¿Tengo el suelo pélvico débil? Señales de tu cuerpo que no debes ignorar

Dolor lumbar, que se te escape el pis o presión vaginal podrían ser señales de un suelo pélvico débil. Descubre cómo identificarlo y cómo actuar.

mayo 30, 2025 Escrito por Isabel Sauras

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Especializada en salud femenina, cultura y estilo de vida.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Que se te escape el pis cuando estornudas, toses o tienes un ataque de risa, que notes una presión extraña en la vagina después de estar mucho rato de pie o al hacer deporte, que las relaciones sexuales sean incómodas o incluso duelan… Aunque las mujeres tendemos a normalizar estos “inconvenientes” del día a día según vamos cumpliendo años, lo cierto es que NO son normales, en la mayoría de los casos son síntomas de que tu suelo pélvico necesita que le prestes atención.

El suelo pélvico sostiene algunos de los órganos más importantes de nuestro cuerpo. Por eso, entender por qué se debilita, aprender a reconocer los síntomas de un suelo pélvico debilitado y saber qué hacer, es mucho más que autocuidado. Hemos hablado con Sara Puyal, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y fundadora de The Pelvic Club, para que nos ayude a responder a preguntas recurrentes como ¿Puede la menopausia debilitar el suelo pélvico? ¿El yoga ayuda? ¿Cuándo deberías consultar con una fisioterapeuta? ¡Tomamos nota!

suelo pelvico debilitado

«Cada vez vemos más mujeres jóvenes y activas que presentan disfunciones del suelo pélvico sin haber tenido hijos»,

Sara Puyal, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y fundadora de The Pelvic Club

Qué es el suelo pélvico y por qué se debilita

El suelo pélvico es un conjunto de músculos, ligamentos y tejidos que forman el fondo de nuestra pelvis. Esos músculos actúan como una especie de hamaca que sostiene órganos femeninos clave como la vejiga, el útero, la vagina o el recto. Y, además de sostener todo esto, participa activamente en funciones como la continencia urinaria, la estabilidad postural y la vida sexual.

Aunque muchas mujeres tendemos a asociar los problemas de suelo pélvico con el embarazo y el postparto o con la transición menopáusica, su salud no es exclusiva de estas etapas. «Cada vez vemos más mujeres jóvenes y activas que presentan disfunciones del suelo pélvico sin haber tenido hijos», explica Sara Puyal, fisioterapeuta especializada en The Pelvic Club. La razón: desconocimiento, normalización de los síntomas y falta de revisiones específicas.

Si hablamos de las causas más comunes que pueden producir el debilitamiento pélvico en las mujeres, por supuesto hay que mencionar la presión del bebé en el embarazo, del esfuerzo durante el parto (incluso con cesárea) y de la menopausia, cuando, con la caída de estrógenos propia de esta etapa, los tejidos pierden elasticidad y firmeza.

Pero además, existen otras circunstancias como realizar ejercicio de alto impacto sin precauciones, secuelas de cirugías ginecológicas, el estreñimiento crónico, la tos persistente, adoptar de forma habitual malas posturas… Sara Puyal también nos advierte que existen otros «enemigos silenciosos» del suelo pélvico menos conocidos como ejercitar mal los abdominales, abusar de fajas apretadas, incluso aguantar mucho las ganas de orinar. 

tratamiento para el suelo pelvico

Síntomas de un suelo pélvico débil que podrías estar ignorando

Puede que lleves años sintiéndolo sin saber ponerle nombre o que hayas empezado a notarlo hace poco, casi sin darte cuenta. Lo cierto es que, como explica la fisioterapeuta especializada, “cuando el suelo pélvico está bien, ni nos acordamos de que existe”. El problema es que solemos prestarle atención solo cuando ya hay síntomas, cuando algo no funciona del todo bien. Entonces aparecen los inoportunos escapes, las molestias o ese dolor lumbar incómodo y persistente… Y ya no hay forma de ignorarlo.

Estos son algunos de los síntomas más frecuentes que podrían indicar que tu suelo pélvico está debilitado:

  • Escapes de orina al reír, estornudar o hacer ejercicio. «Es el síntoma estrella, y muchas mujeres lo asumen como algo normal, pero no lo es», afirma Sara.
  • Sensación de peso en la vagina, sobre todo al final del día o al cargar peso.
  • Dolor lumbar crónico que no mejora con ejercicio o fisioterapia convencional.
  • Molestias durante las relaciones sexuales, al inicio o durante la penetración. «Las relaciones sexuales no deberían doler. Si duele, hay que mirar qué está pasando», subraya la fisioterapeuta.
  • Pérdida de sensibilidad en el sexo o dificultad para llegar al orgasmo.
  • Gases vaginales o sensación de aire atrapado, especialmente después de hacer deporte.

Estos síntomas pueden aparecer de forma aislada o de forma conjunta. Sea como sea, lo importante es no ignorarlos, especialmente si sientes que interfieren en tu bienestar o te obligan a adaptar tu vida diaria algunos comportamientos en tu día a día.

Qué puedes hacer si sospechas que tienes el suelo pélvico debilitado

No es necesario resignarse a vivir con un suelo pélvico debilitado porque, afortunadamente, se trata de un problema muy común que tiene solución. La fisioterapia de suelo pélvico puede ser una herramienta clave para recuperar el control y prevenir complicaciones mayores, como prolapsos o disfunciones sexuales.

«El primer paso es una valoración profesional. No se trata de hacer ejercicios de Kegels a lo loco. Cada caso es diferente y necesita un abordaje personalizado», asegura Sara Puyal. En consulta se puede hacer una ecografía funcional, evaluar la postura, el abdomen, y ver cómo responde la musculatura en diferentes situaciones.

Soluciones para tratar un suelo pélvico débil de la mano de la fisioterapia:

  • Ejercicios específicos de fortalecimiento, supervisados y adaptados.
  • Terapia manual para relajar o activar zonas tensionadas.
  • Entrenamiento de la vejiga y control de hábitos miccionales.
  • Reeducación postural y mejora del core.

También es importante revisar los hábitos diarios, recuerda la especialista, «aprender a gestionar la presión abdominal al toser o al levantar peso, evitar el estreñimiento y usar el ejercicio a tu favor. «El deporte no está contraindicado, al contrario. Pero debe adaptarse. El suelo pélvico también se entrena».

En el caso de que estés embarazada, o en la menopausia, has tenido una cirugía ginecológica o simplemente notas alguna molestia, el mejor consejo es que tomes medidas inmediatas. Consultar con una especialista puede marcar la diferencia entre convivir con el problema o solucionarlo.

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