Mutilación genital, feminicidios, violaciones, trata: las mil caras de la violencia contra mujeres y las niñas en el mundo

La conciencia, la educación y el apoyo a las víctimas son herramientas cruciales para acabar con una lacra que persiste en cada rincón del planeta

febrero 9, 2024 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

La violencia contra las mujeres en el mundo es una de las violaciones de los derechos humanos que se da con más frecuencia en todos los territorios. Tiene lugar a diario en todos los rincones del planeta, en muchos casos de manera totalmente institucionalizada y aceptada. Huelga mencionar las graves consecuencias tanto físicas como psicológicas que tiene sobre las víctimas y que es, sin duda, un fuerte obstáculo para conseguir la igualdad plena. 

Según datos de la ONU, en 2021 aproximadamente 45.000 mujeres y niñas murieron a manos de sus parejas o familiares en todo el mundo.

Afecta a una de cada tres mujeres en el mundo, lo que significa que unos 736 millones de mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida. A pesar de esta escalofriante cifra, tan solo un 5% de la ayuda gubernamental mundial se destina a esta causa, y se invierte menos del 0,2% en intentar prevenirla. Para conocer un poco mejor cómo es esta problemática más allá de nuestras fronteras, hemos hablado con Marga Sanmartín Camacho, responsable de Género de Ayuda en Acción.

violencia contra las mujeres
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La declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer (1993) la define como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada».

Una amenaza persistente

Comencemos con un poco de contexto. UN Women, la entidad de la ONU que trabaja a favor de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, habla de varios tipos de violencia contra las mujeres en el mundo (y también contra las niñas): 

  • La violencia de pareja

    Hace referencia al comportamiento de una pareja o expareja íntima que causa daño físico, sexual o psicológico. Se incluye aquí la agresión física, la coerción sexual, el abuso psicológico y las conductas controladoras.

  • Violencia sexual

    Es cualquier comportamiento sexual dañino o no deseado que se impone a alguien: violación, acoso, abuso, amenazas, exposición, tocamientos no deseados, etc.

  • Violencia sexual en conflictos

    Dedicamos un apartado especial para mencionar la violación de los derechos humanos de las mujeres en situaciones de conflicto armado, como la violación sistemática, la esclavitud sexual, el embarazo forzado, el infanticio femenino o el uso coercitivo de anticonceptivos, entre otros.

  • Feminicidio

    Es el asesinato intencional de una mujer o una niña por el hecho de serlo. Se da en esferas públicas y privadas, con un amplio abanico de contextos entre el asesino y su víctima. Incluimos aquí, por tanto, casos con antecedentes de violencia o acoso del tipo que sea, asesinatos en situación de trata de personas, esclavitud, etc. También tienen cabida en esta categoría los llamados “asesinatos de honor”, que son aquellos en los que un miembro de la familia, generalmente una mujer o una niña, es asesinada por haber traído «deshonra» o «vergüenza» a su familia.

  • Trata de personas

    Es un delito global donde los traficantes utilizan el abuso físico y sexual, la manipulación emocional, el secuestro de documentos oficiales o el chantaje para controlar a sus víctimas. La trata de personas tiene muchas formas. Si bien hombres, mujeres y niños de todas las edades y de todos los orígenes pueden convertirse en víctimas de este delito, las mujeres son el objetivo principal, principalmente cuando son menores. En 2022 se registraron alrededor de 25.000 víctimas más de trata de seres humanos en el mundo, según el portal alemán de estadística Statista. El principal fin es la explotación sexual y las mujeres y niñas representan el 70% de esta cifra.

  • Mutilación genital femenina

    Se refiere a todos los procedimientos que implican la extirpación parcial o total de los genitales por razones no médicas. No aporta beneficios para la salud y sí trae, sin embargo, riesgos inmediatos y a largo plazo para quienes la sufren que van desde hemorragias a infecciones o transmisión de VIH. Se sigue practicando como un rito de paso a la edad adulta que, en muchos casos, es requisito para poder casarse o heredar. Fue clasificado por primera vez como violencia en 1997 mediante una declaración conjunta emitida por la OMS, UNFPA y UNICEF. Según datos de esta última, se estima que unos 200 millones de mujeres y niñas en todo el mundo han sufrido algún tipo de mutilación genital femenina, muchas de ellas antes de los 15 años.

  • Matrimonio infantil, precoz y forzado

    Es una violación de los derechos de los niños y las niñas (con más frecuencia estas últimas) con graves efectos nocivos, entre los que se incluyen embarazos precoces, mayor riesgo de mortalidad y abandono de la escuela. Según el último informe de UNICEF al respecto, 640 millones de niñas y mujeres vivas en la actualidad se casaron en la infancia. Es decir, unos 12 millones de niñas lo hacen cada año. Aunque a nivel global se se observa una tendencia a la baja, algunas regiones van en dirección opuesta: se prevé que África Subsahariana, América Latina y el Caribe registren los niveles más altos de matrimonios infantiles en 2023.

  • Violencia en línea

    Es aquella que se da en espacios digitales, como el ciberacoso, el sexting no consentido o el doxing (divulgación pública de información privada o identificativa de la víctima).

violencia contra las mujeres

La violencia sexual y de pareja es el resultado de factores que ocurren a nivel individual, familiar, comunitario y de la sociedad en general, que interactúan entre sí para aumentar o reducir el riesgo.

Un problema global que requiere acción urgente

La posibilidad de que las mujeres y niñas vivan en situación de pobreza y vulnerabilidad es desproporcionadamente alta en relación con los hombres. Esto se explica por el acceso desigual al trabajo remunerado, a la educación y a la propiedad. A esta base se suman nuevas amenazas, como el cambio climático y la degradación ambiental, que aumentan el riesgo de violencia contra las mujeres en el mundo y las niñas: desplazamientos, escasez de recursos, seguridad alimentaria precaria… 

En este sentido, las organizaciones sin ánimo de lucro están desempeñando una labor muy importante. Es el caso de Ayuda en Acción que, según nos explica Sanmartín Camacho, incorpora el enfoque de género basado en derechos humanos en todas sus acciones. Este punto es esencial porque nos habla de que las mujeres deberían ser participantes y agentes de cambio, porque solo a través de valores como la dignidad o la justicia las personas pueden ser, de verdad, titulares de estos derechos.

Cuando hablamos de derechos de las mujeres muchas veces hablamos solo de violencia, cuando en realidad la vulneración de los derechos de las mujeres implica una gama muy amplia: desde la violencia de pareja, contra mujeres y niñas, sexual, acoso, explotación, matrimonio infantil, prácticas tradicionales, normas de género, masculinidades tóxicas hasta la explotación económica y la exclusión

Marga Sanmartín Camacho
violencia machista en el mundo

Acciones en el terreno: estrategias efectivas

Le pedimos que nos ponga algunos ejemplos de las acciones que se llevan a cabo en el terreno. Un punto de partida es poner el foco en la violencia obstétrica o en la ausencia de servicios de atención integral para las mujeres, como hacen en Honduras con el Proyecto Laboratorio Móvil. Son unidades que buscan detectar ITS y promover una buena salud sexual y reproductiva en zonas rurales. Este cribado sirve también para que casos de violencia de género sean catalogados como tal. 

En la región de Cabo Delgado, al norte de Mozambique (país donde se encuentra nuestra entrevistada), arrastran un conflicto armado desde 2017 que ha supuesto hasta dos millones de desplazamientos que la ONG aborda con enfoque de género, ya que, como explica Sanmartín Camacho, cuando una población está siendo atacada y tiene que movilizar su hogar es habitual que revierta en abusos.

De hecho, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), más del 70 % de mujeres que viven en situaciones de crisis humanitaria experimentan violencia de género de algún tipo. El 50% de las personas refugiadas, desplazadas y apátridas en el mundo son mujeres y niñas (ACCEM, 2022).

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Trabajar la salud sexual y reproductiva es parte de la prevención de la violencia si tenemos en cuenta que los derechos, empezando por los de nuestro propio cuerpo, están muy ligados con la educación. Cuando no tenemos acceso a ella, la vulnerabilidad se sigue perpetuando como algo socialmente aceptado.

Marga Sanmartín Camacho
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La vulnerabilidad en cifras: 10 datos que no sabías

La mejora en la recogida de datos de la violencia contra mujeres en el mundo está ayudando a tener una visión más clara de la magnitud del problema a nivel mundial. Sin embargo, esta recopilación no siempre es sencilla. Tal y como nos explica la experta en Género de Ayuda en Acción, en los países en vías de desarrollo en los que trabaja la organización no existen sistemas digitalizados para poder una compilación de datos. 

Anualmente y con motivo del 8M, Ayuda en Acción acude a todas las fuentes de recogida de datos para hacer un completo informe que nos dé pistas cuantitativas sobre cómo están evolucionando las cifras en relación a los ODS. Aquí van algunas de las conclusiones del último:

  1. Pobreza y pobreza extrema: 1.100 millones de niños y niñas en todo el mundo son pobres, el 70% son niñas (UN Women 2022).

  2. Las mujeres solo poseen el 1% de las propiedades en el mundo. (Amnistía Internacional 2020).

  3. Las mujeres y las niñas representan el 48% de toda la población refugiada a nivel mundial (ACNUR 2020). No hace falta irse muy lejos para tener un ejemplo: a tan solo 20 kilómetros de Madrid capital, 4.000 vecinos y vecinas siguen siendo afectados por los cortes de luz en la Cañada Real. Más de 1.800 son niños (Amnistía Internacional, 2021).

  4. Más del 70 % de mujeres que viven en situaciones de crisis humanitaria experimentan violencia de género de algún tipo (OCHA, 2016).

  5. Se considera que faltan 140 millones de mujeres en el mundo como consecuencia de la selección prenatal, el infanticidio y el feminicidio (UNFPA, 2020).

  6. 103 millones de jóvenes en el mundo no han sido alfabetizados. Más del 60% son mujeres (PNUD, 2020).

  7. Encontrar trabajo es mucho más difícil para las mujeres que para los hombres en todo el mundo. Además, las mujeres suelen ocupar puestos de menor categoría y mayor precariedad.

  8. El 71% de las víctimas de esclavitud moderna en el mundo son mujeres y niñas (Walk Free, 2020).

  9. Las mujeres y las niñas tienen 14 veces más probabilidades de morir en desastres naturales que los hombres debido a las diferencias de género y a las desigualdades previas (ONU Habitat, 2019).

  10. 2.500 millones de mujeres en el mundo están privadas de diversas formas de protección legal (UNODOC, 2020).

Estas cifras son tan desoladoras que no podemos evitar preguntarnos por una previsión de futuro. “El camino continúa -asegura Sanmartín Camacho-, y va a continuar absolutamente enfocado a la educación, la sensibilización y la concienciación. Las generaciones futuras tienen que ser protagonistas del cambio, pero lleva tiempo y no podemos dejar de pensarlo como algo global”.

No disponemos de vacunas para ponerle freno [a la violencia contra las mujeres]; solo podemos hacerle frente si los gobiernos, las comunidades y las personas adoptan medidas y las integran plenamente con el fin de cambiar actitudes perjudiciales, mejorar el acceso a las oportunidades y los servicios para las mujeres y las niñas y fomentar las relaciones saludables y de respeto mutuo.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director general de la Organización Mundial de la Salud desde 2017

Fuentes:

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