El proceso de la fecundación in vitro: descubrimos en qué consiste y cómo afecta cada fase a tu cuerpo
Descubrimos en qué consiste la Fecundación in Vitro (FIV). Te contamos todo lo que necesitas saber sobre este método de reproducción asistida.
Querer tener hijos y no conseguirlo sin ayuda de la ciencia, es algo cada vez más habitual, de hecho, se estima que una de cada seis parejas tienen problemas para ser padres de forma natural actualmente. Además, aumenta exponencialmente la cantidad de mujeres que toman la decisión de tener hijos sin necesidad de la figura de un padre por muy diferentes razones. Por ese motivo, el mundo de la reproducción asistida ha evolucionado en los últimos años de una manera alucinante y está en continuo desarrollo.
De todas las técnicas de reproducción asistida a las que podemos recurrir para solucionar nuestros problemas de fertilidad, la más común es la Fecundación in vitro. Te contamos aquí en qué consiste esta técnica paso a paso, en qué casos está recomendada y dónde debes acudir para someterte a ella.
¿Qué es la Fecundación in Vitro?
La Fecundación in vitro o FIV es una técnica de reproducción asistida que reproduce en el laboratorio una concepción natural. Para ello, se extraen los óvulos de una mujer y los espermatozoides de un varón y se fecundan en el laboratorio con el objetivo de obtener embriones lo más sanos posible para que, una vez implantados en el útero materno,se multipliquen las posibilidades de que el embarazo prospere adecuadamente.
La primera fecundación in vitro se realizó en Manchester en 1978 y lo que entonces parecía ciencia ficción es, en 2022, una práctica más que habitual. A día de hoy, la Fecundación in vitro, en cualquiera de sus variantes, es la técnica más utilizada tanto en clínicas privadas como en la Seguridad Social porque su tasa de éxito es bastante alta.
¿Es la FIV el método de reproducción asistida que yo necesito?
Según explica nuestra ginecóloga, Lorena Serrano (hello.gyn en Instagram), la Fecundación in vitro o FIV es la técnica de reproducción asistida más adecuada para aquellas parejas que presentan esterilidad por el motivo que sea. “Además está especialmente indicada para mujeres que presentan problemas de funcionalidad en las trompas de falopio, bien porque no están o bien porque están obstruidas a causa de algu infección, endometriosis o hidrosalpinx”.
En general, se suele recurrir a la Fecundación in vitro cuando la inseminación artificial no ha logrado el éxito que se esperaba tras varios intentos o cuando se hace imprescindible analizar los embriones exhaustivamente por alguna enfermedad genética de los padres. Pero también es muy frecuente que se acuda directamente a la Fecundación in vitro en el caso de mujeres que quieren ser madres pero ya superan la edad fértil estándar (entre los 20 y los 30 años). Al aumentar la edad, disminuye la reserva ovárica de las mujeres y la concentración de ovocitos es menor y de peor calidad por lo que resulta más complicado que la concepción se produzca de forma natural pero el reloj biológico no siempre está sincronizado con la vida real.
El proceso FIV paso a paso
La fecundación in vitro es un proceso laborioso que puede resultarte algo tedioso. Lo mejor es que estés informada en todo momento de cada punto del proceso para no desesperar.
Hazte a la idea de que la fecundación in vitro propiamente dicha debe durar lo mismo que un ciclo menstrual, es decir unos 30 días, pero a eso deberás sumar algunos estudios previos y posteriores.
Estudio previo:
Si vais a someteros a un procedimiento de Fecundación in vitro, la primera parada pasa por un estudio previo pormenorizado de los dos. Depende de cada centro, pero lo imprescindible sería: Analíticas de sangre y cultivos para descartar ITS y después una ecografía y citología en el caso de la mujer y un seminograma en caso del varón.
Estimulación ovárica:
El siguiente paso es estimular tus ovarios para que produzcan el mayor número posible de ovocitos y optimizar las posibilidades de éxito. Este es un paso imprescindible y fundamental en el proceso de fecundación in vitro, y hacerlo con todas las garantías resulta clave para que la paciente no corra ningún riesgo. Si ya te has sometido a un proceso de congelación de óvulos, este paso podrás saltártelo.
La estimulación ovárica consiste en medicar tus ovarios con las hormonas que actúan de forma natural en una concepción (gonadotropinas). Normalmente con inyecciones totalmente indoloras, durante entre seis y diez días, empezando a contar dos o tres días después de empezar el ciclo. Además, el equipo médico puede considerar necesario añadirte alguna otra medicación de apoyo durante este proceso.
Para comprobar que la estimulación está funcionando correctamente, te irán monitorizando, con ecografías vaginales, para comprobar la maduración de los folículos ováricos (bolsitas que contienen los óvulos) y al mismo tiempo, te medirán periódicamente los niveles de hormonas en sangre.
Cada cuerpo evoluciona de una manera a esta estimulación y la medicación y la reserva ovárica de cada mujer son determinantes para determinar la cantidad final de folículos conseguidos al final del proceso. Una vez que los folículos hayan llegado a 16-18 mm. de tamaño y se considera que la estimulación ha sido un éxito, los especialistas te inducirán la ovulación, casi siempre mediante la administración de la hormona HCG.
La gonadotropina coriónica humana (GCH) es conocida como la hormona del embarazo porque resulta completamente necesaria para que se produzca la concepción y solo aparece en las analíticas cuando una mujer da positivo en su test de embarazo. Sin embargo, también se utiliza en tratamientos de reproducción asistida como fármaco para estimular la maduración de los ovocitos. Incluso en nuestro idioma, nombramos a esta hormona HCG por sus siglas en inglés.
Punción ovárica
Cuando tus folículos ováricos han alcanzado el punto de madurez necesario, es el momento de pasar a la punción folicular o punción ovárica, que consiste en extraer, mediante aspiración, y por vía vaginal, esos folículos para poder tratarlos en el laboratorio.
Es una intervención que se lleva a cabo en el quirófano, con anestesia y que apenas dura 30 minutos, después podrás irte a tu casa tranquilamente. Lo recomendable es que pases un día haciendo reposo después de la intervención para minimizar riesgos.
Recogida del semen
El siguiente paso consiste en obtener una muestra de esperma (normalmente mediante masturbación) tras un periodo de abstinencia por parte del hombre de al menos tres días. Después, en el laboratorio se hace una criba del esperma y se seleccionan los espermatozoides de mejor calidad y mejor movilidad que serán los elegidos para iniciar el proceso.
En el caso de que no cuentes con una pareja masculina para tener hijos o tu pareja no tenga espermatozoides de suficiente calidad, el centro de reproducción asistida trabajará en este punto con el semen de un donante, previamente congelado o no, pero el proceso será exactamente el mismo.
Fecundación in vitro
Después, llega el momento de la fecundación propiamente dicha, es decir el momento en que tus óvulos y sus espermatozoides se encuentran, aunque esta vez ese encuentro se realiza en el laboratorio de la mano de especialistas.
La fecundación in vitro puede realizarse de dos formas:
- FIV convencional: los espermatozoides y los óvulos se colocan en la placa de cultivo y se espera a que se encuentren solitos.
- Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides: Con esta técnica llamada ICSI se insertan los espermatozoides dentro de los óvulos directamente con una mini jeringa.
Pasadas unas 24 horas, el embriólogo comprobará que se haya producido correctamente la fecundación y se introducirán los cigotos para su cultivo en una incubadora hasta el momento de la transferencia embrionaria (6 días aprox.), vigilando la evolución de los cigotos en todo momento.
Es posible que en este punto del proceso, el equipo médico considere necesario someter a los embriones a un diagnóstico genético preimplantacional (DGP).
Preparación del endometrio
Para que tu endometrio esté preparado para recibir a los pequeños embriones, deberás someterte de nuevo a una medicación hormonal. Esta vez lo normal es que te administren estrógenos y progesterona durante unos días.
Transferencia embrionaria
Llegado el día D, en que todo está preparado, se procede a la transferencia embrionaria que no es otra cosa que el momento en el que los embriones se implantan en tu endometrio mediante una cánula. Este proceso es muy sencillo, no requiere anestesia ni nada y apenas dura unos minutos.
Obviamente antes de hacer la transferencia del laboratorio a la futura madre, el embriólogo se asegura de escoger los mejores embriones para aumentar las posibilidades de embarazo.
Betaespera y resultados
La trasferencia ha sido un éxito y ahora es el momento de esperar, quizás lo más complicado para alguien que está deseando ser madre. Durante unos 15 días, podrás hacer una vida normal sin demasiados esfuerzos y sin excesos de ningún tipo antes de acudir de nuevo al centro de reproducción asistida para realizarte la esperadísima prueba de embarazo, bien mediante extracción de sangre, bien por análisis de orina.
Si la prueba de embarazo concluye que existe la hormona beta-hGG, sabrás que estás embarazada y esta vez vuelves a la casilla de salida para comenzar, ahora sí, tu verdadera aventura.