Cistitis en la menopausia: analizamos este combo demasiado frecuente

Algunos cambios que se producen durante la menopausia aumentan el riesgo de padecer algunas infecciones, como la cistitis.

enero 19, 2021 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

La cistitis o infección de orina es una infección que casi todas las mujeres tenemos alguna vez en la vida. Si te ha pasado, seguro que no has podido olvidarlo porque es realmente incómoda y molesta. La probabilidad de sufrir cistitis aumenta durante la menopausia debido principalmente al déficit de algunas hormonas. Además, otros factores asociados a la edad, pueden provocar que esta desagradable infección sea recurrente. Repasamos las causas, los síntomas que nos alertan de la infección, cómo se puede prevenir y cuál es su tratamiento.

¿Por qué es tan común la cistitis en la menopausia? Las causas:

Lo primero que tenemos que saber es qué es la cistitis. Se trata de una infección del tracto urinario que las mujeres sufrimos de manera más o menos frecuente a lo largo de nuestra vida. Se produce por una proliferación de bacterias (principalmente Escherichia coli) que normalmente se encuentran en nuestra piel e intestinos. El peligro de infección se produce cuando estas bacterias llegan a la uretra o a la vejiga.  

Durante la menopausia, la cistitis es más común debido a la bajada de los niveles de estrógenos. Cuando tenemos déficit de esta hormona nuestro aparato urinario es más vulnerable y, por tanto, tenemos más peligro de padecer esta infección. El pH de la vagina se altera y se producen desequilibrios en la flora vaginal y las bacterias pueden desarrollarse más fácilmente. Si a esto añadimos las incómodas pérdidas de orina que se tienen durante la menopausia, las posibilidades de sufrir cistitis de manera recurrente aumentan.

Otra causa frecuente es lo que se denomina prolapso de la vejiga o cistocele, un debilitamiento de los tejidos de la vejiga que impiden que se vacíe del todo. Esos residuos pueden provocar la aparición de bacterias y, por tanto, aumenta el riesgo de sufrir infecciones. 

¿Cómo saber si tengo esta infección de orina? Síntomas

Reconocer la cistitis en la menopausia es sencillo porque los síntomas son bastante evidentes y molestos. 

Los más claros son los que tienen que ver con orinar. En primer lugar, el escozor al hacer pis: en la teoría este dolor se conoce como disuria y en la práctica es una auténtica pesadilla. También es muy habitual sentir muchas ganas de orinar, pero al ir al baño apenas evacuar unas gotitas (eso sí, muy dolorosas). Y así una, y otra, y otra vez. 

Tanto la inflamación de la vejiga como la contracción de la uretra son las que aumentan esa necesidad de orinar constantemente. El color de la orina también puede darnos una pista: las orinas oscuras, turbias o con sangre nos avisan de la presencia de bacterias en la vejiga. 

Pero eso no es todo. Hay otros dolores que nos indican que puede haber una infección: molestias al tener relaciones sexuales, picor vaginal, fiebre baja y sensación de inflamación en la zona baja de la pelvis similar a la que tenemos durante la regla. 

Ante cualquiera de estos síntomas, lo más recomendable es pedir cita en tu centro de salud para acabar con esta afección tan molesta antes de que se complique.

Cistitis menopausia

¿Y si tengo cistitis recurrente?

Aunque casi todas tenemos episodios de cistitis alguna vez en la vida (hasta un 80% de nosotras), no todas las sufrimos de manera recurrente. Sin embargo, con la edad y la menopausia, tenemos más posibilidades de que se convierta en algo desgraciadamente habitual. Se considera cistitis recurrente cuando se tienen tres o más infecciones al año o dos en seis meses.

¿Cuál es el motivo? Las bacterias no se han eliminado del todo. Esto puede deberse a varias causas: el tratamiento antibiótico no ha funcionado (o no era el adecuado para esa bacteria), la higiene íntima no es la más adecuada (por exceso, por defecto o por utilizar productos poco apropiados para esa zona) o, simplemente, factores genéticos. También pueden influir los tratamientos médicos agresivos o la presencia de algunas enfermedades como la diabetes. En cualquier caso, es una profesional de la salud quien debería valorarlo. 

¿Se puede prevenir la cistitis en la menopausia?

Como hemos visto, hay algunos factores de riesgo de tener cistitis en la menopausia en los que no podemos interceder. Sin embargo, sí que existen algunas pautas que nos pueden ayudar a evitar estas infecciones, como tener buenos hábitos de higiene íntima y usar los productos adecuados que respeten la flora vaginal o beber mucha agua para orinar con frecuencia. En las relaciones sexuales tenemos que tener cuidado – como en el resto de nuestra vida – con el uso de espermicidas o lubricantes.

A modo de prevención en el día a día, el consumo de arándanos puede ser de ayuda. Son ricos en proantocianidinas, unos polisacáridos que inhiben la actividad de la bacteria Escherichia Coli. Y, por qué no decirlo, tanto frescos como en zumo, ¡son deliciosos!

Consejos para prevenir la cistitis:

– utilizar un gel que respete el ph

– hacer pis tras las relaciones sexuales

– beber mucha agua

– tomar arándanos

¿Cómo tratar la cistitis en la menopausia?

Para confirmar la infección de orina es necesario acudir a una profesional de la salud, que realizará un análisis de orina y una exploración ginecológica. Con estos datos, podrá pautar un tratamiento antibiótico para eliminar la infección, así como otra medicación específica para la menopausia, como un concentrado de estrógenos para mantener el pH vaginal y minimizar el riesgo de padecer cistitis recurrente.

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