Estuve meses practicando ayuno intermitente: estas son sus ventajas… y las razones por las que lo dejé
El ayuno intermitente bien hecho es una práctica segura que puede ser beneficiosa para reducir la inflamación y mejorar algunas afecciones. Esta fue mi experiencia personal.
Tengo que reconocer que durante muchos meses me he convertido en el centro de atención de muchas reuniones con amigos, familiares, compañeros de trabajo o gente random con la que he coincidido en algún lugar. En el momento en que salía el tema del ayuno intermitente y reconocía abiertamente (e incluso con cierto orgullo) que yo llevaba ya un tiempo haciéndolo, me convertía en una especie de heroína de la que todos querían saber más. ¿Cómo lo haces? ¿Y no te da hambre? ¿Cuántos kilos has perdido?
Sí, yo fui fiel defensora del ayuno intermitente. No llegué a recomendarlo como tal, porque siempre tengo muy presente que no todos somos iguales y no pretendía dar tips de nutrición, solo contaba mi experiencia, que estaba siendo maravillosa.
Pero en algún punto de este proceso, la situación cambió. Y ahora, justo un año después de empezar con él, tengo algunas razones para no seguir con el ayuno intermitente.
¿Es bueno el ayuno intermitente? Ni ángel ni demonio
Si buscamos opiniones del ayuno intermitente, encontraremos dos bandos claramente identificables. Aquellos que te dicen que ayunar es bueno, lo mejor que te puede pasar, la solución a todos tus problemas. Y otros que lo demonizan sin ni siquiera haberse parado a estudiar sobre él.
Después de mi propia experiencia y de leer mucha bibliografía sobre el tema y escuchar muchos podcasts, te puedo decir que ni ángel ni demonio. Hay muchos mitos de alimentación y este tema no escapa a ellos.
¿Para qué sirve el ayuno?
Su principal ventaja es que te puede ayudar a perder peso. Y es el motivo por el que yo comencé a hacerlo. Yo era bastante delgada, pero pasé algunos años comiendo casi de precocinado en precocinado y tiro porque me toca, haciendo cero ejercicio (¡y teletrabajando!, por lo que la actividad física algunos días consistía en ir de la cama a la silla con parada en la nevera) y con algún que otro dramita personal (poco se habla de lo que puede alterar esto el peso). Todo mal.
Después de esto, un día me dio por pesarme y ahí estaban… había ganado veinte kilos. ¡20! Fue entonces cuando quise buscar la solución más rápida. Que el tiempo es oro y hay que hacerlo productivo.
Beneficios del ayuno de 12 horas / 24 horas o de la autofagia
Así que con este claro propósito en mente y una gran fuerza de voluntad, comencé a investigar el tema de los beneficios del ayuno de 12 horas y, oye, todo lo que leía era maravilloso. Ayunar 24 horas, o 12, o las que puedas, está de moda.
No voy a entrar en temas muy concretos, porque como te decía hay mucha bibliografía sobre el tema, y lo que quiero con este artículo es contarte cómo lo viví yo. Cuáles fueron los beneficios que yo obtuve. Aportar algo diferente y personal a toda esta maraña de información en la que parece que no hay una conclusión clara.
En mi caso, hacía unas 19 horas de ayuno intermitente. Comía de 9 de la mañana a 2 de la tarde y el resto del tiempo solamente me permitía tomar café solo o agua. Y estos son los beneficios que obtuve:
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Pérdida de peso
En unos meses ya había perdido unos diez kilos. Además, la grasa también estaba bajando. Y como lo combiné con ejercicio unas tres veces por semana, no estaba perdiendo músculo. No pretendía volver a estar en el peso inicial (ya no me gustaba estar tan delgada), pero sí quería sentirme bien conmigo misma. Y esto lo conseguí, así que mi autoestima también mejoró.
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Más energía
Curiosamente, también me despertaba por las mañanas con más energía y mi vitalidad duraba todo el día. Tenía cuerda para todo.
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Aprender a diferenciar el hambre real del hambre emocional
Este me parece uno de los mejores beneficios del ayuno intermitente. Muchas veces comemos por aburrimiento, por estrés… creemos que tenemos hambre, pero no es así. Practicar el ayuno intermitente y pasar un poco de ganas de comer los primeros días me ayudó a identificar claramente estas sensaciones.
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Mejor descanso
También dormía mejor y notaba que mi sueño era de mayor calidad (quizá por eso también me sentía más enérgica el resto del día).
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Mejor salud estomacal
Y, por último, en estos seis o siete meses que duró mi ayuno intermitente, no tuve ningún tipo de dolencia estomacal. No me sentía pesada como me podía pasar antes después de ciertas comidas.
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Menos inflamación
Otro de los beneficios que noté es que estaba menos inflamada, menos hinchada.
Desventajas del ayuno intermitente 16 / 8
Aunque yo hice un ayuno 19 / 5, lo más habitual suele ser el ayuno intermitente 16 / 8 (es decir, 16 horas sin comer y 8 horas comiendo con normalidad). En cualquier caso, los beneficios y las desventajas son similares.
En mi caso, las desventajas del ayuno intermitente fueron las siguientes:
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Peso estancado después de un tiempo
La pérdida de peso fue más acusada en los primeros meses, pero a partir de ahí ya comencé a perder muy lento.
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No tener en cuenta qué se come, pero sí el cuándo
Vale que los timings son importantes, pero en el tema de alimentación un error es creer que por estar haciendo ayuno intermitente da igual lo que comas en las horas permitidas. Somos lo que comemos. Y al igual que hay alimentos recomendados en la menopausia o cuando tenemos la regla, es importante saber comer bien, algo que el ayuno intermitente no enseña.
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Sentimiento de culpabilidad
Como “recompensa” (y porque no me gusta quedarme un finde en casa), me daba libres los viernes y sábados por la noche. Y hasta ahí bien. Era el pacto que había hecho conmigo misma. Sin embargo, si por cualquier motivo tenía que cenar, por ejemplo, un martes cualquiera, al llegar a casa me sentía muy culpable. Una visita de un amigo o una cena de trabajo me hacían irme a la cama pensando que había “fracasado”.
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Dificultades para conciliar la vida social y profesional
Relacionado con lo anterior, esto me empezó a presentar algunos problemas sociales o incluso profesionales, al haber ciertas citas a las que no podía acudir si quería seguir con mi ayuno… O si acudía, a veces simplemente me quedaba mirando cómo comían los demás.
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Cierta obsesión con la comida
Después de las dos o tres primeras semanas, ya dejé de tener hambre por las noches y lo cierto es que llevaba el ayuno bastante bien. Sin embargo, sí que empecé a desarrollar cierta obsesión y deseo de que llegara el viernes “para poder cenar”. Un pensamiento que ahora me parece bastante tóxico.
Sentir culpabilidad a la hora de cenar me hizo encender las alarmas. ¿Estaba a punto de caer en un TCA?
Warning, TCA a la vista
Si te fijas, muchas de las desventajas del ayuno intermitente con las que me encontré yo tienen base psicológica. Culpabilidad, inconvenientes sociales, pensamientos obsesivos… Un día, yo misma encendí los warnings y me dije: «Cuidado, esto empieza a oler a TCA”. Y sé que tengo mucha suerte de que esto me haya pillado con las ideas bien claras, porque quizá en otro momento de mi vida podría haber desembocado en un problema grave.
Mi experiencia con el ayuno intermitente fue buena (hasta cierto punto), pero ahora busco aprender a comer mejor
En resumen, a mí, durante unos meses, sí me fue bien con el ayuno intermitente. Pero tiene sus luces y sus sombras, como todo.
Con esto, quiero decirte que no hay ninguna fórmula mágica, que cada una tenemos nuestras necesidades, incluso, que en cada momento la misma persona puede necesitar algo diferente.
La mejor conclusión que saco de todo esto es que lo más importante es tener una relación sana con la comida. Yo estoy aprendiendo a comer bien, estoy siendo más constante con el ejercicio, respeto mis descansos, no consumo alcohol y trato de estresarme menos.
Al final, cuando logras el verdadero equilibrio, todo encaja. No he tenido efecto rebote al volver a hacer mi ciclo normal de comidas diarias. Mi verdadero objetivo ahora es aprender a comer bien y tener una buena forma física.