¿Cómo saber si tengo una fístula vaginal o rectovaginal? Estos son los síntomas más comunes
Descubre las causas, síntomas, diagnóstico y tratamientos disponibles para esta condición que afecta a nuestra salud íntima
Quizá nunca has oído hablar de ellas, pero pueden ser las causantes de problemas físicos y emocionales graves. Te contamos qué es una fístula, cómo puedes saber si te está pasando y las principales opciones de tratamiento de esta afección que no debe ser ignorada ni tratada como tema tabú.
¿Qué es una fístula vaginal?
Las fístulas vaginales son «anomalías médicas» que crean pasajes inusuales entre la vagina y otros órganos internos o la piel. Según su conexión con otros órganos, estas fístulas pueden ser vesicovaginal (se abre hacia el tracto urinario), rectovaginal (hacia el recto), colovaginal (desemboca en el colon) o enterovaginal, cuando se conecta con el intestino delgado. ¿Qué quiere decir esto? Que se abren canales que no existen de forma natural. ¿Cuál es la consecuencia? Si la fístula está entre el ano y la vagina, por ejemplo, este canal hace que los gases y heces se “liberen” a través de esta última.
¿Cuál es la causa?
Su formación suele vincularse a daños en el tejido vaginal que se van agravando con el paso del tiempo.
¿Cómo se producen daños vaginales? Hay varias causas: desde cirugías a enfermedades inflamatorias intestinales pasando, por supuesto, a complicaciones durante el parto.
Por qué aparecen las fístulas vaginales
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El parto
Lesiones durante el parto, como desgarros perineales extendidos o infecciones.
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Tumores y tratamientos
La radioterapia y los tumores en áreas como el recto o la vagina.
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Cuestiones intestinales
Enfermedad inflamatoria intestinal, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
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Consecuencias de cirugías
Complicaciones post cirugía de la zona pélvica (como, por ejemplo tras una histerectomía).
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Diverticulitis
Infecciones en pequeñas bolsas del tracto digestivo (diverticulitis).
Síntomas y diagnóstico de las fístulas vaginales
Aunque en la mayoría de los casos pasan desapercibidas porque no causan dolor, lo cierto es que las fístulas pueden tener otras consecuencias, como la incontinencia urinaria o fecal (dependiendo de si está en la zona vaginal o rectal), por lo que detectarlas a tiempo es clave para evitar males mayores.
El síntoma más común de una fístula rectovaginal es la evacuación de gases o heces por la vagina. Dependiendo del tamaño y la ubicación de la fístula, los síntomas pueden variar su gravedad.
Las complicaciones asociadas a las fístulas (que también nos pueden dar una pista de lo que nos pasa) son:
Así se manifiestan las fístulas
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Incontinencia urinaria o fecal.
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Dificultades para mantener la higiene perineal.
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Infecciones recurrentes.
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Irritación o inflamación.
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Dolor durante las relaciones sexuales.
¿Cuándo acudir a consulta? Ante la más mínima duda de que estás experimentando síntomas. Para confirmar la existencia de este problema, se realiza un examen físico que se suele completar con otras pruebas como análisis de orina, radiografías y resonancias magnéticas para evaluar el alcance.
¿Hay tratamiento para las fístulas?
La mayoría de las veces se requiere cirugía para reparar el tejido dañado y cerrar el pasaje anormal. Este proceso puede incluir la extirpación quirúrgica de la fístula, el uso de injertos de tejido o incluso reparaciones de los músculos afectados.
Aunque algunas fístulas pueden cerrarse por sí solas, la mayoría requiere cirugía para corregirlas.
El tratamiento varía según la causa, tamaño y ubicación de la fístula, así como su impacto en los tejidos circundantes. Es importante seguir las recomendaciones médicas después de la cirugía y buscar atención inmediata si hay signos de infección o complicaciones.