Ir o no al sexólogo: esa es la cuestión
¿Cuándo es conveniente ir al sexólogo? Repasamos razones por las que te puede ayudar contar con la ayuda de un profesional de la sexología. ¡Toma nota!
Escrito por Sara G. Pacho
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
Podemos hablar abiertamente de sexualidad, pero, ¿ir al sexólogo hoy en día tiene el mismo estigma que ir al psicólogo hace una década? De la misma manera que hemos roto esas barreras a favor de cuidar nuestra salud mental y hemos entendido que, igual que acudimos al centro de salud cuando nos duele la garganta o tenemos dolor de estómago, tenemos que hacer terapia cuando nos duelen otras cosas, quizá sea el momento de desplegar nuestras banderas a favor de pedir ayuda para resolver las complejidades de nuestra vida sexual.
De estas dudas que tenemos todas el último episodio de nuestra Escuela de Calor, en el que nos acompaña Sonia Encinas, comunicadora y sexóloga feminista.
Educación sexual, la bien llamada asignatura pendiente
Cuando hablamos de educación sexual muchas de nosotras pensamos en un plátano con un condón. Otros quizá piensen en el porno. La realidad es que muchas veces limitamos un concepto tan amplio y necesario al coito y las relaciones heterosexuales. Nuestra labor divulgadora en Bloom consiste, entre otras cosas, en reivindicar la amplitud de la educación sexual sin vergüenza alguna. Se trata de aprender cómo funcionan, para qué sirven y cómo estimular algunas partes de nuestro cuerpo, pero también quiénes somos, cómo nos sentimos con nuestra imagen y con nuestras relaciones, con nuestra menstruación, con nuestro género.
Una vez que entendemos todo lo que abarca este concepto, empezamos a comprender por qué es tan importante en todas las etapas de nuestra vida, por qué no se merece los dos rombos que le han puesto tantas veces. Tanto es así, que Amnistía Internacional reclama la educación sexual como un derecho fundamental de los seres humanos.
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Todas, todos y todes tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, salud, vida sexual e identidad sin enfrentar por ello ningún tipo de discriminación, coacción y violencia. Aquí se incluyen decisiones que afectan a nuestros cuerpos (como el aborto), recibir información sobre sexualidad y reproducción, elegir a nuestra pareja y decir qué familia (o no) formar.
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El acceso a la educación sexual tiene que promoverse en los entornos escolares para evitar, precisamente, situaciones de discriminación y violencia. Conocer esta información aclara cuestiones biológicas y permite tomar decisiones, al contrario de quienes piensan que supone fomentar actitudes imprudentes respecto al sexo. No recibir una educación sexual adecuada supone más infecciones de ITS, por ejemplo.
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Los métodos anticonceptivos son un derecho fundamental de toda persona, que podrá decidir si quiere o no tener hijos, además de tener la posibilidad (y la información) de protegerse de infecciones y otros problemas de salud.
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La sexualidad no debe ser un tabú, sino un tema del que poder hablar abiertamente para que todas las personas tomen el control de sus vidas.
Un dato que podemos evitar con más (y mejor) educación sexual: según la Agencia Europea de Derechos Fundamentales, 7 de cada 10 personas del colectivo LGTBIQ+ ocultan su orientación sexual o identidad de género durante su etapa escolar.
Consulta de sexología: en qué consiste
Hemos mencionado que Sonia Encinas es sexóloga y también que se puede hacer terapia con una profesional de este campo pero, ¿sabes exactamente en qué consiste? Este perfil estudia la sexualidad humana y, en consulta, realiza labores de información, orientación e intervención ante problemas personales o de pareja.
¿Cuándo deberíamos considerar acudir a consulta? Aquí van algunas razones:
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Disforia de género
Cuando una siente que su identidad no tiene que ver con el sexo que se le asignó biológicamente es esencial contar con alguien que te acompañe y comprenda.
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Problemas de comunicación en la pareja
La falta de entendimiento, tanto en la cama como fuera de ella, puede ser la sentencia de muerte de la pareja. Mejorar la comunicación y la asertividad es clave para tener una relación sana.
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Creencias nocivas sobre el sexo o la sexualidad
Una sexóloga puede desmontar creencias y darte herramientas para disfrutar de vida sexual de una manera plena.
¿Más problema que placer? Es el momento
Las mujeres hemos aprendido de una manera u otra que en el sexo somos actrices secundarias. Como el rincón de las pesas en los gimnasios, parece ser un espacio que no nos pertenece, en el que somos simples objetos de deseo para esa mirada masculina.
Cuando se trata de hablar de cómo entendemos el sexo nosotras, a menudo se nos coloca en un lugar de alarma, en el que parece que tenemos que enfrentarnos al sexo con miedo más que ganas. Embarazos no deseados. ITS. Culpa. Consentimiento. Sí, hasta el consentimiento nos aleja de alguna manera de nuestro propio placer, porque consentir no es desear, y se puede consentir por muchas razones.
A medida que progresamos como sociedad y que compartimos vivencias con amigas o parejas, podemos ir -con suerte- desactivando muchos de estos pensamientos, pero no es fácil tanta deconstrucción. Aquí entra la sexología.
La sexualidad es un componente integral de nuestra salud y bienestar. Te animamos a que escuches este recopilatorio de dudas en formato podcast con Sonia Encinas, resuelvas algunas de ellas o abras tu mente a hacerte nuevas preguntas.
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