Lubricante, el aliado de las relaciones sexuales placenteras: cómo elegir el tuyo
Te invitamos a descubrir los lubricantes, nuestros grandes aliados para conseguir relaciones sexuales 100% placenteras y 0% dolorosas
La humedad de la zona íntima puede variar por muchos motivos a lo largo de nuestra vida e incluso de nuestro ciclo menstrual. Los cambios hormonales que se dan en las diferentes etapas, durante el embarazo, la lactancia o la menopausia, así como la toma de algunos medicamentos, pueden provocar sequedad vaginal y convertir las relaciones sexuales -ya sean vaginales, anales u orales- en algo no tan placentero como nos gustaría.
Para hacer frente a esa sequedad, el lubricante será nuestro gran aliado. Y, aunque muchas estamos acostumbradas a utilizarlos, ¿tenemos claro qué es un lubricante? Vamos a descubrirlo. ¡Ah! Y, si aún sigues pensando que los lubricantes son “solo” un elemento de juego en las relaciones sexuales, sigue leyendo y verás cómo su uso puede ayudarte a recuperar el placer perdido tanto sola como en compañía.
Tipos de lubricante: cómo elegir el lubricante ideal
Para responder a la pregunta de qué es un lubricante, tenemos que poner el foco en su propósito. La función de un lubricante es simular ese flujo vaginal -si aún te preguntas qué significa el flujo marrón o el flujo blanco, te lo contamos en Bloom– que permite que todo fluya tanto en las relaciones sexuales como en la masturbación femenina.
Los lubricantes también se utilizan para el sexo anal, ya que esta zona no tiene lubricación por sí misma, o para dar masajes.
Un lubricante puede acompañar y mejorar cualquier práctica sexual independientemente de nuestra lubricación natural, pero, ojo, tenemos que saber bien cuál es el que nos viene mejor en cada momento.
Además de tener claro qué es un lubricante, es importante saber que hay varias clases. Actualmente se comercializan tres grandes tipos, de agua, de silicona y de aceite. Y, con esas bases, hay un gran abanico de opciones de sabores, aromas, efecto frío o calor… ¿Ready para experimentar?
Lubricantes con base acuosa
Son ligeros, de fácil absorción y menos “pegajosos”. Son perfectamente compatibles con el uso de preservativos y los más amables con los espermatozoides si estamos buscando el embarazo, ya que no interfieren en su movilidad.
Lo mejor: son la opción ideal para casos de sequedad vaginal y los más respetuosos con nuestra flora vaginal y anal.
Cuidado con: se evaporan fácilmente, por lo que hay que usar más cantidad o reaplicar a demanda, y no son recomendables para sexo en la ducha.
Lubricantes de silicona
Su textura, al contrario de los lubricantes con base de agua, es muy densa, por lo que son la mejor alternativa para el sexo anal o en el agua, ya que no se absorben tan rápidamente. Son, también, totalmente compatibles con condones y látex.
Lo mejor: su efecto más duradero. Un lubricante de silicona es el mejor aliado para sesiones largas.
Cuidado con: utilizarlo con algunos juguetes sexuales. Tampoco son los más indicados para la sequedad vaginal propia de la menopausia.
Lubricantes oleosos
Son más grasos, pero también más duraderos y de lenta evaporación.
Lo mejor: son los compañeros ideales de los masajes sensuales y los juguetes sexuales.
Cuidado con: son incompatibles con el látex. Pueden dañar su estructura e incluso romper un preservativo o un anillo vaginal, por ejemplo. Además, pueden provocar irritaciones vaginales, por lo que en las relaciones coitales (especialmente, si no quieres quedarte embarazada) es mejor optar por otro tipo de lubricante.
Cómo usar el lubricante
Ahora que sabemos qué es un lubricante y qué tipos hay, pasamos al siguiente punto: cómo se emplea. La primera vez que usamos un lubricante, conviene ir con cierto cuidado para ver cómo reacciona nuestra piel. Puedes hacer una pequeña prueba en la muñeca para comprobar si hay alguna reacción inesperada. Una vez confirmado que sois compatibles, las reglas las pones tú. No hay una manera incorrecta de utilizar un lubricante.
Lo ideal es comenzar aplicando una pequeña cantidad sobre la piel, el juguete o el preservativo -según lo que tengas previsto en tu agenda sexual- e ir aumentando la cantidad a demanda, según pidan tu cuerpo y la situación.
El mejor lubricante en la menopausia
Como ya hemos visto antes, los lubricantes más friendly con nuestra zona íntima, especialmente en casos de sequedad vaginal, son los que tienen una base de agua.
Durante la menopausia, cuando nuestros estrógenos empiezan a brillar por su ausencia, son sin duda la mejor opción para mantener la hidratación y evitar picor vulva y ano y molestias. Con esta base, puedes encontrar lubricantes fabricados con ingredientes 100% naturales que ayudan a equilibrar el pH y aportar suavidad durante las relaciones sexuales. ¡A disfrutar!