Miedo al compromiso: ¿qué nos asusta de una relación estable? Aprende a leer tu mente
El miedo al compromiso implica un temor a «formalizar» o consolidar una relación afectiva y sexual. ¿Por qué nos da miedo comprometernos?
Todas hemos sentido en algún momento cierto miedo hacia el compromiso o conocemos a alguien que lo padece de forma enfermiza y es incapaz de mantener una relación de pareja estable.
Tener cierto vértigo cuando avanzan las relaciones sentimentales es perfectamente normal, pero sentir pánico hacia la estabilidad es otra cosa. El miedo a comprometerse es un mal muy común de nuestra sociedad, cada vez son más los hombres y mujeres que no consiguen tener una pareja a largo plazo y huyen de la relación cuando esta presenta signos de estabilizarse de alguna forma. ¿Sabes por qué ocurre esto? Te ayudamos a analizar las causas que provocan el miedo al compromiso y te damos las claves para aprender a salir del bucle.
Miedo al compromiso, ¿lo sientes?
¿Qué es el miedo al compromiso?
El miedo al compromiso (si nos ceñimos a lo sentimental) da nombre a la incapacidad que tienen algunos hombres y mujeres para mantener en el tiempo una relación. Cuando pasa la fase de enamoramiento, normalmente las relaciones de pareja evolucionan hacia un amor más maduro y estable, es entonces cuando suele desencadenarse la fobia al compromiso.
En este punto, hay que aclarar que comprometerse no es obligatorio y que ser single es una opción tan válida como otra cualquiera en nuestra sociedad. De hecho es perfectamente normal que una persona decida en plena consciencia que no quiere tener una pareja estable porque prefiere estar sola o porque sencillamente no le compensa vivir en pareja y nadie debería juzgarla por esa decisión.
También es perfectamente normal que, según vayamos conociendo a la pareja, nos demos cuenta de que la relación no funciona o de que la persona con la que estamos no es la adecuada. Rechazar una pareja y acabar con una relación sentimental de forma aislada o varias veces no implica necesariamente que tengamos miedo al compromiso. Cada relación es distinta y, simplemente, hay que encontrar el lugar donde nos sintamos a gusto.
Hablamos de miedo al compromiso o apatía al compromiso cuando verdaderamente tenemos interés en la otra persona y nos gustaría tener una relación de amor o sentimental estable, pero el miedo nos hace incapaces de comportarnos con naturalidad y no nos deja fluir hacia la siguiente fase de una relación. Lo que suele ocurrir es que, para no admitir que existe miedo al compromiso y no afrontar la realidad, se suelen presentar excusas que van esquivando decisiones hasta que la situación se vuelve insostenible y la otra persona se siente frustrada, incomprendida e incluso utilizada.
Para muchas personas, el miedo al compromiso no solo implica problemas para tener una relación sentimental, sino también a la hora de mantener una relación de amistad fiel u otros compromisos laborales o personales. En muchas mujeres y hombres es también muy común el miedo al compromiso sexual, es decir, el rechazo a estabilizarse con una pareja porque eso implicaría renunciar a tener relaciones sexuales con otras personas.
La fobia al compromiso no es una enfermedad psicológica como tal, pero normalmente esconde una serie de problemas emocionales que es importante detectar y solucionar.
Rechazar una pareja y acabar con una relación sentimental de forma aislada o varias veces no implica necesariamente que tengamos miedo al compromiso.
¿Por qué se desencadena el miedo al compromiso?
Evidentemente, cualquier compromiso a largo plazo, por definición, implica algunas renuncias. Una relación de pareja, por libre que sea, siempre lleva implícitas ciertas ataduras y una renuncia a la propia libertad y esa es la causa principal que lleva a muchas personas a abandonar la posibilidad de dar pasos a favor de una relación sentimental estable.
Aparentemente, un hombre o una mujer que rechaza comprometerse es una persona segura, algo egoísta y bastante autosuficiente que no necesita ni quiere depender de nadie. Pero lo cierto es que una persona que no es capaz de dar el paso de convivir, casarse o avanzar con su pareja por miedo, temor, terror o ansiedad sufre carencias emocionales que deberían solucionarse con ayuda de un profesional.
Estas son algunas de las causas que provocan el miedo a compromiso:
- Miedo al rechazo
- Falta de seguridad
- Rechazo a cualquier cosa que implique responsabilidad
- Malas experiencias en relaciones anteriores
- Padres con una relación sentimental complicada
- Evitar sentirse demasiado vulnerable
- Baja autoestima
- Idealización del amor
- Miedo al abandono
- Problemas para gestionar las emociones
- Egoísmo
- Miedo al fracaso
- Demasiada presión social
te recomendamos
¿Se puede poner fin al miedo al compromiso?
Cuando el miedo al compromiso es un problema que se hace demasiado grande, lo más adecuado es acudir a un psicólogo que pueda ayudarte a gestionar las emociones. Sentirse cómoda con una misma es fundamental para poder emprender una relación amorosa sana y feliz.
Si el miedo al compromiso asoma a tu puerta por primera vez, puede que seas capaz de manejarlo y superarlo con un autoexamen en el que puedas detectar cuáles son las causas que te están empujando a rechazar las relaciones duraderas y trates de ponerle remedio.
Te ayudamos a superar el miedo al compromiso.
- No huyas del problema, mejor analízalo, ¿tengo miedo al compromiso?
- Cada pareja es distinta, no compares tu relación actual con las anteriores ni con la de otras parejas que conozcas
- La comunicación es un pilar fundamental en una relación, explícale cómo te sientes
- Plantéate si tu pareja realmente encaja contigo y te hace feliz
- ¿Te imaginas el futuro con esa persona a tu lado?
- Trata de averiguar qué es lo que realmente te asusta, cada uno tiene sus propios miedos
- Haz una lista de pros y contras de una relación estable con esa persona en concreto
- Las renuncias que implica tu relación de pareja, ¿son realmente asumibles?
- Si quieres comprometerte, ve poco a poco, poniéndote pequeñas metas. No hace falta pasar de 0 a 100 de repente, tómate tu tiempo.