Más allá de la biología: por qué nuestra figura materna y paterna de referencia puede cambiar a lo largo de la vida
Cuidados básicos, nutrición, amor, consejos… ¿Solo los padres y madres biológicos pueden ser responsables de la crianza?
Escrito por Sara G. Pacho
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
Acabamos de pasar el Día de la Madre, una fecha donde se rinde homenaje a las madres bajo la consigna de que madre no hay más que una. ¿Es correcta esta afirmación? En el sentido biológico, ok, imposible nacer de más de un vientre, pero, ¿qué pasa con la parte más psicosocial? Queremos abrir un poco más nuestra mirada para hablar sobre la diversidad que hay también cuando nos referimos a las figuras maternas y paternas. Puede que estas referencias sean tu padre y tu madre a lo largo de toda tu vida, pero también puede que, por la razón que sea, otras personas asuman su papel. Os hemos preguntado en nuestro perfil de Instagram y esto es lo que nos habéis contado.
Bye bye, familia tradicional!
En las últimas décadas, el concepto de familia ha cambiado mucho. Gracias a los movimientos sociales y cambios legales, desde el feminismo hasta la legalización del aborto, los anticonceptivos o el matrimonio civil a, por supuesto, el movimiento LGTBIQ+, a España ya no lo conoce ni la madre que la parió, que diría Alfonso Guerra. Y qué bien: somos más libres y las posibilidades relacionales trascienden a los valores tradicionales.
Entre las enseñanzas de este tiempo -algunas de ellas ya plenamente integradas en la sociedad- destaca la idea de que el concepto de familia es un término que se construye a medida.
Más allá de la definición más antropológica (“grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas” o “conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje”), la RAE -que no es precisamente la institución más progresista que tenemos- recoge hasta 10 acepciones de esta palabra para intentar recoger su riqueza. Atrás quedaron conceptos tan maniqueos como familia nuclear o desestructurada: la pluralidad ha llegado para quedarse.
Las múltiples caras del amor: cómo diferentes personas pueden ser madres y padres en nuestra vida
Aparte de las formas de familia existentes y emergentes, como la monoparentalidad elegida, la homoparentalidad o la adopción, entre tantas otras, puede ser que, a lo largo de nuestra vida, nuestras figuras maternas y paternas varíen por la razón que sea. Con quién nos criamos es muy importante, ya que determina nuestra manera de apego y, en gran medida, nuestra personalidad. En muchos casos, esta relación trasciende al padre y la madre -ya sean biológicos o no- para dar cabida a abuelas y abuelos, familiares cercanos, la nueva pareja de papá o mamá, hermanas y hermanos mayores…
La variedad de figuras parentales en nuestra vida nos muestra que la crianza y el amor no están limitados, ni mucho menos, a los lazos de sangre
Muchas de vosotras, de hecho, pusisteis en valor a vuestras abuelas y tías, pero también a aquellos madres y padres que, por la razón que sea, han tenido que representar ambos roles. Y es que, a veces, no se trata de que los cuidados más básicos caigan sobre otra persona: esto va de quién nos hizo la comida, pero también de quién estuvo a nuestro lado jugando, escuchando nuestros miedos e ilusiones, haciendo los deberes del cole…
En este sentido, puede no solo que esa persona no sea el padre o la madre, sino que, a lo largo de las diferentes etapas de nuestra vida, se vaya transformando según las necesidades.
Quizá en la más tierna infancia sienta una intensa protección estando con mi abuela, pero en la adolescencia esté más cómoda hablando con mi hermana mayor, por ejemplo. No quiere decir que sean excluyentes: estas figuras pueden convivir perfectamente. De hecho, algunas de vosotras habéis apuntado figuras que seguramente no hayan puesto nunca un pie en vuestras casas, pero que habéis sentido como una referencia: una bloomer señalaba a su profesora de literatura y, otra, a la mismísima Taylor Swift.
En definitiva, la figura materna o paterna no se limita únicamente a los padres biológicos, sino que se extiende a todas aquellas personas que nos han criado, cuidado y amado a lo largo de nuestra vida. Ya sea una abuela, un tío, una hermana mayor o incluso un ídolo de la cultura pop, estas referencias son igual de importantes y valiosas. En un mundo cada vez más diverso y cambiante que celebramos, es importante reconocer y valorar la variedad de formas que puede adoptar el amor maternal y paternal.
¿Te ha gustado este post?
¡Queremos saberlo!
Y también en:
