Se la conoce como hormona del amor, pero la oxitocina es clave en todas las relaciones sociales: así puedes estimularla

¿Cuál es el secreto de esta sustancia química que atrae el interés de científicas y románticas?

marzo 15, 2024 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Desde los contactos más estrechos hasta los encuentros casuales en la calle: la oxitocina cumple un papel clave en nuestra forma de conectar con otras personas. Se trata de una hormona capaz de trascender los límites de lo físico para influir de manera decisiva en nuestras emociones. Es por eso que se la conoce como “la hormona del amor”, aunque no es la única en ostentar este título. 

Está muy presente desde el minuto 1 de nuestras vidas. De hecho, es una de las grandes protagonistas del parto y la lactancia. Sin embargo, su trabajo no acaba aquí: no hace falta desarrollar un vínculo tan íntimo, porque está presente en un apretón de manos o, incluso, en un mirarse a los ojos. 

Te contamos qué es exactamente la oxitocina, cómo actúa en nuestro organismo, qué impacto tiene en nuestras relaciones interpersonales y qué puedes hacer para aprovechar al máximo su power en el día a día. 

Qué es la oxitocina

Si nos vamos a la definición más científica, la oxitocina es un neuropéptido compuesto por una cadena de nueve aminoácidos que secreta la hipófisis ante determinados estímulos. Es una de las hormonas de la felicidad (¡no la única!) y debe su nombre al fisiólogo británico Henry Dale, quien acuñó este término con raíces griegas que viene a significar “parto rápido”. Este nombre señala que su función principal está muy relacionada con la reproducción y la lactancia ya que actúa en dos órganos diana en el caso de las mujeres: la glándula mamaria y el útero. 

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Desde activar contracciones uterinas durante el parto hasta facilitar la lactancia: el alcance de la oxitocina es vital para la supervivencia y bienestar tanto de la madre como de la cría.

Sin embargo, su influencia trasciende a este ámbito. Además de actuar como un neurotransmisor, también es la responsable del vínculo que hay entre las parejas (presente también en especies animales), incide en la reducción del estrés y la ansiedad, favorece la empatía e incluso parece que juega un papel relevante en procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria. 

Más allá de su papel en la reproducción, la oxitocina es la encargada de fomentar la confianza, la empatía, la generosidad y la formación de vínculos. Además, regula comportamientos que tienen que ver con la sociabilidad, la compasión y la regulación del miedo.

Si bien la oxitocina es en su mayoría beneficiosa para nuestra salud emocional y social, es importante tener en cuenta que su exceso puede tener efectos secundarios no precisamente buenos, como la sensación de apego no saludable. Como con cualquier sustancia química en el cuerpo, el equilibrio es clave.

La oxitocina nos recuerda la importancia de las conexiones humanas, algo especialmente importante en estos tiempos que corren, a menudo demasiado digitalizados y distantes.

Cómo generar oxitocina de forma natural

La oxitocina endógena, es decir, la que produce el cuerpo de forma natural, se libera en situaciones de calma y contacto. Sin embargo, puede encontrar algunos enemigos -también generados por nuestro propio cuerpo-, como el estrés o la adrenalina, que inhiben su producción. Es por eso que es importante generar entornos saludables y tranquilos, especialmente durante el embarazo y el parto.

Además de trabajar en evitar esas sensaciones que bloquean la oxitocina, también podemos fomentar su liberación natural a través de actividades, comportamientos e incluso alimentos de manera totalmente natural. Toma nota:

¿Cómo se puede generar oxitocina?

  • Contacto físico

    Los abrazos, los besos, el piel con piel de los recién nacidos… todas estas acciones estimulan la hormona del amor.

  • Intimidad

    Del tipo que sea. Puede ser compartir espacios y experiencias con amigas y amigos, sentirse en un lugar que sea “casa”, o tener relaciones sexuales. Cualquier tipo de intimidad es gasolina para la oxitocina.

  • Conexiones sociales

    Desde las más débiles (saludar a tu vecina, una pequeña charla con quien te atiende donde sea) hasta participar en actividades sociales y sentirse parte de un grupo.

  • Risas

    ¡Por supuesto que la diversión genera oxitocina!

  • Actividad física

    El ejercicio regular ayuda a mantener estos niveles: da igual si es yoga, bailar o levantar pesas. ¡La que más te guste!

  • Relajación

    La meditación y los ejercicios de respiración ayudan a reducir el estrés y dejan vía libre a nuestra hormona del amor para que se expanda alegremente.

  • Los animales

    Sí, como lo oyes: acariciar un gato, jugar con un perro, peinar a un caballo… Los animales son súper generadores de bienestar y buenas vibras.

  • Magnesio

    Puedes encontrarlo en algunos frutos secos como las nueces o los anacardos, en frutas como los plátanos o los albaricoques, en la leche, en semillas y en las espinacas, entre otros.

  • Expresar gratitud

    Salir de la queja para agradecer pequeñas cosas, realizar actos de bondad, ser de ayuda a los demás… Oxitocina likes.

estimular oxitocina

No es la única: estas son las 5 hormonas del amor

Como hemos visto, la oxitocina se ha ganado a pulso el apodo de «hormona del amor» por estar tan intrínsecamente ligada a nuestras interacciones sociales y afectivas, pero no es la única. Tiene otras cuatro grandes amigas con las que forma el quinteto de la felicidad: la dopamina, la endorfina, la oxitocina, la adrenalina y la norepinefrina. Todas ellas, de diferente manera, influyen en nuestras emociones y estado de ánimo.

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