El “punto para el marido” tras el parto: ¿mito o realidad? Analizamos esta práctica no tan vintage
El punto para el marido es una práctica en la que, tras el parto, se da un punto de sutura más de lo necesario, sin consentimiento de la mujer. Más en Bloom.
Sin querer entrar en el debate sobre la necesidad o no de practicar episiotomías en los partos, analizamos la increíble práctica del «punto para el marido» o husband stich (sí, has leído bien), que supone una evidente ofensa directa a la integridad de las mujeres por sus connotaciones machistas y que además tiene consecuencias físicas y psicológicas para la madre.
¿Sabes lo que es el punto para el marido?
El husband stich o el llamado punto para el marido es, como su propio nombre indica, un punto de sutura de más en una episiotomía posterior al parto, con el único objetivo de reducir el tamaño de la vagina de la mujer para que pueda proporcionar así más placer al pene de su pareja. Una práctica que está fuera de los límites de la ética porque, tradicionalmente, se hace por iniciativa del equipo médico y sin consentimiento de la mujer que ha sido madre.
En un parto natural, es muy frecuente que el médico vea necesario practicar una episiotomía a la madre, es decir, una incisión entre la vagina y el ano para facilitar la salida del bebé; después del parto, es necesario coser la zona para que cicatrice correctamente. También se da la circunstancia en muchos partos naturales de que, sin necesidad de que se use el bisturí, se produzca un desgarro por la salida natural del bebé y también sea obligatorio que se cosan unos puntos en la zona.
La cuestión, en lo que a la cantidad de puntos de sutura se refiere, es que no hay justificación alguna para coser ese punto extra en la vagina y hay una línea anatómica muy clara entre un punto necesario y el que no lo es. Es difícil que una mujer pueda detectarlo, pero, pera una o un profesional sanitario, es un hecho evidente porque, en el caso de que fuera necesario ampliar la episiotomía, esta se alargaría hacia el ano, nunca hacia la vagina.
¿De verdad se hace hoy el punto para el marido?
El punto para el marido es algo que se hacía en los paritorios hace décadas con frecuencia, pero que hoy, por fortuna, está bastante en desuso. Eso quiere decir que algunos profesionales siguen practicándolo, sin consentimiento de las propietarias de esas vaginas en muchos países y que, aunque parezca mentira y sea poco probable, no es una leyenda urbana. Lo peor de todo es que puede que tú misma hayas sido víctima de esta práctica y ni siquiera seas consciente de ello.
6 cosas qué debes saber sobre ‘husband stich’
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El único objetivo del punto para el marido, es hacer la vagina más estrecha para proporcionar más placer a la pareja masculina en las futuras penetraciones. Es decir, implica colocar a las mujeres en un segundo plano y en un mero instrumento para el disfrute sexual de los hombres.
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El punto para el marido se practica por profesionales en los que una confía plenamente en un momento de máxima vulnerabilidad, por lo que es muy complicado estar alerta. Una advertencia a la matrona y al equipo médico en el plan de parto y cuando se acerque el momento de dar a luz podrían cambiar la situación.
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Cuando hablamos del punto para el marido como algo degradante para la mujer, nos referimos a que se trata de una práctica decidida por la o el gine, sin consentimiento de la protagonista. Si lo decidieras tú libremente, estaríamos hablando de una cirugía consentida y el caso sería completamente diferente.
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Legalmente es un tema complicado de manejar porque quienes practican esta técnica no lo escriben en los informes y es difícil de demostrar.
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Las consecuencias físicas de esta práctica: dolor físico en el coito, incontinencia del pis e incluso de la caca, aumento de las posibilidades de padecer infecciones de orina recurrentes y problemas que podrían llegar a ser graves en el suelo pélvico.
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El husband stich también puede provocar consecuencias emocionales que van desde problemas de pareja hasta ansiedad y baja autoestima en las mujeres que han sido víctimas de esta práctica sin su consentimiento.