
Andropausia o «menopausia masculina»
Hablamos de otro tema tabú: la andropausia. Qué es, cómo se diagnostica y qué opciones existen para tratarla.
En el amplio universo de las hormonas, la menopausia femenina ha acaparado durante años la conversación. Sin embargo, poco se habla de los cambios hormonales que también afectan a los hombres. La andropausia, conocida a veces como “menopausia masculina” o “pitopausia”, sigue siendo, todavía hoy, un tema tabú.
Este proceso se traduce en una disminución gradual de la testosterona, una hormona esencial para la energía, la masa muscular, el metabolismo y la función sexual. Aunque no todos los hombres lo viven con la misma intensidad, los efectos pueden sentirse tanto en el cuerpo como en el ánimo: pérdida de fuerza, aumento de grasa abdominal, menor densidad ósea, fatiga persistente o irritabilidad, junto a una caída del deseo sexual que impacta en la vida íntima y en la relación de pareja… ¿Nos suenan estos síntomas? Naturalmente que sí.
En los últimos años, distintos trabajos clínicos han confirmado que la prevalencia del déficit hormonal aumenta con la edad y con la presencia de ciertos problemas de salud. Vivimos más, pero también convivimos con más enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la obesidad o la hipertensión, que incrementan el riesgo de sufrir niveles bajos de testosterona. Según un estudio reciente, “las tasas de prevalencia de niveles bajos de testosterona pueden alcanzar hasta un 30 % en hombres adultos, especialmente a partir de los 40 años y cuando existen factores como obesidad, diabetes o hipertensión”(Ljubetic et al., 2024).
Por suerte, cada vez existe una mayor conciencia sobre la importancia de la salud integral y crece el interés por abordar estos cambios sin silencios ni prejuicios. Hablar de la andropausia con naturalidad es el primer paso para entender que no hay que resignarse. Existen tratamientos y herramientas que pueden mejorar de forma notable la calidad de vida de quienes la atraviesan.


¿Qué es la andropausia?
Según explica la Sociedad Española de Urología (AEU), la deficiencia androgénica se produce cuando el cuerpo fabrica menos testosterona de la necesaria, lo que puede repercutir en aspectos tan esenciales como la sexualidad, la masa muscular, la densidad ósea o el equilibrio metabólico.
Con el paso del tiempo, además, el organismo modifica la forma de manejar esa hormona. Una mayor proporción queda unida a proteínas como la SHBG y la parte realmente activa —la que actúa sobre los tejidos— se reduce. Por eso, un hombre puede tener cifras de testosterona total “normales” y, aun así, experimentar señales de déficit.
La andropausia no aparece de golpe ni marca un punto final. Es un cambio lento, que avanza casi sin ruido. Es cierto que forma parte del envejecimiento natural del organismo, pero no se manifiesta de igual en todas las personas. De hecho, algunos hombres mantienen niveles estables durante años, y otros perciben antes sus efectos, sobre todo cuando coinciden factores como exceso de peso, estrés crónico, tabaquismo o enfermedades como la diabetes o la hipertensión.
Por lo tanto, la andropausia no es una condición aislada, sino un síndrome multifactorial en el que confluyen factores hormonales, metabólicos, psicológicos y de estilo de vida.


Síntomas de la andropausia
El hecho de que los síntomas de la andropausia lleguen de forma paulatina y silenciosa hace que, para la mayoría de los hombres, el proceso pase desapercibido durante años hasta que los pequeños cambios físicos o emocionales empiezan a alterar su bienestar cotidiano. Es muy difícil generalizar porque no hay una edad exacta ni un patrón único, depende de factores tan diversos como la genética, el estilo de vida, el estado de salud o los niveles de estrés.
Sexualidad y deseo
Uno de los cambios más frecuentes provocados por la andropausia es la disminución del deseo sexual. La libido puede perder fuerza de forma progresiva, acompañada a veces de una menor frecuencia de las erecciones o de cierta dificultad para mantenerlas. Aunque es cierto que la disfunción eréctil puede deberse a múltiples causas, la caída de los niveles de testosterona en el organismo suele influir significativamente a partir de los 50 años tal y como indica la Sociedad Española de Urología.
Es importante mencionar que, más allá del plano físico, los problemas de disfunción sexual suelen tener también un impacto emocional en los hombres y pueden conllevar problemas de autoestima y de comunicación dentro de la pareja.
Cambios físicos
El descenso de testosterona se traduce a veces en una pérdida progresiva de la masa muscular, de la fuerza y de la densidad ósea, así como en un aumento de la grasa corporal, especialmente en la zona del abdomen. Todos estos factores hacen que aumente el riesgo de sufrir fracturas y padecer fatiga o sensación de debilidad general.
En cuanto a los síntomas físicos, también es común sentir una acusada falta de energía y una recuperación más lenta tras el ejercicio. Estos síntomas suelen asociarse a la edad, pero también pueden indicar un déficit hormonal en los hombres.
Estado de ánimo y bienestar emocional
No es raro que el desequilibrio hormonal se refleje en el ánimo. Coincidiendo con la andropausia, algunos hombres tienden a sentir una mezcla de apatía, irritabilidad o tristeza injustificada. De hecho, los niveles bajos de testosterona se asocian con síntomas depresivos leves y menor motivación, aunque esta relación no es directa ni exclusiva.
En algunas ocasiones, este estado emocional puede combinarse además con alteraciones del sueño, que inevitablemente empeoran la fatiga y el rendimiento cognitivo.
Cambios cognitivos y generales
En algunos hombres, la andropausia también deja huella en el terreno cognitivo. La dificultad para concentrarse, los pequeños fallos de memoria reciente o la sensación de lentitud mental son señales frecuentes, especialmente cuando se combinan con fatiga o alteraciones del sueño. Más que un deterioro brusco, se trata de una pérdida gradual de agilidad que puede afectar la confianza en uno mismo y la productividad en el día a día.


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Cómo se trata la andropausia
Por regla general el sector masculino vive la andropausia como un drama pero no se trata de una condena ni mucho menos de una señal de debilidad o falta de virilidad. Sencillamente es un cambio natural que llega con la edad y que, en algunos hombres, puede alterar momentáneamente el equilibrio físico y emocional. Pero hoy sabemos que, con un diagnóstico adecuado y un abordaje integral, es posible recuperar energía, vitalidad y bienestar de la misma manera que con la menopausia femenina.
El primer paso siempre es reconocer los síntomas y consultar a un especialista. Cuando un hombre presenta cambios relacionados con la andropausia, lo más conveniente es acudir a un urólogo, endocrinólogo o médico de cabecera para que valore su historia clínica, explore posibles causas asociadas y prescriba una analítica hormonal.
Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento se adapta a cada persona. No hay una fórmula única, sino distintas estrategias que se combinan entre sí.
Tratamientos para la andropausia
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Estilo de vida: el primer tratamiento
Los hábitos saludables son la base de cualquier intervención. El ejercicio físico regular, sobre todo el trabajo de fuerza, una alimentación equilibrada y un descanso reparador son fundamentales para regular los niveles hormonales y mejorar los síntomas de la andropausia.
También es fundamental controlar la diabetes, la hipertensión o el colesterol elevado, y reducir el consumo de alcohol y tabaco. Todo ello contribuye no solo a mejorar el bienestar general, sino también a optimizar la producción hormonal natural.
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Terapia hormonal con testosterona
Cuando los síntomas son intensos y el análisis confirma un déficit claro, el especialista puede valorar la terapia de reemplazo con testosterona (TRT) en diferentes formatos, cuyo objetivo es restaurar niveles adecuados y aliviar las molestias más limitantes.
Al tratarse de un tratamiento hormonal, es fundamental que esté pautado correctamente por un médico después de un estudio previo y requiere un seguimiento periódico.
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Acompañamiento integral
El apoyo psicológico o la terapia de pareja pueden ser un gran aliado para recuperar la confianza y fortalecer los vínculos.
La clave está en no resignarse ni asumir los síntomas como algo de la edad. El descenso hormonal forma parte del paso del tiempo, pero eso no significa que deba vivirse con malestar o apatía. Consultar a un especialista, revisar hábitos y, si es necesario, seguir un tratamiento médico bien indicado puede marcar la diferencia entre el cansancio crónico y una madurez plena, activa y consciente.