Celos en la pareja, ¿se pueden controlar? Consejos para vivir sin ellos tus relaciones
Cuando los celos se instalan en una relación de pareja, las cosas siempre se complican. Aprendemos a detectar a una persona celosa compulsiva y te damos las claves para aprender a vivir sin celos innecesarios en tus relaciones.
#POV No eres una persona celosa, has vivido todas tus relaciones de pareja desde el respeto, la confianza mutua y la comunicación. Es más, eres perfectamente capaz de mantener una relación abierta y llevarlo genial y no entiendes a la gente celosa porque te parece que los celos están completamente ligados a la posesión y a la privación de libertad y nadie pertenece a nadie.
Pero, de repente, sin saber muy por qué, te ves a ti misma desconfiando a tope de tu pareja y jugando a detectives en busca de una prueba que confirme tus sospechas de infidelidad.
¿Cómo se deberían manejar los celos? ¿Se pueden controlar? ¿Una persona celosa lo será siempre? ¿Qué pasa si mi pareja es celosa compulsiva? Hacemos una radiografía a los celos en pareja para analizar de dónde vienen y por qué son tan dañinos y te damos unos consejos para no caer en los celos compulsivos o salir del bucle de una relación tóxica por la celotipia.
¿Qué son los celos de pareja?
Los celos de pareja son algo irracional, una emoción intensa relacionada con la necesidad de posesión que se manifiesta en forma de desconfianza, sospechas de infidelidad y miedos incontrolables por la posibilidad de perder a la pareja en manos de otra persona.
El sentimiento de celos podría llegar a considerarse algo natural en una relación de pareja, porque el amor entre dos personas tiene ciertas connotaciones de pertenencia (que no de posesión), pero cuando los celos (con o sin motivo) se vuelven excesivos e incontrolables, los problemas de pareja son inevitables. El gran engaño es pensar que ser una persona celosa es sinónimo de amor, porque lo cierto es que limitar la vida del otro es quererle mal. A pesar de que los hombres son más infieles por estadística, en general, los celos incontrolables son más frecuentes en ellos y, con demasiada frecuencia, con un mal final.
El gran engaño es pensar que ser una persona celosa es sinónimo de amor, porque lo cierto es que limitar la vida del otro es quererle mal.
Los celos de pareja suelen comenzar por una ligera sospecha de infidelidad o de falta de confianza que a veces tiene mucho de verdad y otras puede ser fruto de la imaginación de la persona celosa. Esa semilla del mal crece en el día a día y la o el celoso comienza a jugar a detectives, con preguntas, suspicacias y cada vez más necesidad de control de su teléfono móvil, de sus redes sociales y, en general, de cada pequeña parcela de su vida.
Al final, si se dejan crecer los celos hasta los celos patológicos y la pareja es incapaz de gestionarlos, se convierten en un verdadero infierno para ambas partes y la relación se vuelve tóxica. Independientemente de si los celos son o no infundados, generan inseguridad, dependencia emocional, baja autoestima, odio, tristeza e ira en la persona celosa e impotencia, culpabilidad, estrés y frustración en el otro miembro de la pareja.
Por mucho que tengas una relación de confianza plena y creas que vives el amor desde la libertad o tengas una relación abierta, nadie está libre de sufrir celos o de ser el objeto de ellos en algún momento de su vida porque los celos son una emoción demasiado arraigada en nuestro ADN y son entendibles. El problema es saber gestionarlos convenientemente.
Como cualquier sentimiento o problema emocional, los celos se pueden tratar y trabajar con la ayuda de un profesional mediante terapia individual o en pareja. Independientemente de que la pareja vaya a terminar rompiéndose o no, vivir con celos es una condena que te va a impedir ser feliz.
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Las personas celosas, ¿nacen o se hacen?
El sentimiento de celos no es territorio único de las relaciones de pareja, de hecho, todas hemos tenido una amiga o un familiar celoso desde la infancia y entendemos muy bien cómo se comportan. Por eso nos hacemos esta pregunta: ¿las personas celosas lo son porque el mundo les ha hecho así o, por el contrario, sus personalidades ya eran celosas genéticamente? El debate está servido.
Para la comunidad científica, no es fácil determinar cuál es el origen exacto de la emoción intensa que suponen los celos. Hay personas que tienen una personalidad insegura y miedosa o que se comportan como controladoras patológicas desde pequeñas que son, evidentemente, más proclives a ser celosas en una relación de pareja adulta, pero también hay muchas personas que se convierten en celosas compulsivas a consecuencia de malas experiencias en sus relaciones amorosas.
Por eso, una cosa es sentir celos razonables alguna vez porque tu pareja ‘tontea’ con alguien en una fiesta y otra muy distinta es ser una o un celoso patológico que convierte los celos en el centro de su vida. Los celos compulsivos impiden llevar una vida normal porque son incontrolables y avasalladores y generan sentimientos realmente intensos de sufrimiento, tristeza, odio y necesidad de controlar a la pareja.
El celoso compulsivo puede tener o no motivos para ser celoso, pero, en cualquier caso, es conveniente tomar medidas. Tanto si eres tú la persona celosa como si tu pareja siente celos compulsivos hacia ti, hay que huir de las relaciones tóxicas.
¿Qué pasa si mi pareja es una o un celoso compulsivo?
Sin entrar en el debate de si has sido infiel o no, puede que tu pareja se haya convertido en una persona que no puede controlar los celos o que ya lo fuera antes de empezar su relación contigo. Es muy complicado mantener una relación de pareja sana si existe celotipia o los celos son compulsivos y rara vez se consiguen superar estos problemas sin ayuda de un profesional. Si tu relación es tóxica por culpa de los celos, es el momento de tomar medidas.
Aprender a detectar a una o un celoso compulsivo:
- Se muestra fuerte, pero es una persona insegura
- Quiere controlarlo todo
- Lleva siempre la batuta de la relación
- Pone en duda lo que le cuentas y desconfía de ti
- Es un experto en chantaje emocional
- No se alegra de tus éxitos profesionales
- Te humilla en privado pero también en público
- Intenta cambiar tu manera de vestir o maquillarte
- No le gusta que salgas sin él o ella
- Procura alejarte de tu familia y amigos para convertirse en el centro de tu vida
- Controla tu móvil y tus redes sociales para ver con quién te relaciones
- Tiene una clara falta de autoestima
¿Es posible controlar los celos?
Si eres una persona celosa o sientes que estás empezando a serlo de forma puntual y eso te preocupa, estás a tiempo de darle una vuelta de tuerca a tus emociones. Eso sí, si tienes la confirmación de que tu pareja te ha dido infiel está en tu mano decidir si quieres perdonarle y pasar página o quieres acabar con la relación, no dejes que nadie te juzgue por tu decisión.
Te contamos algunos tips para aprender a controlar los celos y no dejarte caer en los celos compulsivos.
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Trabaja tu autoestima
Estar bien depende en gran medida de cómo tú te trates a ti misma. Trabaja tu autoestima, si lo necesitas, con ayuda de un profesional.
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Las comparaciones son odiosas
Cada relación es única y no todo el mundo se comporta con los mismos patrones.
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La comunicación es la clave
Si tu pareja te quiere bien y es consciente de que te cuesta controlar los sentimientos celosos, lo mejor es que pongáis sobre la mesa la situación y establezca vuestras propias normas.
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Aprende a poner límites
Explícale a tu pareja cuáles son tus líneas rojas para que sea consciente de qué cosas te hacen daño o te hacen sentir insegura.
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Respeta su libertad
Trata de no caer en el espionaje, respeta su espacio y su libertad y confía en que las cosas se están haciendo bien.
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Huye de los monstruos
La imaginación puede jugarte malas pasadas, no dejes que vuele sola. No alimentes tus propios monstruos y procura mantener una actitud positiva.
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Acude a un especialista
Cuando los celos de pareja son complicados de manejar, la ayuda de un terapeuta puede convertirse en la mejor tabla de salvación.