Lo que los recientes hallazgos sobre la sífilis nos dicen de las ITS: ¿nueva epidemia?
Un reciente estudio internacional zanja como nunca antes algunas dudas y formula otras
España es uno de los países de la Unión Europea con la tasa más alta de sífilis (11.1 por cada 100.000 habitantes), una Infección de Transmisión Sexual monitoreada en el informe periódico del Ministerio de Sanidad. Se trata de la segunda ITS registrada con más casos notificados, que en 2022 ha llegado a aumentar un 27,2%, con 8.141 casos, sobre todo entre hombres jóvenes (89% de los diagnósticos con información de transmisión).
El estigma social alrededor de la sífilis está marcado por una herencia histórica dramática. En la Europa del siglo XV, la infección ocasionó un shock más que equiparable al vivido con el VIH en los 90, llegando a matar hasta 5 millones de personas en Europa.
Durante siglos numerosas posiciones científicas habían vinculado el origen de la sífilis a la llegada de Colón a América. Sin embargo, esta hipótesis parece haber sido refutada por unos importantes y recientes hallazgos sobre la infección.
El estudio publicado en la revista Nature, llevado a cabo por las Universidades de São Paulo, Zúrich, Basilea, Viena y la Universidad Autónoma de Barcelona, ha demostrado que la infección ya existía en América miles de años antes del contacto con los europeos. Un dato que nos da información valiosa sobre la transmisión y evolución de las bacterias que causan esta ITS, así como la proyección de posibles epidemias de la misma en el futuro.
Valiosos descubrimientos en el origen de la sífilis
La investigación internacional citada nace de la iniciativa de corroborar la existencia de enfermedades treponémicas (originadas por la bacteria Treponema Pallidum, la misma que causa la sífilis) en el litoral de Brasil durante épocas prehistóricas a través de métodos genómicos, es decir, los utilizados para analizar su información genética.
Una idea que, según cuenta a Bloom el investigador de la Universidad de Barcelona y coautor del estudio Luis Pezo-Lanfranco, se basa en la tesis doctoral presentada en 2012 por el médico y paleontólogo brasileño José Filippini del LAB-IBUSP, respecto al análisis morfológico de 800 esqueletos. Estas muestras óseas fueron posteriormente remitidas a la Universidad de Zurich en 2019 para la realización de pruebas genéticas y, dos años después, el equipo de la investigadora Verena Shuenemann confirmó la presencia de ADN de treponemas, ratificando por primera vez que este tipo de infección ya existía en Brasil antes de la llegada de los colonos al Nuevo Mundo.
“Debido al impacto que tuvo la sífilis en Europa, las treponematosis figuran entre las más importantes en la historia de la medicina. Las hipótesis sobre el origen de la sífilis tienen un sesgo eurocentrista y giran en torno al regreso de Colón a Europa a finales del siglo XV y la epidemia. Pero obviamente Europa fue apenas una parte del problema. El aspecto más importante, más allá del interés histórico que el origen de una enfermedad socialmente traumática como la sífilis tuvo hasta el adviento de la penicilina en la década de 1940, es entender el profundo impacto que cualquier alteración de las condiciones sociodemográficas previas puede producir sobre las poblaciones humanas de cualquier región del mundo, no solo desde el punto de vista económico o político sino también biológico”, indica.
Precisamente, el impacto de varias epidemias en diferentes contextos históricos ha evidenciado la fragilidad del ser humano en cuanto a la expansión de diversos tipos de bacterias y virus.
Solo durante la fase inicial de la colonización europea, infecciones como la viruela, la peste bubónica, el cólera, el sarampión, la gripe común, la malaria o las propias ITS están detrás de la muerte de hasta el 95% de nativo americanos a partir de los siglos XV-XVI. Teniendo en cuenta esto, Pezo-Lanfranco señala aquí la importancia de entender el origen y evolución de estas infecciones.
“Más allá de lo interesante que la reconstrucción del origen de una epidemia pudiera parecer, esclarecer el origen de enfermedades nos ayuda a entender el impacto de los sistemas económicos y eventos históricos tuvieron y tienen sobre las condiciones ecológicas y la biología de nuestra especie a lo largo de nuestra estadía en el planeta. Son lecciones históricas que hoy, más que nunca, deberían llamarnos a la reflexión sobre lo frágil y sensible que es el equilibrio entre los seres humanos y los microbios”, señala Pezo-Lanfranco.
Lo que el origen de la sífilis nos dice sobre el estudio de las ITS
El hecho de que las enfermedades treponémicas (además de la sífilis, también se señalan el bejel o el yawns) puedan encontrarse más allá de las regiones cálidas y secas europeas evidencia una gran capacidad de las bacterias para adaptarse a condiciones sociodemográficas diversas y, según el investigador, no deberían llamar la atención que las epidemias de sífilis hayan sido más comunes en épocas y regiones con mayor densidad poblacional, especialmente en los últimos 600 años.
De esta forma, se certifica que el estudio corrobora que la sífilis, como ITS, está asociada a algunos factores comunes como el hacinamiento y el crecimiento poblacional.
Una de las preguntas que desde Bloom nos hacíamos ante estos datos, teniendo en cuenta la importancia de la capacidad de adaptación y transmisión de estas bacterias, es si la evolución de los treponemas podría causar una nueva expansión de casos. Y la respuesta es afirmativa: sí, la evolución de este tipo de bacteria podría causar nuevas epidemias, en línea con la explosiva expansión de ITS que hemos identificado en la última década: un 1.073% más entre 2012 y 2019.
Sin embargo y en cuanto a la evaluación de los riesgos que esto pueda representar para la sociedad, cabe tener varios aspectos en cuenta. Por un lado, el hecho de que las altas prevalencias de treponematosis que persisten son en regiones empobrecidas con falta de acceso a diagnóstico y tratamiento, según señala el académico.
“Aunque la prevalencia haya disminuido proporcionalmente en los últimos veinte años, el crecimiento demográfico no se ha detenido. En términos absolutos la sífilis y las otras treponematosis no han dejado de ser una amenaza para los sistemas de salud pública a nivel mundial por tratarse de enfermedades que han sido ‘negligenciadas’ en las últimas décadas, muy contagiosas y que continúan sin ser erradicadas”, señala.
En este sentido, otro de los aspectos preocupantes es la amenaza que representa la resistencia a los antibióticos, que representan el tratamiento principal para estas enfermedades treponémicas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la resistencia de las ITS al efecto de los antibióticos ha aumentado en los últimos años, razón por la que el organismo se ha visto obligado a modificar sus recomendaciones. La existencia y expansión de cepas multirresistentes podrían suponer un gran reto a la hora de frenar un aumento explosivo de casos.
En definitiva, la información ahora disponible sobre el origen de la sífilis es un gran paso adelante en la investigación científica para una mejor comprensión sobre su evolución y, que puede también ayudarnos a entender el avance de la enfermedad en el futuro y los factores sociales y biológicos que contribuyen a su expansión.