Si no puedes con el enemigo, únete a él: esto es lo que necesita tu cuerpo para mitigar el SPM (y te contamos cómo dárselo)
El síndrome premenstrual es un proceso fisiológico que no podemos evitar, pero existen soluciones para convivir con él de la mejor manera posible. Analizamos los síntomas del SPM y cómo mantenerlos a raya.
Ya sabemos que el síndrome premenstrual o SPM es un tedioso compañero de vida del que difícilmente nos vamos a librar. De una manera u otra, todas las mujeres sufrimos algunos síntomas físicos y emocionales que nos avisan de que la regla está por venir. Sabemos por qué llega y que es ineludible, pero ¿por qué resignarnos a sufrir sus señales?
Dolor de cabeza, hinchazón, insomnio, problemas digestivos… Te contamos qué soluciones tienes a tu disposición para mitigar los síntomas que produce el síndrome premenstrual y cómo puedes ayudar a tu organismo a sobrellevar estas jornadas. ¡Toma nota!
Un repaso a la teoría: ¿qué es el SPM y cómo nos afecta?
Como hemos contado en diversas ocasiones en Bloom, el síndrome premenstrual o SPM es el conjunto de síntomas relacionados con el ciclo menstrual que se producen en nuestro cuerpo justo antes de que llegue la menstruación.
Cada mujer es diferente y cada ciclo menstrual, un mundo, pero lo más habitual es que esos síntomas, más o menos intensos, aparezcan una o dos semanas antes de la regla y provoquen, en los casos más graves, que algunas mujeres se vean incapaces de hacer frente a su día a día con normalidad.
Existen diversas causas que explican la aparición de los síntomas del SPM, pero fundamentalmente es la revolución hormonal que vive nuestro organismo durante algunas fases del ciclo menstrual la que produce esas incómodas señales. Cuando termina el periodo de ovulación y empieza la fase lútea o premenstrual, aumentan sustancialmente en nuestro cuerpo los niveles de progesterona, provocando un desequilibrio químico que se traduce en síntomas físicos y emocionales.
Estos son los síntomas habituales del síndrome premenstrual:
- Dolor de cabeza
- Fatiga
- Dolor o mayor sensibilidad en el pecho
- Molestias en el abdomen
- Cuestiones digestivas: estreñimiento, diarrea, náuseas, gases…
- Inflamación o mayor retención de líquidos
- Menor tolerancia al ruido y a las luces
- Problemas cutáneos, sobre todo acné hormonal o premenstrual
- Insomnio
- Altibajos emocionales
- Ansiedad
- Dificultad para concentrarse
En busca de soluciones para combatir el SPM
Tenemos asumido que los cambios hormonales durante el ciclo menstrual a menudo causan estragos, pero no por eso tenemos que acostumbrarnos a sentir molestias físicas y emocionales de forma permanente. Afortunadamente, existen hábitos, herramientas y tratamientos para el síndrome premenstrual que nos ayudan en este momento del ciclo.
¡Y recuerda! No dejes de acudir a tu médico si sientes que no puedes luchar tú sola de forma eficaz contra el SPM o si las molestias de cuerpo y mente se vuelven espontáneamente demasiado severas o te impiden hacer tu vida normal.
Presta atención a la alimentación
Es vital para solucionar los inconvenientes que presenta el síndrome premenstrual y menstrual. Reduce el consumo de grasas, azúcares y proteínas animales y toma más frutas y verduras y alimentos ricos en minerales.
Durante la premenstruación, nuestro cuerpo necesita un extra de vitaminas B1, B6, E, D y minerales como el hierro y el magnesio y, a través de la alimentación, nuestro organismo recupera aquellas vitaminas y minerales que necesita.
Aunque sea tentador, procura no tomar comidas demasiado copiosas durante estos días para favorecer las digestiones ligeras. También es importante que incrementes el consumo de agua y huyas de la cafeína, las bebidas carbonatadas y el alcohol.
Recurre a soluciones específicas para el SPM
Abramos el melón: ¿a qué soluciones para el síndrome premenstrual podemos recurrir? Estamos más que acostumbradas a optar por analgésicos y antiinflamatorios para solucionar, de forma puntual, algunos de los síntomas propios del SPM tales como el dolor de cabeza o de abdomen.
Pero, más allá de eso, existen algunos ingredientes de origen natural que son eficaces para tratar los síntomas del síndrome premenstrual, como el aceite de onagra o el citado magnesio, que se presentan como alternativas para afrontar el SPM desde un enfoque más holístico. El problema es que, aunque conozcamos esos ingredientes, no siempre tenemos claro para qué sirve cada uno de ellos y tampoco es sencillo saber cómo integrarlos en nuestra dieta.
Pues bien: existen en el mercado opciones para los altibajos propios del SPM, tanto para los síntomas físicos como para los emocionales. Es el caso de Ginegea SPM, un complemento alimenticio que, gracias a sus componentes, nos ayuda a decir ciao a las señales del SPM. Se trata de un apoyo para el síndrome premenstrual que contribuye a prevenir y aliviar los síntomas de una sola vez.
Ginegea SPM se presenta en formato sobre y basta con tomar uno al día disuelto en agua para que nos ayude a mitigar los efectos del SPM y de los días de la regla. ¿La recomendación oficial? Empezar a tomarlo en los 7 días previos a la menstruación, cuando el SPM alcanza su pick. Apunte: sabe a mandarina y te puede ayudar a lidiar con la parte más “amarga” del ciclo.
Quizá te preguntes cuáles son los ingredientes de este complemento y por qué motivo ellos ayudan en los días en que tu app para la menstruación te dice que estás en plena fase de SPM. Descúbrelos junto a sus beneficios:
- Angelica sinensis: tradicionalmente, se ha usado esta planta de origen chino para tratar dolencias ginecológicas.
- Vitamina B6 (piridoxina): ayuda a mejorar los niveles de serotonina y dopamina, por lo que resulta adecuada para controlar los desajustes emocionales derivados del ciclo menstrual. Pero, además, sus principios activos se asocian a la mejora de los síntomas físicos del SPM, ya que interviene en otros procesos dentro de nuestro organismo.
- Magnesio: este mineral es necesario para regular los niveles hormonales y neurotransmisores, y resulta ser especialmente útil a la hora de controlar la progesterona producida por el organismo. El magnesio contribuye a mejorar otros síntomas del SPM como la hinchazón abdominal, la tensión mamaria, los cambios de humor y la ansiedad.
- Vitex agnus castus: el sauzgatillo se ha utilizado tradicionalmente para tratar problemas relacionados con el ciclo menstrual, como la irritabilidad, la hinchazón o la tensión mamaria, síntomas habituales del SPM.
- Matricaria (Tanacetum parthenium L.): esta planta tiene propiedades analgésicas y antiinflamatorias, por eso se ha utilizado tradicionalmente para el tratamiento de cefaleas, artritis, artralgias, amenorrea, oligomenorrea y, claro, el síndrome premenstrual.
Otros consejos para mimar a nuestro body en pleno SPM
Practica ejercicio
La actividad física es una fuente inagotable de endorfinas naturales, fundamentales para aliviar dolores y proporcionar sensación de bienestar físico y emocional. No importa qué deporte practiques, moverse ayuda al organismo a mejorar el problema de retención de líquidos del SPM y a reducir la inflamación.
Meditación y otras técnicas de relajación
Practicar meditación favorece el buen funcionamiento del sistema circulatorio y del ritmo cardíaco, reduce el estrés, la ansiedad y mejora el estado de ánimo en general. Si no te encuentras cómoda con la meditación, puedes probar con actividades como el yoga, que contribuirán a reducir los dolores y a encontrar ese equilibrio entre cuerpo y mente que a veces se descompensa en procesos premenstruales.
Sí a la vitamina D
Los síntomas del SPM pueden mejorar sustancialmente si hay exposición al sol. La vitamina D es fundamental para reducir los problemas derivados del síndrome premenstrual y ayuda a sintetizar el calcio de los huesos. Además, el sol estimula la producción de estrógenos en el organismo.
Aplica calor donde haya molestias
El calor local suele resultar muy beneficioso para calmar dolores lumbares, cervicales y abdominales, tan frecuentes en los días previos a la menstruación. Cuando utilices una manta eléctrica o un saco de semillas, procura ir cambiando de zona cada 20 minutos.
Es importante que escuchemos a nuestro cuerpo y lo acompañemos en cada fase, dándole los recursos y herramientas que necesite. Somos cíclicas, ¡no debemos olvidarlo!