‘Do’s & dont’s’ del cuidado facial adolescente o cuándo (de verdad) se debe empezar con el ‘skincare’
El acné, los puntos negros, los brillos o la sequedad son algunos de los problemas más comunes en esta etapa, pero se puede lidiar con ellos con una buena rutina
El secreto de lucir una piel sana es cuidarla adecuadamente desde una edad temprana, pero tal y como requiere. Nada de obsesionarse con arrugas que quedan muy lejanas o tratamientos innecesarios. No va de eso. La rutina de skincare en la etapa adolescente tiene más que ver con tratar los principales problemas que tienen lugar en ella, como la sobreproducción de grasa, así como mantenerla hidratada para sentar las bases del futuro.
Para darte una guía de lo que sí y de lo que no debes hacer si estás en esta fase (o si tu hija, hermana o sobrina está empezando a familiarizarse con la rutina de cuidado facial), hemos recurrido a la Dra. Cristina Eguren, dermatóloga, miembro del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) y directora de Clínica Eguren.
Empezar a cuidar tu piel durante la adolescencia es una inversión a largo plazo: te ayuda a mantener tu piel sana ahora y a prevenir problemas del futuro.
Hormonas, piel y adolescencia
¿Por qué es importante la higiene facial durante la adolescencia? Según la Dra. Eguren, la limpieza de la piel en esta etapa es fundamental para controlar la producción de grasa y la obstrucción del poro, que es lo que acaba convirtiéndose en el temido acné. Y es que, en estos años, las hormonas hacen que las glándulas sebáceas produzcan más grasa, lo que altera la microbiota de la piel y genera una respuesta inmune que da lugar a la aparición de lesiones inflamatorias, como los granos rojos, o la alteración de las cepas de Cutibacterium acnes, la “bacteria del acné”.
La limpieza facial empieza a ser necesaria a partir de los 12-13 años, que es cuando se comienza a percibir más grasa y pequeños granitos en la piel. Lo ideal es realizar la limpieza a diario, aunque sea una vez al día en la ducha.
Lo que sí
Esto es lo que ayudará a tu piel adolescente
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Saber cuál es tu tipo de piel.
Además de los cuidados propios de la piel por su edad, es importante saber de qué tipo es para poder elegir los productos adecuados en la rutina: seca, mixta, grasa o sensible.
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Adecuar la rutina.
Las marcas cosméticas suelen desarrollar líneas especiales para la piel adolescente. Para una mayor confianza, la Dra. Eguren recomienda acudir a firmas farmacéuticas, que, además, dan la opción de consultar con un profesional.
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Buscar ingredientes top.
A cada edad, la piel requiere unas atención que cubrir con diferentes ingredientes. Durante la adolescencia son muy aconsejables aquellos que tienen propiedades seborreguladoras, como el ácido salicílico o el zinc.
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Limpieza mañana y noche.
Es el paso más importante de la rutina en esta edad. Lo ideal es utilizar un gel suave para emulsionar y retirar con agua cada mañana, para eliminar las impurezas que la piel “desprende” mientras descansas, y por la noche, para limpiar la suciedad acumulada durante el día (maquillaje, sudor, contaminación…).
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Hidratar siempre la piel.
Incluso si es grasa, porque una cosa es la hidratación y otra es el sebo. De hecho, una piel grasa deshidratada puede dar lugar también a problemas cutáneos. Escoge la textura que mejor vaya contigo, preferiblemente sin aceites, y aplica cada mañana.
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Exfoliar, pero con moderación.
No hace falta que lo hagas todos los días, bastará con 2-3 veces por semana. Recuerda que una exfoliación no tiene que irritar la piel ni dañarla. El producto que escojas tiene que respetar la barrera de la piel y ser suave con ella.
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Ser constante.
Convierte tu rutina de cuidados en un hábito y no te frustres si no ves cambios inmediatos. El cuidado de la piel es una maratón, no un sprint.
Lo que no
Di ‘ciao’ a estos gestos
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Cuidado con el maquillaje.
Aunque pueda parecer una opción perfecta para “tapar” esos granitos, también obstruye los poros, lo que causa más brotes. Si vas a usarlo, escoge también texturas no grasas y no olvides retirarlo cada noche.
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Nada de productos agresivos.
Además de empeorar los brotes, pueden resecar la piel y, por contradictorio que parezca, producir más grasa.
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Exponerse al sol sin protección.
Sobre todo si es verano, cuando los rayos inciden con más fuerza, y vas a hacerlo durante horas, como cuando pasas el día en la playa o la piscina. La piel necesita estar protegida, ¡también la de la cara! Busca texturas ligeras especialmente diseñadas para el rostro, que se absorban bien y no provoquen esa sensación de piel grasa.
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Tocar lo granos.
Por muchas ganas que tengas, solo empeorará el problema, sobre todo si lo haces con las manos sucias. Es mejor tratar los granitos como heridas que hay que mantener al aire y limpias.
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Utilizar productos «por si acaso».
No es momento de hacer rutinas antiarrugas, ni de prevenir las líneas de expresión. Durante la adolescencia hay que tratar los problemas propios de la edad. No hace falta que hagas rutinas infinitas ni que incluyas ingredientes a modo de prevención.