¿Cómo saber si tengo el cortisol por las nubes? Síntomas de que esta hormona está alcanzando picos en tu organismo
El cortisol es una hormona indispensable en el organismo, pero cuando sus niveles son demasiado elevados ponemos en peligro nuestra salud. Aprendemos a controlar el cortisol.
Escrito por Isabel Sauras
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, cultura y estilo de vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
La mayoría de las mujeres vivimos sometidas a mucho estrés desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Demasiada responsabilidad, autoexigencia máxima y multitasking a todas horas que provocan un cóctel desastroso en el que el ingrediente principal es el cortisol.
Aunque tenemos la idea equivocada de que el cortisol es maligno, lo cierto es que el cortisol no es malo, lo que es perjudicial para nuestra salud es tener descompensados los niveles de cortisol en el organismo.
Analizamos cómo funciona esta hormona, cómo puede llegar a afectar un exceso de cortisol a nuestra salud y qué podemos hacer para compensar los niveles de cortisol en nuestro día a día.
¿Qué es el cortisol?
El cortisol es una hormona glucocorticoide que controla el estrés y que sirve fundamentalmente para que nuestro cuerpo esté alerta ante un posible peligro, por eso es una hormona completamente imprescindible para nuestra salud. Además, el cortisol es responsable de regular la presión arterial, el volumen de azúcar en sangre y el metabolismo, controlar el sistema inmunológico, tiene funciones antiinflamatorias y regula las horas de sueño.
En condiciones normales, el cortisol alcanza su máximo nivel por las mañanas y va decreciendo a lo largo del día para llegar a los mínimos por la noche, cuando debemos descansar y el cuerpo no necesita estar alerta.
El cortisol es clave en nuestro día a día, pero cuando sus niveles aumentan o disminuyen demasiado, puede convertirse en un problema de salud importante. Unos bajos niveles de cortisol provocan fatiga, tristeza, dolores musculares, problemas de piel y pelo e incluso amenorrea o desarreglos menstruales. Por el contrario, unos niveles demasiado altos de cortisol, pueden provocar insomnio, depresión, problemas metabólicos y osteoporosis, entre otros inconvenientes.
¿Por qué suben los niveles de cortisol?
La glándula pituitaria, las glándulas adrenales situadas en los riñones y el hipotálamo son los tres responsables de que nuestro cuerpo segregue la cantidad adecuada de cortisol en cada momento y la deposite en el torrente sanguíneo.
Aunque hay otras patologías que pueden provocar que se disparen los niveles de cortisol, las causas principales que hacen que suba el cortisol es el estrés continuado o crónico (burnout), la cafeína o el deporte extremo.
Cuando se producen situaciones de mucho estrés, nuestro organismo reacciona de forma adaptativa, como si se tratara de una amenaza, para enfrentarse al peligro liberando mucha más cantidad de cortisol, cuando los niveles de cortisol se elevan durante demasiado tiempo y de forma crónica, hablamos de hipercortisolismo y se pone en peligro la salud física y mental.
El cortisol afecta por igual a los hombres en situaciones o épocas de mucho estrés, pero además en determinados momentos de la vida de las mujeres, como la adolescencia o la menopausia, el cortisol se dispara y cobra especial protagonismo en nuestro comportamiento y en nuestra salud general. Además, unos niveles de cortisol demasiado altos empeoran los síntomas del SPM y de la regla.
Aparte de los síntomas que genera el exceso de cortisol, la manera adecuada de medir los niveles de esta hormona es a través de un análisis de orina o sangre o mediante una prueba de saliva.
En determinados momentos de la vida de las mujeres, como la adolescencia o la menopausia, el cortisol se dispara y cobra especial protagonismo en nuestro comportamiento y en nuestra salud general. Además, unos niveles de cortisol demasiado altos empeoran los síntomas del SPM y de la regla.
¿Cómo detectar que tienes el cortisol alto? Síntomas
Los efectos del cortisol alto de forma crónica pueden llegar a ser devastadores y, sin embargo, demasiado a menudo, ignoramos sus síntomas o les restamos importancia. ¡Atenta a estos síntomas que pueden estar avisándote de un exceso de cortisol en tu vida!
Síntomas del cortisol alto:
- Aumento de peso
- Fatiga y cansancio acusados
- Dolores musculares
- Sensación de presión en el pecho
- Dolor de cabeza
- Problemas en la piel (piel sensible, acné, piel fina, enrojecimiento….)
- Pérdida de cabello
- Problemas de cicatrización
- Aumento de la tensión arterial
- Palpitaciones o temblor en los párpados
- Amenorrea y otros desarreglos menstruales
- Dificultad para concentrarse
- Lapsus de memoria
- Tristeza profunda o depresión
- Irritabilidad
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¿Es posible regular los niveles de cortisol?
Cuando existe sintomatología que indica un problema de salud importante, lo adecuado es acudir a un médico para que pueda hacer un diagnóstico adecuado, determinar el origen del problema y, si lo considera necesario, pautar un tratamiento médico.
Si el problema del cortisol no es crónico todavía, existen una serie de gestos que podemos incorporar a nuestra rutina que pueden ayudarnos a regular los niveles de cortisol en el organismo:
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Ejercicio
Demasiadas horas en la oficina pueden ser responsables de que se dispare el cortisol, pero tener una vida activa y practicar ejercicio es una de las maneras más claras de liberar endorfinas y bajar los niveles de cortisol.
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Horas de sueño
Tendemos con mucha frecuencia a robarle horas al sueño y eso es muy perjudicial para la salud. Procura dormir al menos ocho horas y respetar las horas de descanso siguiendo, en la medida que puedas, tus ritmos circadianos, para ello, aléjate de las pantallas a la hora de acostarte.
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Relajación y meditación
Las técnicas de relajación y meditación pueden ayudarte muchísimo a bajar los niveles de las hormonas del estrés. No hace falta que le dediques demasiadas horas, pero es importante ser constante y practicar.
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Terapia cuando se necesita
Si no consigues bajar tu nivel de estrés y tienes el cortisol por las nubes, acudir a terapia con un psicólogo puede ayudarte a aprender a escuchar tu cuerpo y a relajarte.
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Dieta adecuada
Una dieta adecuada para bajar el nivel de cortisol pasa por eliminar o limitar mucho el consumo de azúcar, carbohidratos, grasas y los ultraprocesados. Incorpora a tu cesta de la compra alimentos ricos en magnesio, omega 3, triptófano y melatonina.
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Menos cafeína, más agua
Estar hidratada es básico para regular las hormonas del estrés. Reduce al mínimo el consumo de cafeína y otras bebidas excitantes porque engañan al cuerpo y favorecen demasiado el subidón de cortisol.
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Alcohol, tabaco y otros tóxicos
El cortisol aumenta mucho con el consumo de alcohol, tabaco y otros tóxicos. Si quieres mantener a raya los niveles de esta hormona, procura dejar su consumo.
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Cuida tus relaciones
La estabilidad emocional repercute muchísimo en los niveles de cortisol, por eso esfuérzate para que tus relaciones personales y laborales sean tranquilas y amables y no te generen estrés. Huye de las relaciones tóxicas y fomenta el buen rollo en tu círculo más cercano, pero también con las personas desconocidas. Practica el abrazo, el agradecimiento y el perdón y verás como todo fluye de otra manera.
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Vida ordenada
Está demostrado que es mucho más sencillo estar en calma si tienes una vida ordenada y controlada. No es necesario que te vuelvas una persona aburrida y demasiado metódica, pero aléjate del caos y el desorden y reducirás tu estrés automáticamente.
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Suplementos vitamínicos
Algunos suplementos vitamínicos pueden contribuir a reducir el cortisol como la rhodiola o el ginseng. Tómalos siempre bajo supervisión médica y en las dosis adecuadas.
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