Misión mejorar la autoestima: 9 claves para querernos más
La palabra no da lugar a engaño: autoestima es el concepto que tenemos de nosotras mismas, la manera en que nos valoramos, queremos o aceptamos. ¿Cómo elevarla? ¡Toma nota!
Cuando nos sentimos orgullosas de quienes somos, nos queremos y nos respetamos a nosotras mismas, la autoestima nos aplaude. Sin embargo, cuando sentimos que no tenemos nada bueno, somos incapaces de ver nuestros logros y vivimos bajo la amenaza de no gustar a nadie, nos encontramos en un punto en el que es importante trabajar para mejorar la autoestima.
Las mujeres -oh, sorpresa- tendemos a tener la autoestima más bajita que los hombres debido a nuestra propia exigencia con nosotras mismas, así como a todas esas creencias limitantes con las que hemos crecido. Sin embargo, lo tenemos tan normalizado que muchas veces ni siquiera somos capaces de ver que es un problema que, además, puede cronificarse y llevar a algo más grave, como la depresión.
Baja autoestima: qué es y cuáles son sus causas
Más allá de la importancia de mejorar la autoestima, cabe preguntarse: ¿la autoestima nace o se hace?
La realidad es que a lo largo de toda nuestra vida vamos poniendo los cimientos de lo que será nuestro amor propio, por lo que podemos decir que se forma a base de innumerables vivencias tanto negativas como positivas que hemos afrontado desde la infancia.
Sufrir abusos, discriminación o la pérdida temprana de un ser querido, por ejemplo, son experiencias muy duras que pueden provocar daños en nuestra autoestima, pero también hay causas más “sutiles”, como no cumplir con las expectativas –propias o ajenas-, sentir la presión social por seguir determinadas normas o no encontrar personas con las que compartir gustos y aficiones, por ejemplo.
Todo esto, por supuesto, tiene consecuencias: insomnio, ansiedad, aislamiento, trastornos alimenticios… Proteger nuestro amor propio e intentar mejorar la autoestima es, por tanto, de 1º de Autocuidados.
Muchas veces no tenemos las herramientas necesarias para afrontar este tipo de experiencias, o, también, las interpretamos a nuestra manera (que no tiene que ser necesariamente ni la mejor ni la única).
Consejos para mejorar la autoestima: una fórmula a medida
Aunque nos encantaría darte la fórmula mágica para mejorar la autoestima en un periquete y para toda la vida, lo cierto es que no podemos.
Lo que me funciona a mí es posible que a ti no te sirva de nada y viceversa. Lo que para unas es fácil de remontar para otras es un mundo, y es igual de válido. Lo importante es dar el paso y buscar la manera de darle alas a nuestra autoestima para volar más alto.
A veces puede ser un trabajo complicado, pero, amiga bloomer, no solo “sí, se puede”, sino que además, ¡sí, se debe! A continuación te listamos algunos consejos que puedes poner en práctica para tratar de mejorar la autoestima:
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Identifica tus puntos débiles…
…pero no te centres exclusivamente en ellos. Ninguna de nosotras somos perfectas y subir la autoestima no quiere decir que tengas que ignorar tus debilidades. Se trata de conocerse mejor, aceptarse, pensar en cómo nos afectan en el día a día esos puntos flacos y qué importancia les damos.
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Piensa también en tus logros
Muchas veces estamos tan cegadas por lo negativo que somos incapaces de ver lo que hemos conseguido. No, ninguna de nosotras ha puesto un pie en el espacio ni ha hecho un descubrimiento que vaya a cambiar el rumbo de la humanidad (o sí, ¡quién sabe!), pero hay muchos pequeños éxitos que no se nos pueden pasar por alto si queremos ser justas con nosotras mismas. Y queremos.
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Aprende a perdonarte
En ocasiones somos nuestras peores enemigas y nos tratamos peor que nadie. Seguro que perdonas y aceptas muchos deslices de las personas a las que quieres, ¿por qué no hacer lo mismo contigo? Una vez más, no somos perfectas. Tenemos derecho a equivocarnos, pero también a perdonarnos y seguir adelante.
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Busca una afirmación positiva de ti
Igual que repetimos mantras en yoga para que ciertas partes de nuestro cuerpo vibren y conecten con nuestras emociones, podemos repetirnos una frase que nos haga elevarnos y seguir adelante. No te hablo de palabras motivacionales vacías. Te hablo de algo con lo que te identifiques, que te anime a conectar con la parte más bonita de ti misma. A veces es algo tan simple como: yo puedo. O yo quiero.
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Comparaciones no, gracias
Es muy habitual que nos pasemos la vida comparándonos con otras personas. Ni que decir tiene que esto no suele traducirse en algo positivo. Por eso es fundamental competir (en el mejor de los sentidos) solo con nosotras mismas y dejar de mirar lo que hace el o la de al lado, algo que, además, nos puede hacer sentir pequeñas e insignificantes.
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Cultiva tus pasiones
Cuando estamos bajitas de autoestima perdemos tanto el norte que a veces ni siquiera somos capaces de recordar aquello que nos gusta hacer. Encontrar eso que nos apasiona, como un hobby o un lugar, nos ayuda a equilibrar nuestra autoestima.
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Gústate
Qué fácil es decirlo, ¿verdad? Muchas veces, la autoestima baja nos provoca una apatía permeable a todas nuestras capas. No nos vemos bien y eso se puede convertir en una espiral. Cuidar nuestro cuerpo y dar prioridad a nuestro bienestar nos ayuda a mejorar la imagen que tenemos de nosotras mismas.
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Agenda momentos de autocuidado
Igual que en las relaciones de pareja, familiares o de amistad, es fundamental disfrutar de tiempo con nosotras mismas para cultivar nuestra autoestima. Cada una tenemos que encontrar qué es aquello que nos hace sentir bien. Puede ser un paseo por el campo, un masaje, leer un libro con el móvil en modo avión, comer algo rico mientras ves el último capítulo de tu serie favorita…
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Acude a terapia
Puede que te resulte imposible subir tu autoestima por tus propios medios y es perfectamente comprensible. Cuando la tenemos muy dañada y no conocemos las herramientas a nuestro alcance, puede ser una tarea realmente complicada. Pero no pasa nada: para eso está la terapia. Busca una psicóloga o psicólogo que te ayude y acompañe en tu proceso.
La baja autoestima no es una de nuestras señas de identidad ni algo que no podamos borrar de nuestro ADN. ¡No nos etiquetemos! Conocer las causas que han hecho que nuestra autoestima esté por los suelos es el primer paso para empezar a aumentarla. Lo siguiente: buscar soluciones… y ponerlas en práctica.