Mucho más que atracones y vómitos: de qué hablamos cuando hablamos de bulimia

Sí, afecta a la alimentación, pero es mucho más: se trata de un trastorno psicológico cada vez más frecuente y precoz

diciembre 28, 2023 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Es uno de los trastornos de la alimentación más frecuentes, junto con la anorexia. De hecho, afecta en torno a un 4% de la población, con más prevalencia en mujeres jóvenes e incluso niñas. Es posible que asocies la bulimia con los vómitos, pero va más allá. Te contamos todo para que la identifiques y sepas pedir ayuda, tanto si la estás viviendo tú como si crees que alguien cerca de ti puede estar pasando por esto. 

Qué es la bulimia

La bulimia, también conocida como bulimia nerviosa, es un trastorno que pertenece al grupo de los TCA (Trastornos de Conducta Alimentaria). Encabeza el ranking de los más comunes entre la población junto con la anorexia. De hecho, es muy común tener ambos al mismo tiempo. 

Según la Asociación TAC de Aragón, en España hay alrededor de 400.000 personas que padecen algún trastorno de la conducta alimentaria. La mayoría son mujeres y la edad es cada vez más temprana: ya existen casos por debajo de los 12 años.

Aunque solemos fijarnos en la relación con la comida, tenemos que dar un paso atrás para ser capaces de ver este tipo de trastornos con la perspectiva que merecen: un TCA es un trastorno mental que se refleja a través de un comportamiento patológico con la comida, el control del peso y la obsesión con la propia imagen, que a menudo se ve distorsionada. 

En el caso de la bulimia, se caracteriza por llevar a cabo una serie de comportamientos purgativos y no purgativos con el propio cuerpo cuya finalidad es evitar a toda costa el aumento de peso. Lo asociamos inmediatamente con los vómitos provocados, pero también se consideran conductas compensatorias el uso de laxantes o diuréticos o el ejercicio excesivo. El objetivo, en cualquier caso, es evitar la ganancia de peso.  

Causas de la bulimia

Siempre que hablamos de las causas que pueden provocar un TCA lo hacemos en términos multifactoriales. Es decir, no existe un único acontecimiento que lo desencadena, sino que puede ser una combinación de aspectos genéticos, psicológicos, familiares… Lo que sí es cierto es que suelen estar relacionados con baja autoestima, ansiedad, inestabilidad en las relaciones interpersonales y obsesión por la propia imagen (asociada a la delgadez) como forma de identidad y control.

Son muchas las personas que, cuando se ven incapaces de afrontar situaciones que están fuera de su alcance, “deciden” tomar cartas en aquello que piensan que sí pueden controlar: las calorías ingeridas, el peso, etc. 

Síntomas de la bulimia

Los síntomas de la bulimia pueden variar de una persona a otra e incluso en diferentes momentos para quien la sufre. Estos son algunos de los más comunes:

  • Atracones, normalmente a escondidas. Se consume una gran cantidad de alimentos en un corto periodo de tiempo de forma ansiosa. Pueden darse incluso varias veces al día.

  • A continuación, la sensación de culpa y rechazo lleva a tener comportamientos compensatorios, como provocarse el vómito, utilizar laxantes, enemas o diuréticos, o hacer ejercicio de manera excesiva.

  • Como consecuencia de estos comportamientos, es posible apreciar rotura de vasos sanguíneos en los ojos, mejillas hinchadas o garganta irritada, por el esfuerzo de vomitar de forma recurrente.

  • Variaciones de peso, que también pueden reflejarse en ciclos menstruales irregulares.

¿Cómo saber si tu amiga tiene bulimia?

No queremos jugar a los detectives con algo tan serio, pero es cierto que cuando pasas tiempo con alguien puedes ver ciertas señales que te hagan saltar las alarmas. Te animamos a que, de una manera respetuosa y discreta, te fijes en esto si crees que alguien a tu alrededor puede estar pasando por esto para poder ayudarle a salir de ahí. 

  • Las personas con bulimia pueden tener hábitos extraños a la hora de comer: te puede sorprender su gran apetito, pero también que juegue con la comida, que rechace ciertos grupos de alimentos, que cuente cantidades…

  • Observas que después de las comidas siempre va al baño y sospechas que lo hace para vomitar (quizá has escuchado algún ruido extraño, te das cuenta de que siempre se lava los dientes al salir, etc.).

  • Evita comer en público.

  • Te has dado cuenta de que pasa mucho tiempo haciendo ejercicio y que quizá se ha convertido en una obsesión que va más allá de mantenerse activa.

  • Largos periodos de ayuno.

  • Cambios en el estado de ánimo, variaciones del humor, ansiedad, depresión, obsesión por su apariencia, preocupación por el peso, la comida…

  • Has encontrado laxantes, diuréticos, pastillas para adelgazar o medicamentos para provocarse el vómito.

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Identificar un TCA es algo muy delicado, así como la manera de abordarlo: si este cuadro que hemos descrito te cuadra con alguien que tienes cerca, intenta hablar en confianza, con discreción, respeto, sutileza… para intentar que busque ayuda psicológica. Tu colaboración puede ser esencial para que dé el paso.

Tipos de bulimia: purgativa y no purgativa

Como has visto a través de los síntomas, la bulimia puede tener dos vertientes que se hacen llamar purgativa y no purgativa. 

  1. Hablamos de purgativa cuando la persona afectada come y trata de compensar esa ingesta con vómitos autoinducidos, uso de laxantes, diuréticos, enemas…

  2. Decimos que es una bulimia no purgativa cuando se recurre a ayuno o a ejercicio excesivo.

Qué enfermedades causa la bulimia

La bulimia puede tener consecuencias graves para la salud a corto y a largo plazo, tanto si es purgativa como si no. Algunas de las complicaciones médicas y riesgos físicos asociados con la bulimia incluyen:

  1. Ácido estomacal en el esófago causado por el vómito repetitivo.

  2. De hecho, tanto se puede erosionar esta parte del sistema digestivo que puede llegar a sufrir roturas.

  3. Caries y problemas dentales derivados de la exposición al ácido de los vómitos.

  4. Garganta inflamada.

  5. Desequilibrios electrolíticos, como niveles bajos de potasio o el sodio, que pueden resultar en problemas cardíacos peligrosos.

  6. El uso excesivo de enemas o laxantes puede llevar a problemas digestivos de todo tipo, desde estreñimiento hasta diarrea.

  7. Daños en el páncreas y los riñones.

  8. A nivel psicológico, la bulimia puede tener un impacto significativo en la salud mental, ya que provoca ansiedad, baja autoestima y depresión, además de los problemas de relación interpersonal de todo TCA.

  9. Trastornos del ciclo menstrual.

  10. Adicciones y comportamiento compulsivo.

Tratamiento de la bulimia

Un diagnóstico temprano aumenta las posibilidades de recuperarse, por eso es tan importante intentar detectarlo cuanto antes. El tratamiento dependerá de cada persona y del estado del trastorno, pero suele comenzar por una combinación de terapia psicológica y farmacológica. La primera trata el problema de raíz, es decir, aquellas causas mentales que se están reflejando en la relación con la comida. El uso de fármacos trata de regular esos comportamientos de purga. 

Después, o al tiempo, se suele recomendar el asesoramiento nutricional con enfoque TCA para que la persona interiorice hábitos de alimentación saludables que le alejen de conductas autolesivas. 

Muchas personas con TCA, así como sus familiares, acuden a grupos de apoyo: se sabe que compartir experiencias con otras pacientes en la misma situación ayuda a superar este trastorno.

Como en cualquier otro trastorno psicológico, la paciencia es clave: la recuperación no suele ser rápida, sino un proceso que requiere desenmarañar muchas cuestiones para lo que es fundamental contar con la comprensión de su entorno. En casos muy graves, se puede llegar a dar el ingreso hospitalario. 

¿Se puede prevenir la bulimia?

Esta es una pregunta muy complicada si tenemos en cuenta que el caldo de cultivo de los TCA es la propia sociedad en la que vivimos, obsesionada con la belleza asociada a unos cánones totalmente irreales, sobre todo para las mujeres. Podemos tratar de tener una actitud crítica con estos modelos estéticos, apostar por el bodypositive de verdad y poner nuestro granito de arena -por ridículo que parezca- en la aceptación de todos los tipos de cuerpos. 

Esto es especialmente importante en edades tempranas como la infancia y la adolescencia, cuando somos más permeables a estos estímulos. La prevención en la población de riesgo es esencial, pero no debemos ignorar el origen multifactorial de este tipo de trastornos.

Diferencia entre anorexia y bulimia

Te hemos comentado ya que las personas que sufren bulimia también pueden sufrir anorexia al mismo tiempo. La diferencia entre ambos está en la estrategia a seguir para controlar la ingesta. En el caso de la bulimia, sí existe ese impulso de comer de manera descontrolada (lo que hemos llamado atracones), seguido de un sentimiento intenso de culpa que lleva a conductas de purga, como el vómito.

El caso de la anorexia se centra más en la restricción de alimentos. Es por eso que puede que la bulimia pase más desapercibida: muchas personas que la tienen pueden presentar un comportamiento más o menos “normal” en la mesa, y luego “purgarse” en secreto. 

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Recuerda que el aspecto de una persona no define si tiene o no un TCA: no es necesario «estar en los huesos», ni todo lo contrario. Se trata de un trastorno mental que no tiene que ver con la corporalidad, sino con la propia percepción de la misma.

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