Phubbing: la costumbre (a desterrar) por la que prestas más atención a tu móvil que a quien tienes enfrente

¿Alguna vez te has sentido ignorada porque otra persona presta más atención a su móvil que a ti? Este acto se llama phubbing y te contamos cómo afrontarlo

mayo 21, 2023 Escrito por Noelia

Redactora de Bloom especializada en salud femenina. Diplomada en Turismo por la UNED, Máster en Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa por la Universitat Jaume I y Posgrado en Periodismo Digital por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactora en medios de comunicación digitales desde 2011.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

No te ha pasado solo a ti. Todos lo hemos sufrido alguna vez y no solo por parte de nuestra pareja: una amiga con la que quedamos a tomar un coffee, una jefa a la que intentamos explicarle una situación importante del curro, ¡incluso nuestra propia madre mientras le contamos qué tal nos ha ido un examen! ¿Alguna vez te has sentido ignorado por otra persona a causa de las tecnologías? 

Estar hablando cara a cara con alguien y que desviemos la atención al móvil porque nos ha llegado un WhatsApp es algo que, reconozcámoslo, todos hemos hecho alguna vez. Pero no porque sea un mal común significa que está bien hecho. Hablemos de phubbing (y luchemos contra él de una vez, por favor).

Qué es phubbing: significado de este mal del siglo XXI

¿Qué es el phubbing? El significado de esta palabra se encuentra en la contracción de phone (teléfono) y snubbing (hacer un desaire o desprecio). En lenguaje coloquial, es el acto de ignorar a alguien por prestarle más atención a nuestro teléfono

¿Es habitual? Sí. ¿Lo hemos hecho todos? Sí. ¿Está bien? NO. Y tiene consecuencias.

Cuando el phubbing en la pareja puede convertirse en un problema

Aunque ya hemos puesto varios ejemplos de algunas situaciones en las que podemos sufrir phubbing (o en las que nosotras mismas podemos hacerlo), es cierto que con quien más nos puede preocupar es con la pareja. 

Tenemos bien interiorizado que las relaciones hay que regarlas día a día para que no se marchiten. Sabemos que es necesario pasar tiempo con la pareja, pero, ojo, alguien olvidó decirnos que debe ser tiempo de calidad para que sirva para algo. Sentarse a cenar con una persona que no para de mirar el teléfono es similar a sentarse a cenar a solas. 

phubbing

La tecnología puede afectar a nuestra relación. La salud sexual puede empeorar por las pantallas y la comunicación se puede debilitar si prestamos más atención a un influencer en las redes sociales o al grupo de WhatsApp de los compañeros que teníamos en el instituto allá por 2005 (y a los que, por cierto, tal vez ni siquiera hemos vuelto a ver).

Causas del phubbing

Existen diversas causas por las que todos podemos llegar a hacer phubbing (y muchas veces sin ni siquiera ser conscientes de ello). 

  1. Normalizar la situación

    Hemos normalizado mirar la pantalla del móvil más de cien veces al día, contar nuestras cosas por Instagram a cientos de desconocidos antes que a nuestros padres o incluso interrumpir nuestro trabajo o estudio por contestar un WhatsApp. Y nos escudamos en que “lo hacen todos”. Igual que no podemos normalizar el gaslighting o el dumping amoroso, también hay que empezar a darle importancia a este tipo de situaciones.

  2. Nomofobia

    En psicología existe el término nomofobia, que es el miedo irracional a estar sin smartphone. Desconectar del móvil nos resulta muy complicado porque en él se reciben inputs continuamente. Siempre está pasando algo. Y en ocasiones podemos llegar a sufrir este problema.

  3. Acceso ilimitado y sencillo

    Va a oler a viejuno esto que voy a escribir, pero yo pasé mi adolescencia sin WhatsApp. Si quería hablar con mi bestie, tenía que hacerlo al llegar a casa del instituto y esperar a que se conectara al Messenger en el ordenador que compartía con mi hermana mayor. Ahora solo está a un toque de app. Y tal vez no hemos aprendido a gestionar esta disponibilidad 24/7.

  4. Descontento con nuestra vida (incluso si no somos conscientes de ello)

    La tecnología en general y el móvil en concreto se ha convertido para muchas personas en un salvavidas de sus propias crisis personales. En muchas ocasiones nos ofrece una ventana a un mundo ideal… e irreal. Y nos resguardamos en él para no ver que en realidad tenemos mucho que arreglar en nuestra propia vida.

Consecuencias de hacer phubbing y cómo ponerle solución

¿Cuántas de esas personas que te contestan inmediatamente en WhatsApp correría a ayudarte si lo necesitaras en la vida real? Pocas. Muy pocas. Pero esas con las que compartes sofá o café quizás sí lo harían. Y precisamente la primera de las consecuencias del phubbing es que nos puede hacer perder relaciones auténticas, de verdad. Nos puede distanciar de pareja, amigos o familiares.

que es el phubbing

Además, los psicólogos también apuntan a que puede tener consecuencias sobre la salud mental de quien lo recibe, como baja autoestima o sentimiento de soledad, pero también consecuencias en la vida de quien lo hace: peor rendimiento académico o profesional, daños en la salud ocular, inestabilidad emocional, problemas para las relaciones sociales…

Si eres tú quien hace phubbing, el primer paso es reconocerlo y tratar de ser consciente de la cantidad de veces que usas el móvil sin necesitarlo. Te recomendamos que elimines todas las notificaciones, excepto las de llamada, y que te fijes momentos en los que no puedes usar el móvil (por ejemplo, si estás hablando con alguien o si estás trabajando). No tengas el móvil a la vista para no acordarte de él y sentir el impulso de consultarlo.

Y en caso de que sea otra persona quien te está haciendo phubbing a ti, intenta hablarlo con él o con ella. Es posible que se ponga a la defensiva, por eso debes hacerlo con asertividad. Explícale cómo te sientes, por qué puede ser negativo y, sobre todo, predica con el ejemplo. Haced juntos los tips anteriores.

Y si nada funciona, ha llegado el momento de plantearos si existe una adicción al móvil. En ese caso, vais a necesitar ayuda psicológica para volver a poner todo en su sitio. 

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