¿Por qué es tan importante el método piel con piel con un recién nacido?
El vínculo entre madre y bebé comienza en el primer contacto piel con piel, pero ¿siempre es posible poner en práctica este método?
El nacimiento de un bebé es un momento cargado de emoción, pero también de ansiedad y altas expectativas de la madre. Sabemos que los primeros minutos de vida del recién nacido son importantísimos a nivel físico y emocional tanto para el bebé como para su madre, por eso el contacto piel con piel es tan fundamental para garantizar el bienestar de ambos.
Pero, ¿sabes qué es exactamente este método y por qué es tan esencial para la salud materna y neonatal? Para responder a estas preguntas, contamos con la experiencia de Patricia Martínez Navarro, matrona profesional y vicepresidenta de la Asociación Científica de Matronas de Aragón (ACMA).
¿Cuál es el papel del contacto piel con piel en los primeros momentos tras el parto?
El método piel con piel, también conocido como método canguro, consiste en colocar al recién nacido inmediatamente después del parto sobre el pecho y vientre materno de manera ininterrumpida al menos durante dos horas. De esta forma se consigue que el bebé esté en contacto directo con la piel de la madre, favoreciendo la estabilidad térmica, mejorando la regulación de su ritmo cardíaco y respiratorio y, al mismo tiempo, facilitando la lactancia materna.
Después del tremendo esfuerzo que supone el parto, el bebé encuentra en el cuerpo de su madre un refugio seguro para adaptarse progresivamente al mundo exterior. Como explica Patricia Martínez Navarro, vicepresidenta de la Asociación Científica de Matronas de Aragón (ACMA), “el contacto piel con piel genera un ambiente de seguridad para el bebé, ya que el recién nacido reconoce el olor, el ritmo cardíaco y la voz de la madre, que ya sentía durante el embarazo”.
El pecho materno actúa como una fuente natural de calor, estabilizando al bebé sin necesidad de incubadoras en la mayoría de los casos. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud destaca que el contacto piel con piel inmediato y prolongado puede aumentar las tasas de supervivencia en bebés prematuros o de bajo peso.
El simple hecho de mantener esta cercanía puede reducir las complicaciones respiratorias y disminuir la necesidad de intervenciones médicas en los primeros días de vida. De hecho, la OMS recomienda que, siempre que las condiciones médicas lo permitan, este método se practique durante al menos una hora tras el parto, y si es posible, que continúe más allá de este tiempo, dependiendo de las necesidades del bebé y de la madre.
Además de los múltiples beneficios que aporta el contacto piel con piel para los bebés, es importante tener en cuenta que este método tiene un profundo impacto en la recuperación física y emocional de la madre. Uno de los efectos más importantes es la liberación de oxitocina, que se desencadena naturalmente con el contacto cercano y la lactancia. Este aumento de oxitocina favorece las contracciones del útero para reducir el sangrado del posparto y facilita mucho la expulsión de la placenta.
A nivel emocional, este momento inicial de conexión reduce mucho los niveles de ansiedad en la madre y contribuye a que el vínculo emocional con el bebé sea más fuerte y a reducir notablemente el riesgo de sufrir depresión en el posparto.
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Paso a paso para el contacto piel con piel. ¿Cómo te puede ayudar tu matrona?
Sobre todo en el caso de las madres primerizas, el parto suele presentarse rodeado de muchas incertidumbres. Puede que te plantees recurrir al método canguro o piel con piel, pero no sepas qué pasos tienes que seguir para llevarlo a cabo.
La figura de la matrona es fundamental en la preparación del parto, durante el parto y también en el posparto. El proceso es sencillo, pero contar con el acompañamiento de un profesional puede marcar la diferencia en cómo se vive ese primer encuentro.
“En el mismo paritorio, una vez que el bebé nace, y siempre y cuando el estado físico tanto de la madre como del recién nacido lo permiten, lo colocamos directamente sobre el vientre materno en contacto estrecho y sin ropa que interfiera en el contacto. Secamos al bebé, le colocamos un gorrito y le tapamos con una toalla caliente para evitar la perdida de calor corporal. La cabeza del neonato se coloca ladeada, quedando la mejilla apoyada sobre el pecho. Intentamos que en este momento haya la menor intensidad sonora y lumínica para que su bienvenida al mundo sea lo más calmada posible”, nos explica la especialista Patricia Martínez.
Una de las dudas más comunes es si el método piel con piel es posible en caso de una cesárea. A este respecto, la matrona asegura que “aunque la cesárea es una intervención quirúrgica, en la mayoría de los casos el bebé puede colocarse sobre el pecho de la madre en la misma sala de operaciones, una vez estabilizado”.
Si por alguna razón la madre no puede sostener al bebé inmediatamente después de la intervención, el contacto piel con piel puede realizarlo también el padre u otra persona muy cercana, asegurando así que el recién nacido reciba esos beneficios en los primeros minutos de vida. Es importante recordar que la asistencia de la matrona también es esencial en estas situaciones, ya que ella estará ahí para facilitar todo el proceso y asegurar que, dentro de lo posible, se sigan las recomendaciones médicas y de seguridad.
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¿Y si no es posible el método piel con piel?
Aunque los beneficios del contacto piel con piel están fuera de toda duda, hay situaciones inevitables en las que no es posible llevar a cabo este método porque puede haber complicaciones médicas o en la madre o en el bebé que impidan ese contacto piel con piel inmediato. En estos casos, es fundamental no generar sentimientos de culpa en las madres, «lo importante es entender que cada parto es único y que, si bien el contacto piel con piel es ideal, hay múltiples maneras de fortalecer el vínculo mamá-bebé».
Cuando es necesario trasladar al bebé a cuidados intensivos, lo ideal es que el equipo médico mantenga informada a la madre en todo momento. Ya existen en nuestro país muchas unidades neonatales que permiten realizar el método piel con piel una vez que el estado del bebé es estable, pero si no es posible durante las primeras horas, la práctica se puede iniciar en el momento en que las condiciones lo permitan. Además, la cercanía emocional, el tacto y la voz de la madre siguen siendo esenciales para establecer ese vínculo, incluso aunque el contacto físico no sea inmediato.