Hormona de la felicidad (y cómo afecta el ciclo a nuestro estado de ánimo)
¿Tu también atraviesas una montaña rusa de moods durante tu ciclo? Te contamos todo lo que influye en tu estado de ánimo, sea cual sea la fase en la que estés
Que nuestro estado de ánimo no es algo invariable lo tenemos claro: son muchos los factores externos e internos que influyen en cómo nos sentimos. Pero ¿tú también has detectado cambios en tus emociones según evoluciona tu ciclo y se acerca la regla? Es algo completamente habitual, y en lo que la serotonina, también conocida como hormona de la felicidad, tiene mucho que ver. ¡Vamos a descubrirlo!
¿Qué es la serotonina?
Comencemos con un poco de teoría. La serotonina es un potente neurotransmisor que se fabrica en nuestro cerebro y que se distribuye a todo el cuerpo en forma de hormona, a través de la sangre, para intervenir y regular asuntos tan importantes como la digestión, la coagulación, la densidad de los huesos, la regulación del sueño o del deseo sexual.
Pero, sobre todo, la serotonina se valora por su capacidad para regular positivamente nuestro estado anímico. Aunque es cierto que no es la única hormona que interfiere de forma activa en nuestro mood. Otras hormonas responsables de nuestra felicidad son la dopamina, la oxitocina y las endorfinas.
¿Por qué la serotonina es la hormona de la felicidad?
“Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor”, dice la canción, pero ¿son esas las únicas claves de la felicidad? Afortunadamente, la respuesta es un rotundo «NO».
Hoy todas somos conscientes de que nuestra salud mental es fruto del equilibrio perfecto entre los factores externos y los muchos elementos químicos que están presentes en nuestro organismo. En este sentido, las hormonas son las protagonistas de la fiesta y entenderlas y controlarlas nos facilita encontrar la ansiada paz mental que necesitamos para poder hablar de felicidad.
La serotonina recibe el nombre de hormona de la felicidad u hormona del placer porque sus niveles de concentración en nuestro cuerpo afectan muy directamente a nuestro estado de ánimo. No en vano, los fármacos antidepresivos suelen fomentar la creación de serotonina para mejorar el estado de salud de pacientes que padecen enfermedades mentales.
Cuando aumenta la serotonina, crecen en nosotras sensaciones de bienestar, sube la autoestima y somos capaces de concentrarnos más y mejor en las actividades cotidianas. Sin embargo, cuando los niveles de serotonina se sitúan por debajo de los umbrales recomendados, se desencadenan sentimientos negativos. Procesos de ansiedad, profunda tristeza o depresión suelen estar relacionados con unos muy bajos niveles de serotonina. Otras consecuencias de la carencia de esta hormona pueden ser las pérdidas de memoria, la falta de autoestima o los trastornos del sueño.
Sabemos que suena demasiado bien y todas querríamos una dosis extra de serotonina para sobrellevar el día a día, pero lo cierto es que un exceso de esta hormona puede provocar síndrome serotoninérgico, que, según los expertos, podría desembocar en «daños cerebrales serios».
Si crees que puedes padecer una falta de serotonina, será fundamental consultar con un especialista para que te acompañe y te aconseje el mejor tratamiento o terapia según tus circunstancias (recuerda que cada una somos únicas, y esa solución que tan bien le ha ido a tu amiga puede no ser efectiva en ti).
¿Cómo afecta la regla al estado de ánimo?
No estamos desequilibradas, somos mujeres y padecemos cambios en el estado de ánimo a causa de nuestro ciclo menstrual. La química de nuestras hormonas a veces nos da bajón, pero otras nos da el empujoncito necesario para venirnos arriba.
Ya hemos hablado otras veces de la cantidad de cosas que ocurren en nuestro cuerpo durante el ciclo menstrual sin que seamos conscientes. Cuando se acerca el momento de la menstruación, nuestro cuerpo experimenta un vaivén de emociones que responde al baile de hormonas y que afecta a nuestro estado de ánimo irremediablemente. Además, a partir de los 40, el descenso de la hormona de la felicidad es irremediable. Va cayendo de forma gradual hasta que, en la menopausia (que también puede implicar otras consecuencias como dolor de ovarios), sus niveles se sitúan bajo mínimos.
Con todo esto, entender cómo funciona la hormona de la felicidad nos puede ayudar a convertirla en nuestra aliada y BFF.
Serotonina y ciclo menstrual
Aunque tu organismo no presente ninguna carencia de serotonina, los niveles de la hormona de la felicidad van variando en función del momento del ciclo menstrual en que te encuentres.
- Fase premenstrual. En este momento van descendiendo los niveles de serotonina, provocando un desequilibrio en el estado de ánimo, además de más cansancio y otros síntomas asociados al SPM (síndrome premenstrual) como aumento del apetito e insomnio. ¿Te suena?
- Fase menstrual. Durante los primeros días de regla, los niveles de serotonina están por los suelos, lo que, acompañado a veces de dolor, puede provocar que lo veas todo más bien negro, especialmente si padeces dismenorrea. Cambios de humor, irritabilidad, cansancio, sensación de tristeza… Por suerte, es algo pasajero.
- Fase preovulatoria. Entre los días 5 y 12 del ciclo aumentan la serotonina y el resto de hormonas felices de tu organismo, mejorando notablemente el ánimo y las ganas de estar activa y socializar. Es el momento de comerse el mundo.
- Fase ovulatoria: En este punto del ciclo, los niveles de serotonina se estabilizan y reanudan su fase de descenso. ¡Da comienzo la montaña rusa de emociones!
¿Cómo activar la hormona de la felicidad?
Por diversas circunstancias (estrés, estar acercándonos a la menopausia…), a veces nuestro organismo no libera la suficiente cantidad de serotonina para mantener el equilibrio, y tenemos que emplearnos a fondo para solucionarlo. ¿Cómo? Existen formas naturales de activar esta hormona y están al alcance de tu mano.
- El estrés, a raya. Trata de hacer actividades que te ayuden a relajarte y alejarte de un estrés que te acompañe a diario. Practica yoga, meditación o, simplemente, baja el ritmo. ¡Eso también es autocuidado!
- El ejercicio físico fomenta mucho la producción de serotonina.
- Pasa tiempo al aire libre y toma el sol con moderación. La vitamina D que proporciona el sol es fundamental en la creación de serotonina.
- Descansa y duerme las horas que tu cuerpo necesite. Mientras dormimos, se restablecen los niveles de serotonina.
- Cuida tu alimentación. Aquí van algunas claves:
- La serotonina no se produce sola, necesita el triptófano para sintetizarse. Hay muchos alimentos que contienen altas concentraciones de este aminoácido, como el pescado, los huevos, las nueces, los lácteos, la carne de ave, las legumbres, el chocolate o las semillas de calabaza.
- Evita tomar carbohidratos simples y huye de los azúcares y las harinas refinadas.
- El omega 3 te ayudará a producir serotonina. Encuéntralo en el marisco y el pescado azul, el aguacate, el brócoli y las semillas de chía y lino.
- Disminuye el consumo de cafeína y no tomes bebidas energéticas. Los excitantes provocan el efecto contrario.
- La vitamina B6 o piridoxina es vital a la hora de producir serotonina. Incluye en tu dieta sardinas, salmón, aguacate, nueces y lentejas.
- Consume alimentos con alto contenido en fibra y magnesio, grandes aliados para paliar el SPM: Avena, frutos secos, plátano, chocolate negro y espinacas.
Con todo esto, ofreceremos a nuestro organismo un extra de ayuda… que redundará en nuestro bienestar.