No es solo cuestión de hábitos o alimentación: así influyen las hormonas en la aparición de la celulitis

Sabemos que su aspecto es el de “piel de naranja”, pero, ¿cuánto tiene que ver con nuestras hormonas?

septiembre 1, 2023 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Nombrar la celulitis es echarnos a temblar: es normal. Nos han educado para que la entendamos como una imperfección cuando la verdad es que el 90% de nosotras “sufrirá” la temida piel de naranja en algún momento de su vida. Evidentemente hay hábitos que pueden ayudarnos a que nuestra piel luzca más lisa, pero no podemos aspirar a que nuestras piernas, glúteos y abdomen sean como los que vemos a menudo en la publicidad o en Instagram con ayuda de los filtros.

Aceptar y amar los cuerpos reales -es decir, los nuestros- es un paso importante para huir de complejos que solo nos limitan, especialmente cuando hablamos de afecciones prácticamente inevitables, como la que nos ocupa. ¿Qué papel ocupan las hormonas en la aparición de la celulitis? 

Cómo se forma la celulitis hormonal

La celulitis hormonal es el reflejo exterior de algo que sucede en el interior de nuestro tejido subcutáneo: hay una desestructuración celular que crea una especie de tabiques en este tejido que empujan la piel hacia adentro, provocando esos clásicos hoyuelos que vemos cuando apretamos los muslos, por ejemplo. Este proceso implica, además, retención de líquidos.

Se trata de algo complejo con múltiples factores desencadenantes, como ya te explicamos aquí, entre los que las hormonas femeninas ocupan un papel muy relevante. Los estrógenos generan una enzima llamada colagenasa que descompone el colágeno, una proteína que se ocupa de mantener la piel tersa y firme. Cuando perdemos colágeno, las células grasas van “subiendo posiciones” hasta llegar a la superficie. Y ahí la tienes: la celulitis hormonal diciéndote holi

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Celulitis y hormonas: una estrecha relación

Los estrógenos y la progesterona, que varían sus niveles a lo largo de cada ciclo menstrual y a lo largo de nuestra vida, también son las responsables de que retengamos líquidos y almacenemos grasas en algunas zonas, como los muslos, las caderas, los glúteos y el abdomen. Las mujeres, en comparación con los hombres, tenemos un tejido fibroso que crea espacios alrededor de las células de grasa. Si la grasa aumenta, a menudo estos espacios se hacen más prominentes y se ven como “bolsas” en la superficie. Los hombres, por cómo es su tejido fibroso, tienen menos posibilidades de tener celulitis. Además, durante la menstruación y el síndrome premenstrual, el cuerpo retiene más líquidos, lo que puede hacer que la celulitis sea más evidente. 

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Aunque en muchas ocasiones pretenden que asociemos celulitis con sobrepeso, no tiene nada que ver. Las hormonas y la genética son los factores que determinan principalmente su aparición, y no el tipo de cuerpo que tengamos.

Además, cada una de nosotras contamos con nuestras propias cartas en este viaje hacia la piel de naranja: predisposición genética, estrés, insuficiencia venosa y malos hábitos como fumar y beber alcohol. Hay etapas de nuestra vida en las que tenemos picos de hormonas, como pueden ser el embarazo, la pubertad y la menopausia: son momentos idóneos para desarrollar celulitis. De estas tres, la última se lleva la palma: se juntan los niveles de hormonas haciendo de las suyas con la disminución de colágeno. El combo perfecto. 

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¿Podemos hacer algo para evitar la celulitis hormonal?

Aunque hemos visto que hay una gran parte que no depende 100% de nosotras, tampoco podemos obviar aquellos hábitos que sí están en nuestras manos y que pueden ayudarnos no solo a prevenir o reducir la celulitis hormonal, sino a tener en general una vida más saludable, sin dolores ni pesadez. 

Para contrarrestar los cambios hormonales podemos aumentar la ingesta de agua durante la menstruación y los días previos, además de evitar la cafeína y la sal, por ejemplo, combinar ejercicios de fuerza y cardio también es una estrategia eficaz. Al final se trata de mejorar la oxidación de las grasas y la retención de líquidos, pero también de subir nuestro estado de ánimo.

  • Llevar una alimentación saludable, con gran peso de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y semillas, y evitar las grasas poco saludables, los hidratos de absorción rápida (azúcar, harina refinada…). Controlar la acumulación de toxinas e hidratarnos bien es clave.

  • Mantenernos activas, de la manera que sea. A menudo por nuestros trabajos pasamos mucho tiempo sentadas o de pie, sin ejercitar nuestra fuerza ni nuestra movilidad. Encontrar una actividad que nos estimule y practicarla con regularidad nos ayudará a prevenir la aparición de celulitis. Caminar, nadar, hacer zumba, entrenar pesas… ¡lo que más te guste!

  • Ojito con el estrés. Dejemos de normalizar vivir angustiadas o estresadas y aprendamos a gestionarlo, por nosotras mismas o con ayuda de quien sea.

  • Bye bye, vicios malos. Evitar el tabaco y el consumo de alcohol también es importante para combatir la celulitis.

Como ves, la celulitis hormonal es el resultado de la interacción entre factores endógenos, entre los que se encuentran las hormonas, y exógenos. Comprender cómo actúan sobre nosotras nos puede ayudar a aceptar lo que pasa en nuestro cuerpo, así como a probar a llevar un estilo de vida saludable que nos haga estar genial con nosotras mismas. 

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