La fertilidad masculina en España: cuando hablar del «reloj biológico» sigue siendo un tabú
En España se estima que hay 3,7 millones de hombres que sufren de infertilidad, pero el mayor problema es que lo desconocen
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de un 17,5% de la población adulta sufre infertilidad. Se trata de algo que preocupa a los especialistas médicos que, además, alertan de que uno de los grandes problemas es el desconocimiento respecto a la infertilidad masculina. En el último encuentro anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, celebrado el pasado año en Copenhague, se habló de que tan solo se detectan un 11% de los casos, por lo que se estima que 3,7 millones hombres en España que son infértiles sin saberlo.
Un estudio del Instituto Bernabeu que ha analizado 5.000 muestras en los últimos cinco años, revela que hay una disminución general del 16,75% en el recuento de millones por mililitro de espermatozoides, mientras que su motilidad ha caído un 12%. Además, la proporción de espermatozoides con una forma normal se ha reducido a la mitad, del 7,6% en 2017 al 3,8% actual. Esto se refleja también en las donaciones de esperma: la tasa de aceptación de donantes ha pasado del 15% al 8%, una situación preocupante si tenemos en cuenta que la mayoría de los donantes son jóvenes menores de 35 años (lo que nos abriría la puerta a la conversación sobre la frecuencia en las relaciones sexuales entre los jóvenes).
Aunque existen algunos factores genéticos que pueden influir en la fertilidad masculina, las causas más comunes las encontramos en problemas testiculares, infecciones de transmisión sexual o problemas hormonales, como alteraciones. Además, el estilo de vida tiene una gran influencia en la fertilidad: fumar y beber en exceso pueden reducir la calidad del esperma, y la obesidad puede alterar la producción hormonal.
Infertilidad masculina: qué es
Cuando hablamos de infertilidad, nos referimos a la incapacidad de gestación de una pareja tras al menos 12 meses manteniendo relaciones sexuales sin método anticonceptivo. En este punto de partida, el origen se reparte a partes iguales entre los dos miembros de la pareja hetero: un tercio de los casos se deben a problemas masculinos, otro tercio a un factor femenino, y el tercio restante a una combinación de ambos.
Para conocer más acerca de ese primer tercio, es decir, de la infertilidad masculina, contamos con la colaboración de tres doctoras especialistas en la materia: la Dra. Natalia Pérez Romero, uróloga en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, la Dra. Ana Fernández-Sanguino, ginecóloga en Fertility Madrid, un centro de reproducción asistida de la capital y Cecilia Quetglas, ginecóloga especialista en medicina reproductiva del Instituto Bernabeu en Palma de Mallorca.
¿Cuáles son las causas de la infertilidad masculina?
Infertilidad masculina: causas
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Una de las principales causas que se detectan es un fallo en la producción de espermatozoides por parte del testículo, con frecuencia provocadas por la existencia de un varicocele (varices escrotales) que impiden su funcionamiento “normal”, es decir, no deja que la sangre irrigue de forma adecuada el tejido testicular.
Cuando hay ausencia de espermatozoides en el semen recibe el nombre de azoospermia, y cuando la cantidad de espermatozoides es baja, oligospermia.
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Calidad deficiente del esperma: movilidad o morfología anormales.
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Alteraciones hormonales que regulan el proceso de formación de espermatozoides también provocan infertilidad.
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Factores genéticos. Existen anomalías cromosómicas o enfermedades hereditarias, como la fibrosis quística, que afectan al transporte de los espermatozoides desde el testículo al eyacular.
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Las ITS pueden también dañar el sistema reproductivo.
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Problemas con la eyaculación: la eyaculación retrógrada o la dificultad de eyacular en las relaciones sexuales dificultan la concepción por la vía “natural”.
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El estilo de vida y los factores ambientales, como el consumo de alcohol, drogas, tabaquismo y ciertos medicamentos.
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Algunas enfermedades como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades autoinmunes pueden afectar a la producción espermática.
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La edad no es un factor tan determinante entre los hombres como lo es entre las mujeres. Si bien entre nosotras la tasa de fertilidad sufre una disminución brusca y significativa a partir de los 35 años, en ellos la edad empeora la calidad seminal, pero de una forma más lenta.
Si nos centramos en el factor masculino, que es la parte que estudia y trata la urología, tras los estudios realizados encontramos una causa hasta en el 60-80% de los casos.
Cómo se detecta la infertilidad en hombres
Según explica la Dra. Pérez Romero, la prueba en el Hospital Clínico San Carlos que guía todo el proceso es el seminograma o espermiograma, que consiste en analizar una muestra de semen. Con este primer estudio, es posible saber su calidad en función del volumen del eyaculado y la cantidad, movilidad y morfología de los espermatozoides, para poder hacer una estimación de las probabilidades de reproducción del paciente. “En el HCSC contamos con personal e instrumental de laboratorio muy avanzados para llevar a cabo estas pruebas -señala Pérez Romero-. Según estos primeros resultados, las características clínicas del varón y de su pareja, realizaremos o no otras pruebas como analíticas hormonales, ecografías del aparato reproductor o análisis genéticos”.
Con los exámenes hormonales se miden los niveles de hormonas FSH y LH, que se liberan en el cerebro y que son las encargadas de regular la producción de espermatozoides en los testículos. Por su parte, las pruebas que indagan en la genética tratan de detectar anomalías cromosómicas que pueden afectar a la fertilidad.
Si no hay ninguna enfermedad previa que pueda alterar la fertilidad, lo habitual es que estos estudios se inicien después de un año de intentos de concepción sin éxito.
Síntomas de alerta
Existen algunas situaciones en las que se conoce que la fertilidad puede verse afectada. Si se dan estas circunstancias, no hace falta esperar un año, como se estipula. “En el caso del varón estas situaciones incluyen la existencia de un varicocele, haberse sometido a ciertas cirugías, traumatismos, infecciones o inflamaciones de los genitales, haber tenido alguna alteración en el desarrollo o haber recibido algún tratamiento que pueda afectar la fertilidad”, apunta la uróloga.
Tratamientos para hombres con problemas de fertilidad
Ahora bien: ante un problema de infertilidad, ¿qué se puede hacer? Según explican las expertas, las opciones estarán orientadas a solucionar la causa que se haya detectado en la consulta y esta orientación diagnóstica será clave para maximizar las posibilidades de embarazo. Estas son las opciones que se ofrecen hoy en día:
Afrontando la infertilidad masculina
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Tratamientos médicos, como la terapia hormonal para corregir desequilibrios hormonales o los antibióticos para tratar infecciones.
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Técnicas de reproducción asistida. Las parejas que sean diagnosticadas de un factor masculino en muchos de los casos serán orientadas hacia la realización de un ciclo de fecundación in vitro.
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Cuando la movilidad espermática es muy baja o existen alteraciones genéticas ya sea en el varón o en los espermatozoides, el protocolo es estudiar genéticamente los embriones que se obtengan de un ciclo de FIV.
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En caso de que el diagnóstico sea la ausencia de espermatozoides en el eyaculado (azoospermia), una vez estudiadas las posibles causas, se recomendará realizar una biopsia testicular para comprobar hay espermatozoides que se puedan utilizar para FIV.
¿Se pueden tomar algunas medidas preventivas ante la fertilidad?
Aunque ya hemos visto que existen causas genéticas sobre las que no se puede incidir, la Dra. Fernández-Sanguino nos expone otros aspectos en los que es posible proteger la fertilidad masculina:
¿Se puede prevenir la infertilidad?
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Llevar un estilo de vida saludable, donde se incluye una dieta equilibrada y hacer ejercicio de forma regular, entre otras.
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Evitar sustancias nocivas para el organismo, como el alcohol, las drogas o el tabaco. Fernández-Sanguino advierte todas ellas están relacionadas con malos resultados reproductivos, así como con un aumento del riesgo de aborto en el primer trimestre.
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Practicar sexo con protección para evitar las ITS.
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Minimizar la exposición a toxinas: evitar pesticidas, metales pesados y otras sustancias químicas tóxicas.
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Evitar el sobrecalentamiento de los testículos. Según indica la doctora, es preferible no utilizar ropa interior ajustada, así como evitar saunas y baños calientes prolongados.
¿La infertilidad masculina tiene impacto en la salud emocional?
Según explica la Dra. Quetglas, la infertilidad es un proceso emocionalmente muy difícil que puede provocar tristeza, ansiedad e incluso depresión. Es por eso que las clínicas suelen ofrecer un servicio de apoyo, como es el caso de Instituto Bernabéu y su Unidad de Apoyo Emocional, creada para acompañar a los pacientes durante los diferentes tratamientos para lograr el embarazo. Además, «es fundamental contar con el apoyo de nuestro entorno más cercano y adoptar una actitud positiva que complemente y ayude a los tratamientos que ofrecemos en la clínica», señala.
Y para terminar… 5 mitos sobre la infertilidad masculina
Mito: «La infertilidad es principalmente un problema femenino.»
FALSO. La infertilidad afecta a hombres y mujeres por igual.
Mito: «La cantidad de esperma es lo único que importa.»
FALSO. La calidad del esperma (movilidad y morfología) es tan importante como la cantidad.
Mito: «Si un hombre ha tenido hijos antes, no puede tener problemas de fertilidad.»
FALSO. La fertilidad puede cambiar con el tiempo debido a diversos factores, como enfermedades o cambios en el estilo de vida.
Mito: «La edad no afecta la fertilidad masculina».
FALSO. Aunque los hombres pueden ser fértiles durante más años que nosotras y no notan ese descenso tan brusco, a partir de cierta edad la calidad de su esperma también baja.
Mito: «Los hábitos de vida no influyen en la fertilidad masculina».
FALSO. Fumar, el consumo excesivo de alcohol y una alimentación deficiente o poco equilibrada pueden afectar negativamente la fertilidad.