¿Cómo conseguir un orgasmo anal? Sí, existe y así puedes alcanzarlo (sola o acompañada)
Hay muchas creencias erróneas y tabúes al respecto, pero existir, existe. Te contamos cómo conseguirlo.
Escrito por Sara G. Pacho
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
El placer no tiene fronteras, amiga bloomer, y aquí te traemos un buen ejemplo. A pesar de que esta práctica ha sido envuelta en un manto de misterio y malentendidos, te aseguramos que el orgasmo anal es posible, y no solo a través del beso negro. Como sabes, explorar la propia anatomía y sus respuestas sensoriales es un aspecto muy valioso para nosotras. Romper barreras y superar miedos infundados es un paso hacia una vida sexual más plena y enriquecedora. Sin embargo, es importante saber algunos trucos para que la experiencia sea 100% satisfactoria.
¿Una mujer puede tener un orgasmo anal?
Cuando hablamos de orgasmo femenino, solemos enfrentarnos a un mar de prejuicios y cierta ignorancia. Mientras que sabemos perfectamente cómo los hombres alcanzan el clímax, cuál es la reacción de sus cuerpos y, más o menos, cómo pueden llegar a sentirlo, al referirse a nuestros orgasmos siempre ha habido una maraña de conceptos y términos que parecen desviar siempre la atención de nuestro placer. Gemir, gritar, patalear… ¿es eso lo que se tiene que sentir? ¿Es así como podemos nosotras reconocer el placer en nuestro propio cuerpo? A menudo ni nosotras mismas estamos seguras de lo que estamos sintiendo entre tanta expectativa y comparación. Si además le ponemos el apellido “anal”, la maldición se hace más grande.
Hay quien afirma que, también en el caso de las mujeres, la estimulación anal puede desencadenar orgasmos que superan incluso a los obtenidos a través del clítoris.
Así que sí, amiga, el orgasmo anal existe. No es un mito ni una fantasía. Tanto para nosotras como para ellos, la estimulación anal puede hacernos sentir sensaciones realmente intensas y placenteras.
Cómo alcanzar el orgasmo por vía anal
¿Quién no ha sentido cierto miedo e incertidumbre al enfrentarse a lo desconocido? Antes de aventurarte en el territorio anal, es crucial que sepas algunas peculiaridades de lo que te espera en esta búsqueda, querida exploradora.
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Autoexploración
Siempre que hablamos de encontrar el propio placer, solemos recomendar que lo hagas, primero, a solas. Cuando estamos en pareja a menudo hay otros factores, como, por ejemplo, la búsqueda del placer ajeno o los nervios del encuentro, que pueden hacer que nos sintamos más retraídas o inseguras. Si nos atrevemos a buscar nuestros puntos de placer a solas, después será más fácil guiar a nuestra pareja para alcanzar ese clímax en compañía. Puedes hacerlo con tus propias manos o buscar un vibrador especial para esta zona. No hay una única forma de sentirlo, ¡déjate llevar!
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Masajito en la zona para empezar
La relajación es la clave para disfrutar de cualquier experiencia sexual, y el territorio anal no es la excepción.
Una técnica eficaz es el movimiento con los dedos como diciendo “ven aquí”, que consiste introducir lentamente un dedo en el ano y curvar el dedo hacia arriba como haciendo ese gesto. Según te sientas cómoda, puedes aumentar la profundidad y velocidad.
Otra técnica excitante es la del «timbre»: desde el interior o el exterior del ano, busca el punto de mayor sensibilidad y presiona la yema del dedo sobre él, como si estuvieras tocando un timbre. Comienza con una presión ligera y, gradualmente, aumenta la presión y la velocidad de tus movimientos para intensificar las sensaciones.
Si te sientes segura, puedes continuar con movimientos circulares con la yema de los dedos, ajustando velocidad y presión en busca de sensaciones.
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Estimulación oral
El sexo oral en la zona anal es una opción que puede añadir un toque de excitante novedad. Si tu pareja y tú estáis dispuestas a correr esta aventura, ¡adelante! Solo necesitarás tomar algunas precauciones antes para mantener la seguridad y la higiene, como una barrera bucal.
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Penetración: desentrañando los secretos
Si te apetece probar la penetración, slow, baby. La paciencia, la suavidad y un buen lubricante serán tus mejores aliadas. Utiliza preservativo para protegeros de las ITS y un lubricante con base acuosa para evitar fricciones incómodas. Poco a poco, probad movimientos hacia adentro y hacia afuera según el ritmo que os proporcione más placer.
No hay prisa, ¡disfruta cada segundo de esta aventura!
Relajación, paciencia y, si estás acompañada, comunicación: no olvides añadir estos ingredientes cuando te animes a buscar el placer.
¿Y qué hay de los hombres?
El orgasmo anal se suele asociar con el sexo masculino, ya que su punto G (llamado punto P) se sitúa precisamente en esta zona de su anatomía. Y es que la próstata, un órgano del tamaño de una nuez ubicado entre la vejiga y el recto, a unos 5 o 6 centímetros del ano, tiene un papel crucial en la experiencia sexual masculina. Aunque a menudo pasa desapercibida, esta glándula desempeña un papel fundamental en la producción de fluidos que se mezclan con el semen durante la eyaculación. Su estimulación puede llevar a sensaciones realmente espectaculares, mucho más intensas que las que se sienten con la masturbación del pene, por ejemplo.
Algunos hombres experimentan sus orgasmos exclusivamente a través de la estimulación de la próstata. Esto se explica por la interacción entre el sistema nervioso parasimpático, responsable de la excitación y la erección, y los nervios prostáticos. Cuando se estimula, se activa el sistema simpático y se alcanzan el orgasmo y la eyaculación.
Igual que en el caso de las mujeres, para conseguir el orgasmo anal en los hombres hay diferentes opciones: el masaje manual directo en diferentes posturas, la penetración y los masajeadores de próstata, siempre con la correcta lubricación y precaución.
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