Diástasis abdominal: hablemos de esta consecuencia del embarazo que modifica nuestra figura (y mucho más)
La diástasis abdominal en el embarazo es la separación de ambos rectos abdominales por la línea alba. Descubre más sobre cómo tratarla.
La diástasis abdominal es un problema que se da con bastante frecuencia en mujeres que acaban de ser madres. En general, es difícil recuperar un vientre plano después de haber sido madre, pero cuando, pasado un tiempo de posparto, la diástasis no desaparece, conviene tomar medidas para evitar complicaciones más allá de la estética. Te explicamos cómo detectar una diastasis de los rectos abdominales y qué debes hacer para que todos vuelva a colocarse en su sitio tras el parto.
¿Qué es la diástasis abdominal en el embarazo y por qué se produce?
Normalmente, los músculos rectos del abdomen están unidos por la línea alba. Cuando el tejido conectivo de estos músculos se rompe, se produce la diástasis abdominal, que es la separación exagerada de los músculos rectos del abdomen. Para que podamos hablar de diástasis de los rectos abdominales, la separación debería ser de entre 2,5 y 3 cm.
La diástasis abdominal suele manifestarse hacia el final de la gestación, en el tercer trimestre de embarazo o en el posparto como consecuencia del estiramiento al que se someten los músculos del abdomen por el crecimiento del feto, pero hay mujeres que sufren este problema desde mucho antes.
La diástasis abdominal suele ser consecuencia del embarazo y el parto, sobre todo en caso de embarazos gemelares o múltiples, pero también puede producirse por causas como la obesidad, un sobreesfuerzo o algún traumatismo puntual en la zona abdominal.
No se trata de un problema doloroso, aunque a veces puede resultar molesto, pero es conveniente prestarle atención porque, más allá de la estética, una diástasis abdominal no tratada podría traer problemas en el futuro, sobre todo a lo que al suelo pélvico se refiere.
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¿Cómo detectar una diástasis abdominal en el embarazo?
El primer síntoma físico que hace saltar las alarmas de que se ha producido una diástasis abdominal es la flacidez o falta de tono en el abdomen. Pero no todas las mujeres que tienen esa zona muy blanda después del parto padecen diástasis abdominal. Te explicamos cómo identificarla porque no siempre es fácil.
Tienes diástasis abdominal si:
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Tu abdomen está flácido y ha cambiado de forma, sobre todo en la zona entre el ombligo y la pelvis.
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En la zona más baja del abdomen tienes un bulto o un hueco que antes no existía.
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Tumbada boca arriba, intentas hacer un abdominal y la zona central de tu tripa adquiere la forma de un lomo de delfín o tienda de campaña.
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Tienes dolores abdominales o pesadez sin haber realizado ningún esfuerzo con los músculos de esa zona.
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Por más que adelgaces en el posparto, tu abdomen sigue siendo más protuberante de lo normal.
Lo normal es que, después de un parto, sobre todo cuando hablamos de embarazos gemelares o embarazos múltiples, nuestro cuerpo se recomponga por sí solo, incluso cuando se ha producido una pequeña diástasis en los músculos rectos del abdomen, pero si, pasado un tiempo, la diástasis no mejora, es importante identificar el problema y ponerse manos a la obra para corregirlo.
¿Cuáles son los riesgos de padecer diastasis de los músculos rectos del abdomen?
Para algunas mujeres, la diástasis abdominal podría traducirse en problemas emocionales por no identificarse con su cuerpo y desarrollar complejos. Sin embargo, como hemos comentado, la diástasis abdominal posparto no es solo cuestión de estética, es un problema que, de complicarse, podría traer consigo algunas complicaciones físicas como:
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Molestias de espalda
La falta de tensión en los músculos rectos abdominales puede provocar problemas de estabilización de la columna, hernias en las vísceras del abdomen y molestias en la zona lumbar.
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Suelo pélvico
La diástasis abdominal afecta al suelo pélvico y un suelo pélvico demasiado débil podría ser el origen de problemáticas como las pérdidas de orina, el dolor pélvico, caída o prolapso en los genitales o algunos problemas a la hora de mantener relaciones sexuales.
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Problemas digestivos
Producción de gases, digestiones complicadas o estreñimiento.
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¿Cómo se soluciona la diástasis abdominal?
Lo primero que deberías tener en cuenta si tienes una diástasis abdominal es que no deberías tratarla por tu cuenta. Es imprescindible que acudas en primer lugar a tu médico especialista en ginecología o a tu matrona para que te confirme el diagnóstico y pueda indicarte el tratamiento que deberías seguir en tu caso concreto o sugerirte a qué especialista deberías acudir.
¿Cuáles son las alternativas para mejorar la diástasis abdominal?
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Fisioterapia
Aunque depende del tipo de diástasis que hayas desarrollado, lo habitual es que te pongas en manos de una fisioterapeuta rehabilitadora o una fisioterapeuta especialista en suelo pélvico para recuperar, poco a poco, la zona afectada mediante ejercicios específicos.
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Ejercicio
Cuidado porque no todos los ejercicios son recomendables para solucionar el problema de los músculos rectos abdominales, de hecho, muchos movimientos podrían empeorarlo notablemente, como los ejercicios abdominales y oblicuos. La gimnasia hipopresiva (con supervisión) es muy recomendable en estos casos y también los ejercicios de Kegel.
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Uso de faja
El uso de faja para sujetar bien la zona y que no se distienda más podría ser una buena opción en algunos casos, pero no valen todos los tipos de faja. Como siempre, deja que sea un especialista el que te recomiende su uso adecuado.
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Operación quirúrgica
Algunos casos concretos de diástasis abdominal requieren de una cirugía para solucionarse, pero son los menos. Casi siempre, tu especialista te recomendará tratar de solucionar el problema antes de recurrir al quirófano.
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Atención a los gestos rutinarios
En el día a día, trata de no hacer demasiados esfuerzos ni levantar pesos porque la diástasis abdominal podría ir a peor. También deberías prestar especial cuidado a la forma en que te incorporas de la cama o a cómo te agachas para no forzar la zona abdominal.
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En el ámbito emocional
Puede que para ti el principal problema de la diástasis sea estético. A veces, cuando surge un problema de este tipo, podemos tender a obsesionarnos y convertirlo en un complejo serio. Pide ayuda de un psicólogo que pueda acompañarte y ayudarte a solucionar este trance emocional mientras te recuperas físicamente.