En busca de la barriga plana, ¿por qué está en nuestro ideal de belleza?

En el Antiguo Egipto se morían por las caras asimétricas, la cultura griega clásica se pierde por estructuras armoniosas, los renacentistas apostaban por caderas voluptuosas y nosotras… ¿por el vientre plano?

diciembre 8, 2023 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Si no has buscado por ti misma en Google alguna vez cómo conseguir un vientre plano es muy posible que, aún así, hayan llegado a ti un montón de consejos que casi siempre tienen cierto tufillo a generador de complejos y a entrada a un TCA. ¿Por qué nos obsesiona tener un abdomen tonificado y delgado si, a lo mejor, no es lo habitual (entre otras cosas porque nuestro vientre bajo alberga nuestro útero? Desde cremas milagrosas a dietas detox, pastillas, infusiones… Todo vale con tal de conseguir dar con un ideal de belleza que nos han vendido como atractivo.

Es difícil mirar hacia otro lado cuando la sociedad te impacta a diario y de mil maneras con el mismo asunto: desde los cereales del desayuno a los yogures. Si has empezado este artículo pensando que nos habíamos vuelto locas y te íbamos a hablar de trucos de dudosa eficacia para conseguir ser quien no eres supongo que a estas alturas ya te has dado cuenta de que no van por ahí los tiros. Nuestro enfoque, como siempre, es bodypositive: queremos que te quieras y que te sientas bien. Con la barriga plana o no. 

Redefiniendo la belleza

El concepto de belleza a lo largo de la historia ha experimentado una gran cantidad de cambios que tienen mucho que ver con factores sociales, económicos y culturales. La percepción del cuerpo ideal ha variado enormemente para reflejar las normas y valores de cada época. Desde el Antiguo Egipto hasta la actualidad, los cánones de belleza han evolucionado como un medio para diferenciar clases sociales, roles de género y estatus económico. 

Muchos de estos ideales tienen que ver con mitos o figuras de veneración en las civilizaciones más antiguas, y con estatus en las más modernas. Nuestra época ha enfatizado mucho la delgadez, el trasero firme, el famoso thigh gap y sí, el vientre plano, tal y como se propone en la publicidad y en la industria de la moda y la belleza. Aunque queremos pensar que estas barreras se están rompiendo a favor de la diversidad, a menudo nos preguntamos si es un movimiento genuino o una simple estrategia de marketing. 

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Como ves, la evolución de estos cánones de belleza se puede entender a través de la lente de la diferenciación social. En cada época, el ideal de belleza se adapta para destacar características asociadas con el estatus, la prosperidad y los valores culturales prevalentes. Sin embargo, la belleza es subjetiva y fluida, y la presión de los estándares actuales puede estar más vinculada a intereses comerciales que a la aceptación genuina de la diversidad.

«El estilo no es una talla, es una actitud» sugiere una apertura a la diversidad, pero también plantea interrogantes sobre si estas campañas buscan auténticamente desafiar los cánones históricos o simplemente adaptarse a las cambiantes demandas del mercado.

Por un lado nos dicen que las mujeres de verdad tienen curvas y por otro nos obligan a aspirar a cuerpos imposibles. Y, ¿sabes qué? Ambas cosas están mal. Están mal porque no podemos elegir el cuerpo que tenemos. En función de muchas variables, quizá, podemos trabajar en hábitos que nos acerquen a una apariencia que nos guste pero, incluso en estos casos, podemos darnos contra un muro mil veces. Existen muchas corporalidades, genéticas, rutinas… ¿Cómo vamos a aspirar entonces a ser todas iguales? 

Hinchazón en el abdomen: más allá de la estética

Nuestra recomendación es que huyas de recomendaciones virales para tener un vientre plano como del diablo y, si realmente quieres cambiar algo de tu cuerpo, te pongas en manos de especialistas que te ayuden a conseguir tu objetivo de una manera sana, tanto física, como emocionalmente. Nada de hacer largas sesiones de abdominales, eliminar carbohidratos ni mucho menos pasar hambre.  

Ahora bien, si lo que te pasa es que te sientes o te ves hinchada… ¡Bienvenida! A todas nos ocurre en algún momento de nuestras vidas, de nuestro mes… o de forma constante. La inflamación intestinal es una compañera muy frecuente que va más allá de hacernos sentir mal o bien poniéndonos unos pantalones y un crop top. Pero cuidado: nuestra salud intestinal también está a la venta. Desconfía de productos milagrosos y virales. 

Sentir inflamación después de comer no solo es normal sino que puede indicarnos que nuestro intestino está haciendo bien su trabajo. No obstante, puede ser molesto y a veces incapacitante, por lo que te recomendamos que, si es así, acudas a consulta médica para que examinen tu caso de manera individualizada. 

¿Hay algo que puedas hacer para sentirse menos inflamada? Prueba con algunos sencillos cambios a la hora de comer:

  1. ¡Mastica! A menudo vamos tan deprisa o comemos con tanta hambre que engullimos.

  2. Comer deprisa también facilita que nos llenemos de aire y aparezcan los gases, así como masticar chicle, fumar y, por supuesto, las bebidas carbonatadas.

  3. No te olvides de tomar suficiente líquido: será lo que ayude a tu sistema digestivo a que todo fluya y te sientas deshinchada.

  4. El ejercicio ayuda. Encuentra la actividad física que más te guste y comprueba si tiene efectos positivos sobre tu inflamación.

  5. ¿Has detectado que algún alimento te sienta como un tiro? Puede que hayas desarrollado alguna intolerancia. Acude a consulta para que te orienten al respecto.

No toda la inflamación tiene que ver con la comida: también puede ser hormonal

Efectivamente: las hormonas que liberamos o dejamos de liberar según la fase de nuestro ciclo o de nuestra vida influyen mucho en el aparato digestivo y en esa molesta sensación de hinchazón. Esto también tiene que ver con la retención de líquidos, el consumo de alimentos con mucha sal o grasas hidrogenadas.

Seguir los consejos anteriores nos puede servir para sentirnos menos hinchadas también cuando esa inflamación la han provocado nuestras hormonas, además de ayudarnos a dormir mejor.

Merece la pena intentarlo o ponerse en manos de un profesional, no para lucir un vientre plano, sino para sentirnos realmente a gusto, sin molestias y sin complejos. 

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