Ficciones que le dan una vueltita al estigma de las ITS
Un repaso a las series que han contribuido a aportar otra visión sobre las infecciones de transmisión sexual y los métodos anticonceptivos. De una pionera como ‘Sexo en Nueva York’ a uno de los últimos hits, como ‘Sex education’
Escrito por Las Entendidas
Prescriptoras de cine y series con especial atención a la mirada inclusiva, paritaria y de divulgación social.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
Si, tal y como recoge el Observatorio Bloom sobre ITS en mujeres en España, alrededor de un 70% de las encuestadas reconoce haber recibido una educación sexual deficiente, recopilamos para la ocasión ficciones recientes que sirven como aliadas para concienciar y estar al día de los riesgos y cuidados en las relaciones sexoafectivas.
Aunque no deberían haber ocupado el lugar de voces expertas en nuestro entorno escolar y sanitario, las ficciones -y, en su mayoría, las series dirigidas a adolescentes- son las que se suelen encargar de calar en el imaginario social al abordar temas en materia de prevención sexual, sustituyendo a la conversación pendiente que todas tendríamos que haber recibido en nuestra etapa púber.
Series sobre ETS e ITS: de las menciones al preservativo a situar el placer femenino en el centro
Si, como nosotras, fuiste una adolescente en los 2000, no recordarás ejemplos de infecciones de transmisión sexual en la ficción más allá del VIH. Series como ‘Compañeros’ o ‘Al salir de clase’ ponían en el centro de la conversación el uso del preservativo como método barrera (bien por evitar embarazos, bien por prevención ante el VIH) y solo en unas pocas ocasiones se atrevían a abrir el paraguas de información a otras formas de transmisión sexual.
Por suerte para nosotras, llegó un regalo de serie, ‘Sexo en Nueva York’, que no estaba ni siquiera dirigida a nosotras (público adolescente), pero ahí estaban Samantha, Carrie, Miranda y Charlotte para hablar mucho y sin pelos en la lengua sobre sexo (y zapatos). Si vais a decirnos que ‘Sexo en Nueva York’ ha envejecido mal, ya lo sabemos, y más teniendo en cuenta el desastrito de la secuela reciente.
Aún así, y como buenas adictas que engullen la serie entera un año sí y otro también, siempre hay cositas que podemos rescatar y traer a la conversación actual. Muestra de ello es que puede postularse como una de las pocas series de esa época en las que se sacaban condones en pantalla abiertamente, algo que en el presente todavía sigue siendo una asignatura pendiente.
En una de sus típicas reuniones, Samantha comenta que se va a realizar una prueba del VIH y el resto responden sorprendidas porque ellas se la hacen todos los años. Aunque el ejemplo que advertimos siga hablando solo de VIH, se hace de una forma mucho más natural y consciente al señalar que cualquiera -en su caso, mujeres blancas de un entorno privilegiado- que no tome precauciones puede contraerlo, sin ser por ello motivo de estigmatización.
No nos juzguéis si la mayoría de nuestra educación sexual procede de las vidas de estas cuatro mujeres de Manhattan porque una no elige los referentes que imperan en una época.
Entre otros momentos que configuraron nuestra educación sexual ligada al consumo de ficciones, cómo olvidar otra que marcó la manera en la que entendimos las relaciones en la veintena: ‘Girls’.
Quizá Elijah está en tu recuerdo por ser el exnovio de Hannah, luego compañero de piso y muchas otras cosas, pero ¿recuerdas cómo reaparece en la vida de la protagonista? Resulta que en una revisión ginecológica Hannah es informada de que tiene el virus del papiloma humano.
Este momento que señala ‘Girls’ fue verdaderamente revelador para nosotras y quizá sí podamos definirlo como un hito dentro de la narrativa ITS en la ficción televisiva y es que nunca antes habíamos escuchado hablar del VPH en una serie. La creación de Lena Dunham no solo le pone nombre, sino que verbaliza en una conversación posterior con Jessa una realidad que le ocurre a muchas mujeres. BOMBA. Es así como su ex (Elijah de nuevo) vuelve a su vida: porque Hannah decide informarle, o más bien increparle, al pensar que ha sido su culpa.
‘Girls’ nos habló de VPH y también nos mostró sin pudor un sexo nada idealizado, e incluso torpe, pero eso lo hablamos en otro momento.
Sin ninguna voluntad de frivolizar con el diagnóstico de VPH -dado que en algunas mujeres la presencia del virus deriva en conización y cáncer de cuello de útero- recuperamos una película clave en esto de normalizar distintas realidades con las que convive la mujer contemporánea. ‘XX Century Women’ es el ejercicio perfecto de radiografiar la complejidad de tres mujeres de generaciones distintas a ojos de un adolescente quinceañero. Qué mejor educación sentimental que convivir con mujeres que no temen en callar lo que les pasa.
Entre sus protagonistas, Greta Gerwig interpreta a una joven de 24 años que está en tratamiento por cáncer cervical y el origen de su diagnóstico, lejos de proceder de un encuentro sexual sin protección, le viene heredado de su propia madre y una medicación que esta tomó durante su gestación. Siendo conscientes de que se aleja de la ITS como tal, nunca sobran ejemplos en los que palpar la angustia con la que muchas mujeres acuden a su cita ginecológica.
De la pionera ‘Sexo en Nueva York’ a la inclusiva ‘Sex Education’, series sobre ETS e ITS
Tuvimos ‘Sexo en Nueva York’ y ‘Girls’, y orgullosas vivimos con ello, pero reconozcamos que envidiamos profundamente la suerte de quienes son adolescentes hoy y crecen al tiempo que se emite una serie como ‘Sex Education‘. Otis -el protagonista- y su madre -la sexóloga que interpreta Gillian Anderson- forman parte de esta serie convertida en todo un referente y que despeja dudas en cuanto a la diversidad sexual y de género. Verla es sentirte menos rare frente a todos los conflictos que te asaltan en el despertar sexual de la juventud.
Tomémonos este capítulo con humor e ironía para entender lo que conlleva el desconocimiento sobre las ITS. Según el Observatorio Bloom sobre ITS en mujeres en España, la clamidia es la más extendida entre la población entre 14 y 25 años y es la que “ataca” a les alumnes de Moordale.
Como si de un ataque zombie se tratara, la gente corre por los pasillos sin rumbo, se venden mascarillas porque se ha extendido el rumor de que se transmite por el aire o que quizá haya que frotar los genitales con lejía para eliminarla, POR FAVOR, NADA DE ESO.
Por suerte está Otis para poner un poco de orden y recordarles que es a través del contacto sexual. Aún así, el caos ya reina por los pasillos. También nos hace darnos cuenta del miedo que nos da acudir en ocasiones a una persona profesional; las consultas a Otis son de todo tipo a lo que él siempre responde con un “habla con tu doctora o ve al médico”.
Otra de las preguntas que le hacen a Otis es si se puede tener clamidia en un ojo, lo que nos lleva directamente a pensar en otra serie que vimos hace poco, ‘Adult Material’. Para descubrir por qué su protagonista luce un parche en el ojo la mitad del tiempo tan solo tenéis que verla, pero os adelantamos que la respuesta es ITS.
Antes de la histeria desatada en ‘Sex Education’, en 2004 vimos cómo la clamidia se convertía en eje de la trama de una serie de comedia, ‘Lovesick’. ¿Cómo combinar infección de transmisión sexual y humor? El punto de partida de esta serie es un tropo común en los típicos enredos de embarazos de ‘descubre quién es el padre’, pero más cerca de ‘Cómo conocí a vuestra madre’ y con una ITS de por medio. En ‘Lovesick’, Dylan es diagnosticado de clamidia, lo que activa la búsqueda y toma de contacto de todas sus parejas sexuales anteriores para avisarles del posible contagio.
Tras recibir la noticia y someterse a la consecuente revisión de genitales, vemos cómo Dylan se sincera con un amigo un tanto faltón que le responde tal que así: “La clamidia es de novatos, la posición del misionero de las venéreas. Guarda tus lamentos para las permanentes, para el herpes o para el cáncer de pene”. No queráis tener amigos como él.
Con este osado tratamiento de una ITS (desde el humor), la serie británica planta cara al tabú y acaba con la idea de que las prácticas sexuales de riesgo son algo que les pasa siempre a los demás, pero nunca a ti.
Como vemos -en la vida real, y por extensión también en las series- el diagnóstico siempre viene dado como consecuencia de una visita al especialista, de ahí la importancia de acudir con regularidad a revisiones. Entre otros momentos de ‘bochorno en la consulta’, destaca el que le ocurre a África, la protagonista de ‘Drama’. Ella no es diagnosticada de ITS, pero sí que tiene que sufrir en sus carnes el merecido rapapolvo por parte de su ginecóloga al comprobar lo irresponsable de su actitud por no llevar un control de sus encuentros sexuales.
El personaje que interpreta Elisabet Casanovas no se lleva un virus a casa, pero sí un embarazo no planeado por lo que, como ocurría en la trama de ‘Lovesick’, la protagonista debe hacer repaso de todo su currículum de conquistas sexuales para dar con el corresponsable.
Como hallazgo reciente, cabe traer a la conversación a ‘Big Mouth’. Avalada por perfiles tan dispares como Maya Rudolph o Jordan Peele, esta serie de animación para adultos ocupa un nicho muy concreto dentro del catálogo de Netflix con un mensaje nada desdeñable dados los tiempos que corren.
Si tenemos que compararla con algo, quizá sea con ‘Érase una vez…el cuerpo humano’, solo que con un tratamiento bastante corrosivo de lo que implican los cambios hormonales en el grupo de protagonistas adolescentes y más pendiente de lo emocional que de lo biológico, que también.
Puede que no sea apta para todos los paladares, pero bien entendida puede llegar a ser una más de estas ficciones con vocación de concienciar. Entre sus capítulos se despachan temas como la menstruación, pornografía, identidad sexual o la planificación familiar. Este último se dedica por completo a explicar qué función tienen esos centros, desmitificar ciertas creencias arraigadas en el imaginario común y hasta un casting televisado de cuáles son los mejores métodos de prevención y anticonceptivos.
Decidida a aportar una visión menos explícita de la cuestión, nos encontramos con el cuento de terror adolescente que propone David Robert Mitchell en ‘It follows’. Una metáfora de las ITS que coge forma en la experiencia pesadillesca de una joven que tras perder la virginidad contrae una misteriosa infección que solo logrará superar si se acuesta con otra persona…y se la transmite.
Por mucho que su premisa pueda llevar a esa idea un tanto conservadora de vincular sexo con castigo, como suele acostumbrar el género al que se adscriben este tipo de películas, la historia coloca en otro lugar (más interesante) a su protagonista: el conflicto moral que supone salvarse a sabiendas de que el otro, en este caso la persona con la que te acuestes, caerá por ti.
Al hacer balance de nuestras recomendaciones, no es difícil advertir que la mayoría de ellas se alojan en Netflix. ¿Sorprendides? Y es que su ingente catálogo destaca por congregar ficciones de todo tipo, de las más random e inclasificables a las más decididas a estar a la altura de su joven público suscriptor.
Si antes situábamos ‘Sex Education’ como la serie referente en materia de educación sexual, reconocemos que el fenómeno ‘Élite’ (aunque como referente, así en general, nos convence menos) sí se marca algunos tantos en cuestión de garantizar aciertos pioneros a este respecto.
Sí, efectivamente, quienes hayan devorado sin pedir perdón la serie sabrán que nos referimos a una de sus protagonistas, Marina. El personaje que interpreta María Pedraza se descubre ante sus padres como una adolescente seropositiva sacando así, tal y como buscaban sus creadores, el VIH de su errónea condición que lo asociaba solo a entornos marginales o al colectivo LGTBIQ+.
Que Marina se muestre en pantalla como una joven que convive con su diagnóstico -y se medica regularmente- como cualquier otro compañero de su exclusivo colegio es aterrizar en el mainstream una realidad poco transitada ya que, parafraseando al propio personaje, “al VIH le importa una mierda cómo de grande sea tu casa”.
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