Moco cervical: qué es y cómo monitorizarlo para saber cuándo quedarte embarazada
Te contamos qué es el fluido o moco cervical y cómo monitorizarlo para saber cuándo quedar embarazada.
Controlar tu moco cervical es fácil si sabes cómo. Es muy probable que hasta este momento no hayas reparado en que tu cuerpo genera en cada ciclo esta sustancia cambiante llamada moco cervical dentro del flujo vaginal, pero es más importante de lo que piensas especialmente en el caso de que estés buscando quedarte embarazada. Tu cuerpo te manda señales y Bloom te da las herramientas para que sepas interpretarlas.
Zoom al moco cervical: lo que debes saber
¿Qué es el moco cervical?
Desde antes incluso de que empiece a menstruar, el cuerpo de una mujer genera fluido o secreción vaginal constantemente, pero su cantidad, densidad, color, textura y composición va cambiando en función del momento del ciclo menstrual en el que se encuentra. El flujo vaginal es vital porque sirve para lubricar y proteger a todo el aparato reproductor femenino de posibles infecciones provocadas por virus o bacterias externas y además procura en la vagina un pH entre 3,5 y 4,5, donde se encuentra su equilibrio.
¿Qué diferencia hay entre el flujo y el moco cervical?
Hay un momento del ciclo menstrual en el que el flujo vaginal contiene moco cervical, una sustancia mucosa liberada por el cuello uterino que contiene cantidad de estrógenos y sirve para facilitar la llegada de los espermatozoides hasta el óvulo en el momento de la concepción.
El moco cervical es una señal natural de que tu cuerpo funciona y está ovulando perfectamente y monitorizarlo puede darte las claves para determinar que te encuentras en el momento más fértil de tu ciclo.
Fases del moco cervical
Como siempre te contamos, cada mujer es un mundo y su cuerpo se comporta de forma diferente, pero, si observas concienzudamente tu flujo vaginal durante varios meses, podrás dibujar casi con seguridad el mapa completo de tu ciclo. Las etapas estándar por las que pasa el flujo vaginal a lo largo del ciclo son:
- Menstruación: en este momento apenas hay flujo vaginal y además se confunde con la regla.
- Posperiodo o fase fulicular: justo después de tener la regla tu cuerpo apenas produce estrógenos, la cantidad de flujo aumenta muy poco a poco. Es un momento de baja fertilidad.
- Preovulación: comienzan a subir los niveles de estrógenos, el flujo se vuelve más blanquecino y suele dejar manchas amarillentas en la ropa interior. Su textura es más bien espesa. Según se acerca la ovulación, el flujo contiene más agua y se nota mucho más líquido.
- Ovulación y postovulación: es en este momento cuando el flujo vaginal contiene los niveles más altos de moco cervical. Lo identificarás porque es mucho más elástico y transparente que el flujo normal y su consistencia es como la de una clara de huevo. Si lo coges con dos dedos y luego los separas, podrás estirar más de 2 cm sin que se rompa. Es el momento álgido de la fertilidad, el punto de inflexión.
- Fase lútea o premenstrual: aquí se libera la progesterona que termina con el moco cervical y el flujo se va haciendo más espeso y va desapareciendo poco a poco hasta que llega la regla.
¿Cómo se usa el método del moco cervical para quedarse embarazada?
Como ya hemos explicado, la observación minuciosa del moco cervical permite detectar el momento óptimo de fertilidad, por eso es un método muy utilizado en las mujeres que buscan un embarazo.
El método de ovulación de Billings consiste básicamente en analizar la mucosidad de todo el ciclo durante varios meses para establecer un patrón y planificar las relaciones sexuales en función de los de los días más fértiles.
La “ventana fértil” empieza cuatro o cinco días antes del día de la ovulación y termina dos días después y esto es así porque un óvulo solo sobrevive dos días después de la ovulación, pero los espermatozoides pueden vivir hasta cinco días en el moco cervical, si está en su punto. Si un espermatozoide ha logrado llegar hasta ahí antes de que empiece la ovulación, tiene más oportunidades de subir por el cuello uterino y alcanzar el éxito fecundando al óvulo.
Para aumentar la efectividad de este método, habitualmente se combina con otras técnicas naturales como medir la temperatura basal. En este punto, queremos recordarte que el método puede ayudar, pero no es infalible. De hecho es muy habitual tardar meses e incluso años en lograr concebir, las prisas no ayudan y los nervios tampoco, así que procura tomártelo con calma.
Pero atención, bloomer. Sin embargo, observar el moco cervical como método anticonceptivo no es una buena idea. Puedes detectar en qué momento de tu ciclo eres menos fértil, pero eso no significa que tu cuerpo se cierre en banda a la entrada de espermatozoides. Si tienes dudas, consulta otros métodos anticonceptivos más válidos.
Flujo vaginal, un mundo de color
El flujo vaginal no solo cambia de textura con mucha facilidad, sino que también cambia de color de forma alucinante. Cuando los cambios son muy acusados, y van acompañados de olor fuerte, picor o ardor, textura demasiado espesa o dolor pélvico puede ser que el cuerpo nos esté mandando señales de que algo no va bien. En ese momento una visita al gine es lo más inteligente.
Entraría dentro de lo normal que tu flujo adquiriera tonalidades verdes o amarillas e incluso apareciera demasiado blanquecino o casi gris, estos cambios pueden estar relacionados con la alimentación o con la medicación que estés tomando en ese momento. Aunque también podrían ser síntomas de alguna infección o enfermedad.
También es bastante habitual notar puntualmente tonos rosas, rojos o marrones en el flujo fuera del periodo de menstruación, sobre todo después de mantener relaciones sexuales. Evidentemente responden a un breve sangrado así que, en el caso de que se prolonguen estos cambios demasiados días o vayan acompañados de otros síntomas, consulta con tu médico.
Para evitar complicaciones, procura mantener siempre una buena higiene de tu vagina y hazte revisiones periódicas.