
Los mejores tratamientos para la menopausia en 2025: guía práctica
Te contamos las mejores opciones para tratar los síntomas de la menopausia y premenopausia en 2025. Ya hemos hecho nosotras la investigación por ti, ¿te interesa?
En 2025, hablar de menopausia ya no es un tabú en la mayoría de los casos. Por suerte, las mujeres hemos vencido las vergüenzas, la resignación y la falta de visibilidad con la que vivían esta etapa nuestras madres y nuestras abuelas. Ahora se habla de menopausia abiertamente y contamos con más recursos para informarnos, decidir y tratar los síntomas asociados a esta etapa como los sofocos, el insomnio, la sequedad vaginal, los cambios emocionales o la pérdida de deseo sexual. Se acabó el sufrimiento: si hay un síntoma que nos impide hacer nuestra vida con normalidad, se trata y seguimos.
Las posibilidades para tratar los síntomas de la perimenopausia y la menopausia son cada vez más amplias, y las terapias han avanzado en eficacia y seguridad. Hablamos de tratamientos hormonales, tratamientos no hormonales de nueva generación y también estrategias naturales con evidencia. Pero en 2025, la clave está en algo que los expertos repiten una y otra vez: individualizar. Como detalla la British Menopause Society, no hay un único protocolo, sino tratamientos adaptados a cada mujer, a su edad, sus antecedentes y sus necesidades.


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Terapia hormonal sustitutiva: cuándo sí, cuándo no, y qué alternativas hay en 2025
La terapia hormonal para la menopausia (THM) sigue siendo, en 2025, la opción más eficaz para tratar de forma global los síntomas más comunes como los sofocos, los sudores nocturnos, el insomnio, la sequedad vaginal, la falta de libido o la prevención de la osteoporosis. Los expertos coinciden en que estos tratamientos se consideran seguros en la mayoría de los casos si se inicia antes de los 60 años o en los diez años posteriores a la menopausia, siempre y cuando se inicien con un estudio médico previo y un seguimiento periódico por parte de un profesional.
Una de las grandes ventajas de los tratamientos hormonales es su versatilidad. Se pueden usar de forma más global para tratar varios síntomas al mismo tiempo o de forma localizada (por ejemplo, con estrógenos vaginales) cuando se necesita “atacar” a una molestia concreta. Los tratamientos hormonales sustitutivos son especialmente recomendables en los casos de menopausia precoz.
Durante años, este tipo de tratamientos hormonales tuvieron muy mala fama, y la posibilidad de sufrir efectos secundarios severos sigue siendo un gran temor para muchas mujeres. Lo cierto es que los efectos secundarios de estas terapias hormonales son cada vez más leves y, pautados de forma correcta, no deberían provocar problemas más allá de dolores de cabeza o leves molestias gastrointestinales.
En cuanto al riesgo de cáncer de mama, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) señala que el uso prolongado de terapia hormonal combinada (estrógenos y progestágenos) puede aumentar ligeramente el riesgo, sobre todo si se mantiene más allá de cinco años. Sin embargo, ese riesgo se reduce notablemente cuando se usan tratamientos de duración limitada, con dosis bajas y bajo supervisión médica. Además, no todas las terapias hormonales implican el mismo nivel de riesgo: la pauta individualizada es clave. Por eso, la recomendación actual es valorar siempre el historial clínico, los antecedentes familiares y los factores personales antes de iniciar cualquier tratamiento.
A día de hoy, además de los clásicos tratamientos hormonales para la menopausia formulados con estrógenos y progestágenos combinados, contamos con otras opciones más innovadoras:
- Estetrol (E4): se trata de un nuevo tipo de estrógeno con mejor tolerancia en las mamas y el endometrio.
- Progesterona micronizada natural: produce menos efectos secundarios y más beneficios sobre el sueño.
- Parches y geles transdérmicos: recomendados, sobre todo, cuando existe algún tipo de riesgo cardiovascular.
- Terapias locales: En forma de anillos, óvulos o cremas. Específicos para mejorar los problemas de sequedad o molestias vaginales.
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Terapias no hormonales: alternativas útiles y cada vez más específicas
Algunas mujeres no se sienten cómodas utilizando un tratamiento hormonal en su proceso menopáusico por miedo a los efectos secundarios y otras muchas no pueden usarlos por recomendación médica. En esos casos existen otras opciones. Las terapias no hormonales para la menopausia han demostrado ser eficaces y seguras para mantener su estilo de vida y tratar los síntomas habituales asociados a la menopausia.
Uno de los avances más relevantes de los últimos años es el fezolinetant, un medicamento no hormonal aprobado recientemente en Europa. Actúa directamente sobre el centro termorregulador del cerebro, reduciendo sofocos y sudores nocturnos sin afectar al útero ni al tejido mamario. Se presenta como una opción revolucionaria para mujeres que no pueden someterse a un tratamiento con estrógenos por la razón que sea.
Otras alternativas que se emplean según el perfil de la paciente:
- Antidepresivos en dosis bajas (como la paroxetina o la venlafaxina): Muy eficaces para controlar los sofocos, el insomnio y los cambios de humor que afectan a algunas mujeres en la menopausia.
- Gabapentina o pregabalina: Enfocado al tratamiento de los despertares nocturnos o cuando otros tratamientos no funcionan.
- Tratamientos vaginales no hormonales (a base de ácido hialurónico o aloe vera): que mejoran notablemente los problemas de lubricación vaginal sin riesgos sistémicos.
Todas estas opciones deben ser valoradas con la ayuda de una ginecóloga o un especialista en menopausia. Aunque no contengan hormonas, no te automediques, por favor.


Suplementos, alimentos y hábitos que sí ayudan en la menopausia
Además de los tratamientos médicos, cada vez más mujeres recurren a soluciones naturales para aliviar los síntomas de la menopausia. No son milagros, pero sí herramientas útiles para reforzar el bienestar físico y emocional en esta etapa.
El desequilibrio hormonal que produce en nuestro organismo la llegada de la menopausia, provoca en algunas mujeres, síntomas incómodos o difíciles de mejorar. Pero poner el foco en nuestro autocuidado con antelación y especialmente desde la perimenopausia, puede mejorar muy notablemente nuestra calidad de vida en la menopausia.
Medidas que podemos tomar para mejorar los síntomas de la menopausia:
- Enriquecer la dieta: Incorporar fitoestrógenos a través de alimentos como soja, legumbres, lino o frutos secos puede ayudar a reducir los sofocos y equilibrar las hormonas de forma suave. La dieta mediterránea, rica en omega‑3, fibra y calcio, también protege la salud ósea y cardiovascular.
- Adoptar hábitos saludables. Hacer ejercicio con regularidad, abandonar el alcohol y el tabaco para siempre, dormir bien y practicar técnicas como yoga, meditación o respiración consciente mejora el ánimo, el sueño y la ansiedad.
- Tomar suplementos: Como el calcio para mantener la salud de los huesos, ácido fólico o vitaminas específicas. Los suplementos son esenciales para cubrir las carencias de nuestro organismo en esta etapa. En 2025 también ganan protagonismo los probióticos por su vínculo con el equilibrio hormonal y digestivo.
- Medicamentos a base de plantas: Según el Instituto de la menopausia, plantas como la centella asiática, el cohosh negro, el trébol rojo o la ashwagandha son muy útiles para aliviar ciertos síntomas, pero deben tomarse con supervisión médica.