Granos en el cuello o en la barbilla, ¿son una cuestión hormonal?

Te contamos cómo nuestras amigas las hormonas también influyen en nuestra piel.

marzo 18, 2024 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

El acné es algo más que unos simples granitos en la piel. Para muchas, es una batalla que puede afectar muchísimo a la autoestima y que, además, puede alargarse mucho más allá de la adolescencia. Saber por qué salen es clave para combatirlos y las hormonas pueden tener mucho que ver. 

Granos en el cuello: ¿cosa de hormonas?

Lo primero que tenemos que preguntarnos es qué es exactamente el acné hormonal y qué diferencia tiene con el acné “de toda la vida”. Durante la pubertad, el acné suele aparecer en lo que conocemos como “zona T”, es decir, frente, nariz y barbilla. Sin embargo, cuando superamos esa etapa y los granitos tienden a alojarse en la parte inferior de la cara y el cuello, suele asociarse a cambios hormonales como los que suceden durante la menstruación, si tenemos SOP, e incluso durante el embarazo y la menopausia. 

Granos en el cuello hormonas

Si creías que esos granitos propios de la adolescencia eran lo peor que le había pasado a tu cara, sujétale el cubata a tus hormonas: los que producen en una edad más adulta (a partir de los 20 años), con la ayuda del sebo y las bacterias, pueden ser más dolorosos, grandes y persistentes. Y es que ese desfile de hormonas (especialmente los andrógenos como la testosterona) pueden hacer que nuestra piel produzca más sebo (la grasa natural que tiene y necesita nuestra piel), lo que obstruye los poros, que se inflaman, le hacen la cama a las bacterias y ahí lo tienes: salen los granos, que no son más que una respuesta del sistema inmunitario de nuestro cuerpo. 

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¿Cómo podemos saber si estamos lidiando con acné hormonal o simplemente con un grano común y corriente? El acné hormonal tiende a aparecer en áreas específicas, como alrededor de la boca, en la barbilla y en el cuello. Además, los granos hormonales suelen ser más grandes, inflamados y pueden tardar semanas en curarse.

Tipos de granos en el cuello

¿Qué aspecto tienen estos granos provocados por las hormonas que suelen salir en el cuello y la barbilla? La verdad es que su tamaño es variable, así como su gravedad: pueden ser desde pequeñas protuberancias prácticamente imperceptibles hasta nódulos bastante inflamados. Suelen aparecer por grupos y tardan en desaparecer. 

A diferencia de otros brotes como los que puede provocar la exposición al sol, una alergia o una piel con tendencia acneica, estos granos hormonales son grandes, pueden tener pus y dejan cicatrices en la zona dañada. Una maravilla, vamos.

Aunque pueden variar de una persona a otra, ya que depende de muchos factores, lo más habitual es que reúnan estas características: 

Granos hormonales: así son

  • Salen en la zona de la barbilla, mandíbula y cuello.

  • El tamaño es grande y puede haber dolor.

  • Llegan a tardar semanas en curarse.

  • Pueden producir quistes y otras lesiones profundas en la piel.

  • Dejan manchas o cicatrices.

  • En las mujeres puede que aumente también el vello facial.

  • Quizá van acompañados de otros síntomas, como cambios de humor.

¿Cómo eliminar los granitos en el cuello?

La pregunta del millón si este problema es recurrente en tu piel es si es posible hacer algo para evitarlo. Igual que con el acné de la adolescencia, seguir una rutina de cuidado de la piel específica, limpiarla bien a diario y utilizar los productos adecuados es clave. 

La limpieza facial regular con productos suaves y exfoliantes puede ayudar a desobstruir los poros y reducir la producción de sebo. Además, el uso de tratamientos tópicos (cremas, sérum, geles) con ingredientes como el ácido salicílico, LHA y zinc pueden ayudar tanto a controlar como a prevenir estos brotes.

Por supuesto, además de cuidar la piel por fuera, abordar los desencadenantes hormonales del acné es también importante. Esto implica, quizá, hacer algún cambio en el estilo de vida, como tratar de controlar el estrés, evitar alimentos ultraprocesados, comer frutas y verduras, beber mucha agua y evitar algunos productos cosméticos que obstruyan los poros.

Si la afección es grave, es recomendable acudir a consulta porque es posible que se valore la opción de apoyarse en una terapia hormonal para reducir estos granitos. 

Menopausia y granos hormonales

Aunque este tipo de acné suele desaparecer al cumplir los 40 años, no es extraño que con la menopausia tengamos nuevos brotes. En esta etapa, los niveles de estrógenos bajan y las hormonas andrógenas (como la testosterona) suben, que ya sabes que son las responsables de impulsar estos brotes. Incluso es posible experimentar este tipo de acné por los tratamientos de alivio de los síntomas. En estos casos es recomendable acudir a consulta para ver qué opciones puedes utilizar para evitar estos molestos granos. 

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