Embarazo ectópico: qué es y cuándo preocuparse
Un embarazo ectópico tiene lugar cuando un óvulo fecundado crece fuera del útero. Los síntomas para detectarlo son desde el sangrado vaginal hasta el dolor muscular
Escrito por Isabel Sauras
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, cultura y estilo de vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
El cuerpo humano es una máquina casi perfecta pero, a veces, también comete fallos. Los embarazos ectópicos son mucho más frecuentes de lo que imaginas, pueden ser de varios tipos y normalmente no llegan a buen término. Te ayudamos a identificar sus síntomas porque es importante detectarlos a tiempo para evitar males mayores.
¿Qué es un embarazo ectópico?
Ya sabemos que, en un embarazo normal, el espermatozoide fecunda al óvulo en una de las trompas de Falopio y que, una vez fecundado, ese óvulo se desplaza hasta el útero para, desde ahí, crear una vida. Pero, en un embarazo ectópico, lo que ocurre es que ese óvulo se implanta donde no debe y el embrión no puede crecer y desarrollarse de forma normal.
En la mayoría de los embarazos ectópicos o extrauterinos, el embrión se implanta en las trompas de Falopio (embarazo ectópico tubárico o ampular), pero también puede ocurrir que se implante en otras zonas menos frecuentes, como el ovario, al final de las trompas o en el cuello uterino, por ejemplo.
Es cierto que algunos (poquísimos) embarazos ectópicos consiguen salir adelante, pero lo normal es que se compliquen y no lleguen más allá del primer trimestre. Por otro lado, es clave detectar pronto el embarazo ectópico y tratarlo convenientemente porque, de lo contrario, podría tener consecuencias graves para la salud de la mujer gestante. Cero bromas con este supuesto.
«¿Por qué a mí?«, te preguntarás si has pasado por esto. La edad avanzada es un claro factor de riesgo para sufrir un embarazo ectópico, pero también hay claves que pueden influir, como la reproducción asistida, haber sufrido alguna enfermedad infecciosa, ser fumadora, padecer endometriosis o que te hayas sometido a una ligadura u otra intervención quirúrgica en las trompas. Por otro lado, si ya has pasado por una gestación así, esto aumenta ligeramente la probabilidad de que vuelva a ocurrir en el futuro.
¿Cuáles son los síntomas que indican un embarazo ectópico?
Lo habitual, si tienes un embarazo ectópico, es que no sientas nada anormal al principio, es decir, que notes los síntomas propios de un embarazo normal durante las primeras semanas. Pero, en algún momento, la cosa empieza a complicarse: de hecho, un embarazo extrauterino suele ser bastante molesto.
Debes estar alerta si notas alguno de estos síntomas:
- Sangrado vaginal
- Tensión mamaria exagerada
- Demasiadas náuseas o vómitos
- Dolor fuerte en el abdomen
- Dolor muscular, especialmente en el hombro
- Agotamiento o debilidad fuera de lo común
Sin embargo, puede ocurrir, en este tipo de gestaciones, que se produzca una rotura de la trompa por la tensión acumulada en la zona. Es entonces cuando hablamos de embarazo ectópico roto y es urgente acudir a un especialista. ¿Cómo detectarlo? Sabrás seguro que algo no va bien, porque los síntomas en este caso suelen ser fuertes, especialmente el dolor en la pelvis, el sangrado vaginal y la bajada fuerte de tensión.
Diagnóstico y tratamiento normal para un embarazo ectópico
Si no has desarrollado síntomas que alarmen de un posible embarazo ectópico, lo más probable es que tu médico lo detecte en alguna de las primeras ecografías rutinarias o en las analíticas de sangre.
En el caso de un embarazo ectópico, es muy probable que sufras un aborto espontáneo. En cualquier caso, una vez diagnosticada la gestación extrauterina, tu gine decidirá cómo proceder según tu caso. Hay ocasiones en que se actúa con mediación y otras en las que es necesario someterse a una intervención quirúrgica sencilla.
Antes de preocuparte en exceso por la posibilidad de un embarazo de este tipo, vigila tu cuerpo, escucha sus señales y acude a todos los controles médicos necesarios. ¿Y si ya has pasado por uno? Intensifica esa vigilancia, apóyate en tu entorno y en tu equipo médico, que sabrá aconsejarte lo mejor para tu caso.
¿Te ha gustado este post?
¡Queremos saberlo!
Y también en:
