Nada de preliminares: por qué el petting es una práctica sexual con entidad propia

Hay vida más allá de la penetración y también la consideramos sexo, ¡por supuesto!

enero 18, 2023 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Es algo tan extendido como, seguramente, menospreciado. Considerado durante durante mucho tiempo como el primer plato de las relaciones sexuales, eso que consentíamos llamar “preliminares”, es, en realidad, una práctica sexual con entidad propia, ¡no la subestimes! Te contamos en qué consiste y cómo disfrutar a tope del petting independientemente de si viene -o no- algo después. 

Qué es el petting

La palabra petting viene del verbo to pet, que significa literalmente “acariciar”. Aunque es una práctica más antigua que la orilla del río, se empezó a llamar así en los años 70 para hacer referencia a lo que quizá, de manera más coloquial y castiza, conocemos como “magreo”. Acariciar, besar, lamer, masturbar… ¡todo vale! Incluso podemos incluir en esta categoría susurrarse cosas subidas de tono o los juegos de rol. La idea es divertirse explorando las zonas erógenas propias y de la pareja.

En definitiva, un ejercicio potente y placentero para cualquiera que se puede hacer con ropa o sin ropa: los límites, como siempre, los pones tú. 

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A menudo hemos visto cómo el petting se hacía con el título de “preliminares”, como si todo este conjunto de acciones que nos dan placer fueran únicamente la antesala de la penetración.

Afortunadamente, hemos avanzado mucho en la deconstrucción de mitos en torno al coito para amplificar nuestras experiencias sexuales y alejarnos de esa visión falocentrista en la que el placer femenino no está ni se le espera. Así que nada de referirnos al petting como algo que nos prepara para lo que viene luego.

Beneficios del petting

Siempre nos gusta poner en valor el placer consciente y alguna vez te hemos hablado del slow sex. En esta línea, practicar petting con alguien nos da la posibilidad de explorar las zonas erógenas sin más pretensión que esa: descubrir. No son preliminares, no es sexo para teenagers y no es una pérdida de tiempo (o no debería serlo). 

  • Permite vivir la sexualidad más allá del coito y la penetración, algo que nos beneficia a todas.

  • Es una fuente de conocimiento brutal, tanto propio como de la pareja.

  • ¿Orgasmo? Sí, gracias. Por supuesto que es posible llegar a sentir un gran placer con el petting (de hecho, para nosotras es más probable alcanzar el orgasmo así que con la penetración “a palo seco”).

  • Ayuda a fortalecer el vínculo tanto si estamos conociendo a alguien como si queremos buscar alternativas a la rutina y reavivar la llama de una relación.

  • No hay riesgo de embarazo.

  • Las versiones más light pueden practicarse en cualquier lugar: la intimidad no siempre requiere privacidad.

  • Damos un punch a la imaginación.

  • Podemos incluir juguetes y dar rienda suelta a nuestras fantasías sexuales.

Cómo hacer petting

Lo bueno del petting es que es una práctica tan amplia que permite que cada una lo llevemos en cada momento hacia donde más nos apetezca. Es habitual encontrar una clasificación del petting por grados que van de lo más soft a lo más hot. 

  1. Podemos decir que hay maneras de hacer petting que no requieren siquiera de encontrar un rincón privado, como puede ser besarse, acariciarse o abrazarse, que son muy light, pero que nos ayudan a sentirnos mejor, a reforzar el vínculo con nuestra pareja, etc. ¡No menospreciemos ni una sola de las caricias que damos o recibimos!

  2. Si buscamos algo más íntimo que suba la temperatura, podemos hablar de caricias bajo la ropa. No solo es una práctica muy excitante, sino que es perfecta para iniciarse en el sexo, para conocer mejor a la pareja o para darle un giro a una relación estancada. Sirve para todos los casos porque enlaza el placer con el conocimiento y la exploración, una combinación siempre explosiva.

  3. Un poquito más allá sería quitarse la ropa para seguir acariciando, besando y, por qué no, masturbando o practicando sexo oral. Al fin y al cabo se trata de disfrutar del cuerpo y del sexo hasta donde se llegue, dejando volar la imaginación para alejarse de cualquier creencia limitante en torno a las relaciones y al orgasmo. Porque sí, amiga, el petting puede terminar en orgasmo perfectamente (de hecho, mucho más fácilmente que con la penetración), aunque siempre te recomendamos que no te obsesiones con esa meta. Disfruta del camino.

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¿El petting tiene riesgos?

Esta pregunta no tiene una respuesta rotunda, porque, como hemos visto, el petting engloba una gran cantidad de pequeñas acciones de naturaleza diferente. 

Evidentemente, como hemos excluido la penetración de esta etiqueta, el riesgo de embarazo no existe, pero esta no es la única “amenaza” que tenemos que sortear cuando tenemos relaciones sexuales. Sí, volvemos a hablar de las ITS. En el momento en el que hay intercambio de fluidos o contacto con mucosas bucales o genitales existe riesgo de transmisión, por lo que si practicamos sexo oral es recomendable utilizar preservativo y/o barrera bucal para evitar este riesgo y disfrutar del sexo seguro. 

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