Apatía otoñal: si el cambio de temporada te ha dado bajón, no eres la única
La ciencia puede ayudar a explicar por qué sucede la astenia o apatía otoñal. Y nosotras te ayudamos a afrontarla con tips prácticos y los consejos de la psicóloga Ares Zamora
El cambio de estación implica mucho más que el cambio de armario o el retorno a las ciudades. Para muchas personas, puede ser un momento muy complicado a nivel anímico. Si a ti también te sucede, no estás sola. La apatía otoñal es más frecuente de lo que pensamos. Y, una vez más, tiene una explicación científica.
Además de entender por qué sucede y cuáles pueden ser sus causas (la química tiene mucho que ver en esto), hemos recopilado varios consejos para ayudarte con este tema.
¿Qué es la astenia otoñal?
El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIH) define la astenia otoñal como “un tipo de depresión caracterizada por un patrón estacional recurrente, con síntomas que duran entre 4 y 5 meses al año”.
La apatía otoñal puede afectar con más frecuencia a mujeres que a hombres y rara vez se identifica en pacientes menores de 20 años.
Causas de la apatía otoñal
Según la Johns Hopkins Medicine University, las causas de este trastorno podrían ser principalmente dos: los días más cortos y la menor luz natural. Dos causas que están estrechamente relacionadas y que pueden conllevar cambios químicos en el cerebro.
Bajada de la serotonina y vitamina D + aumento de la melatonina = cóctel molotov para nuestras emociones
Una vez más, las hormonas pueden estar relacionadas con esto, concretamente, en este caso se puede deber a un aumento de la melatonina y una reducción de la serotonina. Además, el descenso de la vitamina D, por esos cambios en la luz solar, puede ser otra de las causas.
Síntomas de la apatía otoñal
Como su propio nombre indica, el principal síntoma es la apatía, es decir, la pérdida de interés en aquellas actividades que antes sí se disfrutaban, el sentimiento de desesperanza, la falta de energía, una mayor somnolencia y fatiga diurna, entre otras.
La persona que padece este trastorno puede experimentar también problemas sociales, mal humor, descenso de la libido, problemas para concentrarse, aumento del apetito o, incluso, dolores físicos, como dolores de cabeza.
Consejos para afrontar la apatía otoñal, palabra de psicóloga
Hemos preguntado a la psicóloga Ares Zamora qué consejos le daría a un paciente que acude a consulta con síntomas de apatía otoñal y nos ha explicado cuáles son los tres puntos más importantes que trabajaría.
El primero de ellos es la aceptación de emociones. Ares nos explica que “a veces nos da por luchar contra ellas y eso, en vez de ayudarnos, las ancla más”. Una buena relación con nuestras emociones pasa por aceptar lo que sentimos y saber que está ahí por algo.
El segundo consejo que nos ofrece la psicóloga es el diálogo interno. “Trabajar un diálogo interno que sea útil y que ayude en esta situación”. Pero, ¿cómo hacerlo? “Igual que le hablarías a una persona que quieres, es importante recordarte a ti misma que es algo circunstancial, que igual que está ahora presente dejará de estarlo”. Es decir, lanzarse un mensaje de esperanza.
Y, como tercer punto, es muy importante dedicarse tiempo. “Hacer actividades o tener ratitos dedicados a cosas que te gusten, como hobbies o ratos de bienestar que nos ayuden a sentirnos un poquito mejor dentro de esa apatía otoñal”.
¿Qué más podemos hacer?
Más allá del clásico comer bien o hacer ejercicio, que son dos herramientas tremendamente valiosas para cualquier tema relacionado con la salud física y mental, queremos darte otros tips para combatir la apatía otoñal.
Asegúrate de descansar bien. Ahora es más importante que nunca. Crea un ambiente que facilite la conciliación del sueño: evita pantallas a últimas horas del día, cena pronto, baja las persianas y opta por luces cálidas tenues para que puedas descansar mejor.
Volver a equilibrar los ritmos circadianos es muy importante y eso lo puedes lograr aumentando la exposición al sol (siempre con protector solar con buen SPF, en cualquier estación del año). Lo puedes lograr con pequeños trucos: ubicando tu mesa de trabajo junto a una ventana, volviendo del trabajo a pie o bajándote una parada antes, haciendo ejercicio al aire libre en lugar de meterte en el gimnasio, entre otros.
¿Y si nada de esto funciona?
Si no consigues resolverlo por ti misma, se puede considerar la posibilidad de iniciar un tratamiento más específico. Los dos métodos más habituales son los siguientes.
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Suplementación
Consulta con tu médico de cabecera lo que te sucede para que, mediante un análisis de sangre, se pueda determinar si hay carencia de vitaminas (especialmente vitamina D) y, en ese caso, recurrir al apoyo de la suplementación.
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Psicoterapia
La psicoterapia o terapia de conversación es uno de los métodos más utilizados por los psicólogos para tratar la astenia otoñal.
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Fototerapia
Las lámparas de fototerapia son capaces de imitar la luz exterior, aunque hay que saber utilizarlas bien, con la intensidad y el tiempo necesario en cada caso. Por eso, es importante que esta terapia se realice con supervisión médica.
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Antidepresivos
Un profesional de la salud mental también puede valorar el tratamiento con antidepresivos, ya sea combinado con fototerapia o sin ella.
La apatía otoñal es algo habitual, pero no por ello hay que restarle importancia. Si se prolonga demasiado tiempo o si lleva a interferir en la vida de la persona hay que buscarle solución.