta asumir. Si hay alternativas que no tienen asociados estos problemas (en el caso de los anticonceptivos, por ejemplo sería utilizar un método de barrera como el preservativo), ¿por qué aceptar un tratamiento hormonal?
Menopausia y hormonofobia: ¿por qué cuanto más mayores somos, más fobia tenemos a las hormonas?
Los anticonceptivos, cuando estamos en edad fértil, no son el único tratamiento hormonal. Podemos encontrarlos para otras cuestiones y en otros formatos, desde geles hasta supositorios, cremas, tabletas…
Por ejemplo, la menopausia es otro de los momentos vitales en los que muchas veces se recomienda recurrir a un tratamiento hormonal. Las vitaminas en la menopausia están muy bien, pero en otros casos necesitamos algo más.
Por eso, llama la atención que, tal y como ha declarado la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), la hormonofobia puede estar detrás del hecho de que en España apenas un 1% de las mujeres con síntomas raros de menopausia utilicen una terapia hormonal. Con este dato, España se sitúa a la cola en la Unión Europea en el uso de este tipo de tratamientos.
Además, existe una asociación entre envejecimiento y hormonofobia. Lo cierto es que no existen, a día de hoy, fundamentos para esta creencia.
La información, la clave para acabar con la hormonofobia
La clave para afrontar este tema (y para cualquier otro miedo o duda que tengamos) pasa por tener acceso a una información transparente y veraz por parte de los profesionales de la salud que nos atienden y de los medios en los que nos informamos.
En algunos casos estas terapias hormonales serán recomendables y en otros no. Como sucede con cualquier tratamiento, ni todo es blanco, ni todo es negro.