Cómo hidratar la piel seca en invierno: 10 trucos infalibles para cuidarla
¿Notas la piel muy seca en invierno? Conviértete en una experta de la hidratación con estos consejos infalibles para tener una piel siempre hidratada.
De la misma manera que en verano nuestra piel necesita cuidados extra, cuando bajan las temperaturas se hace obligatorio prestar atención para evitar la piel seca y que aparezcan rojeces, descamaciones o picores y problemas como la rosácea.
Una piel sana y confortable es garantía de belleza, pero también de menor riesgo de sufrir envejecimiento cutáneo y arrugas. Por eso, ponemos la lupa en por qué nuestra piel está más sensible y más seca en invierno y te proponemos 10 tips de skincare infalibles para lucir una piel radiante toda la temporada.
¿Por qué la piel está más seca en invierno?
Ya sabemos de sobra que los rayos UV del sol son enemigos de una piel sana y sin arrugas en cualquier época del año. Pero, además, las principales amenazas a las que se enfrenta nuestra piel en invierno son el frío, el viento y los cambios bruscos de temperatura entre el interior y el exterior. Otros factores que intervienen negativamente en la salud de nuestra piel como la contaminación de las grandes ciudades, el estrés diario y la falta de horas de sueño.
El clima invernal incide directamente en la barrera protectora de nuestra piel, consiguiendo efectos devastadores, sobre todo en el rostro y en las manos, porque su exposición es mayor. El frío intenso contrae los vasos capilares de la piel, por lo que llega mucho menos oxígeno y nutrientes a donde tienen que llegar y, además, las bajas temperaturas hacen que se atenúe el ritmo de renovación celular de los tejidos. El resultado es una piel mucho más seca, más sensible y más tirante con tendencia a desarrollar problemas cutáneos que requiere cuidados extra.
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Dedicarle tiempo a nuestra piel no es un lujo, sino una necesidad, especialmente en climas extremos o en momentos puntuales como la menopausia en los que está especialmente seca y sensible.
Consejos para cuidar la piel en invierno
Los dermatólogos aconsejan siempre adaptar la rutina de belleza a las circunstancias para asegurarnos una buena salud cutánea.
Dedicarle tiempo a nuestra piel no es un lujo, sino una necesidad, especialmente en climas extremos o en momentos puntuales como la menopausia en los que la piel está especialmente seca y sensible. Si nos tomamos en serio el cuidado de la piel, podemos evitar la aparición de problemas cutáneos serios y del envejecimiento prematuro.
La dermis en invierno requiere de unos cuidados extra tanto en el rostro como en las manos y en el resto del cuerpo. Aquí tienes 10 formas de cuidar la piel seca en invierno:
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Protección solar
En invierno también es necesario proteger la piel de los rayos UV del sol. Todos los días emplea protección solar alta en el rostro, las manos y cualquier otra zona que vaya a estar expuesta. Pon especial atención al SPF si vas a a estar en contacto con la nieve.
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Desmaquillar y limpiar
Para mejorar la elasticidad de la piel y calmarla después de haber estado expuesta a los agentes externos del clima invernal es muy importante una buena limpieza del rostro dos veces al día, pero no utilices agua demasiado caliente ni productos agresivos.
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Exfoliar es un paso imprescindible
En invierno la regeneración de la piel se ralentiza y se tienden a acumular las células muertas, por lo que la exfoliación de la cara y cuerpo se hace un paso imprescindible previo a la hidratación.
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Evitar la deshidratación
Una piel hidratada es una piel bonita, elástica y sana. Para la piel seca de la cara, lo mejor es aplicar dos veces al día una crema o una loción rica (adecuada a tu tipo de piel) que esté especialmente formulada para reforzar la hidratación por sus principios activos emolientes como el ácido hialurónico. Preferiblemente, usa un producto específico para el contorno de ojos.
En cuanto al cuerpo, conviene hidratarse todos los días después de la ducha y prestar atención a zonas con tendencia a estar más secas como los codos o los talones.
Los labios y las manos son los grandes olvidados, pero su cuidado es realmente importante. Aplícate un producto específico que los hidrate, repare y proteja contra el frío y el viento.Para hidratar la piel seca naturalmente existen grandes aliados como la manteca de karité, el aceite de argán, el aloe vera, el aceite de rosa mosqueta, el aceite de almendras o el de jojoba.
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Reparar cuando sea necesario
Las mascarillas reparadoras, los productos estéticos destinados a calmar la piel y a rehidratar y los tratamientos específicos de cabina contribuyen a recuperar la barrera natural de la piel.
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Evitar los tóxicos
El alcohol, el tabaco y otros tóxicos son siempre buenos aliados para la salud de la piel. Su efecto se hace muy visible a partir de cierta edad porque provocan mucha deshidratación y el envejecimiento prematuro.
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Cuidar la alimentación
La dieta influye mucho en la salud de la piel. Trata de llevar una alimentación equilibrada todo el año e incluye en invierno un extra de antioxidantes y vitaminas, especialmente de vitamina C. Bebe mucha agua para favorecer la hidratación y evitar la piel seca.
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Descansar lo suficiente
La piel sufre mucho por el estrés y la falta de sueño. Mientras duermes, las células de la piel hacen su trabajo, pero tienes que darles tiempo: procura descansar las horas necesarias y haz lo posible para evitar el insomnio.
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Confiar en los suplementos
A veces la piel no consigue reponerse en invierno, por eso los suplementos a base de vitaminas y minerales pueden ayudarnos a reforzar la hidratación de la piel. Prueba con vitamina E, vitamina B, vitamina A, zinc o selenio.
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Consultar con un dermatólogo
A la mínima sospecha de que algo no va bien, acude a un dermatólogo para que pueda examinar tu piel y te recomiende el tratamiento adecuado. Existen muchas enfermedades de la piel que, sin ser graves, requieren intervención médica como la dermatitis atópica, la rosácea o la psoriasis, por ejemplo.