¿Cómo viven su sexualidad las mujeres con diversidad funcional? La importancia de poner fin a este tabú
El actor recientemente galardonado con un Goya, Telmo Irureta, ha puesto el foco en la sexualidad de las personas con diversidad funcional: te contamos más
El actor Telmo Irureta lanzó una reivindicación en la gala de los Goya acerca del derecho a la sexualidad de las personas con diversidad funcional. Al hilo de esas declaraciones, exploramos las implicaciones y los escollos que viven las mujeres con discapacidad para vivir plenamente su sexualidad. ¿Cuáles son las principales barreras a las que se enfrentan?
La reivindicación que ha desatado la polémica
Hace unos días, el actor español Telmo Irureta recibió el Goya al mejor actor revelación por su trabajo en la película ‘La consagración de la primavera’. Un filme muy íntimo que aborda el asunto de la sexualidad en personas con diversidad funcional desde la naturalidad. En su discurso, Irureta declaró: «Nosotros también existimos y nosotros también follamos. Brindemos hoy por un cine más inclusivo y con cuerpos de todo tipo». Recibió una gran ovación y, de un plumazo, puso encima de la mesa un tema que muchas personas no se habían planteado hasta el momento.
Como respuesta a su contundente discurso, Telmo Irureta, que tiene parálisis cerebral, ha recibido apoyo en redes sociales de figuras como la del polifacético artista Bob Pop, diagnosticado hace años con esclerosis múltiple.
Pero la polémica se vincula, esencialmente, con sus posteriores declaraciones, con referencias a la prostitución. No queremos centrarnos únicamente en el debate generado en redes sociales en torno a estas palabras ni en la gran cuestión a abordar que es la explotación sexual de las mujeres, que lleva por nombre prostitución. Pero sí queremos mencionar una figura de actualidad en los últimos días, la de las y los asistentes sexuales.
¿Qué son los asistentes sexuales?
Muchas no habíamos oído hablar de las y los asistentes sexuales hasta este momento. Un asistente sexual es una persona que sirve de apoyo y ayuda a mujeres y hombres con diversidad funcional a la hora de tener sexo con ellas y ellos mismos o con otras personas si así lo desean.
Su figura es muy controvertida porque podría rozar con la explotación sexual si no se define y delimita correctamente. Por tanto, ¿cuál es la diferencia? Sobre el papel, una o un asistente sexual y la persona con diversidad funcional no mantienen relaciones sexuales, sino que la primera ayuda a la segunda en sus limitaciones.
Numerosas asociaciones reivindican que la asistencia sexual debería regularse en España para enmarcarse dentro de la legalidad, como ocurre ya en países como Alemania, Suiza, Holanda o Bélgica.
¿Cómo es la sexualidad de las personas con diversidad funcional?
Hay una tendencia clara a infantilizar y desexualizar a las mujeres con diversidad funcional, ya sea física o mental, pero lo cierto es que la discapacidad no hace asexuales a las personas y tampoco les impide enamorarse y mantener su libido.
La cuestión es que, muchas veces, las mujeres con diversidad funcional encuentran más dificultades para disfrutar libremente de su vida sexual en los prejuicios de la sociedad que en sus propias barreras. En este sentido, es fundamental dar importancia y visibilidad a las necesidades sexoafectivas de este colectivo y sus derechos sexuales. Es preocupante el dato de que, por el hecho de convivir con una discapacidad, las mujeres aumentan hasta diez veces las posibilidades de sufrir violencia machista.
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La educación sexual de las mujeres con diversidad funcional es tan importante como la del resto. Es esencial que, como las demás, conozcan la manera de prevenir infecciones de transmisión sexual, el uso de métodos anticonceptivos y los recursos de los que disponen ante un abuso.
Por suerte, cada vez es más común tener en cuenta la sexualidad de estas personas y existen ya juguetes sexuales especialmente diseñados para sus necesidades particulares.
Nos ha gustado mucho cómo se relatan los escollos en su sexualidad que tiene que superar una mujer con diversidad funcional en la película de Hikari, ‘37 segundos’. Ayuda a empatizar muy bien con la problemática y a abrir los ojos ante un colectivo muy grande de la población que no puede ser invisible.