Guía para entender qué tratamientos de fertilidad cubre la Seguridad Social española
Te contamos paso a paso el proceso de los tratamientos de fertilidad que cubre la Seguridad Social española: Requisitos, excepciones y plazos ¡Infórmate!
Las técnicas de reproducción asistida son una puerta abierta a la esperanza para millones de parejas que tienen problemas de fertilidad y para mujeres que no cuentan con una “pareja estándar” pero no quieren renunciar a ser madres. Evidentemente, no todo el mundo puede permitirse (o quiere) acceder a un tratamiento de reproducción asistida en una clínica privada porque su coste es muy elevado y por eso la Seguridad Social cubre algunos de estos tratamientos, lo cual es una buena noticia. Ahora bien, hay que cumplir unos requisitos, las listas de espera son largas y tus posibilidades de ser madre dependerán en parte de la Comunidad Autónoma en la que vivas porque, incomprensiblemente, casi todo lo que tiene que ver con la sanidad pública en España, se rige por las normas que impone cada Comunidad y no son iguales para todos.
Reproducción asistida en España
Actualmente en España, una de cada seis parejas no puede tener hijos de forma natural y se ve obligada a recurrir a técnicas de reproducción asistida. Las causas fundamentales de estos problemas galopantes de infertilidad son el estrés y el ritmo de vida demasiado acelerado y la edad a la que se decide ser madre, que cada vez se retrasa más. Además no deja de crecer el número de personas trans, parejas homosexuales y de mujeres que deciden ser madres sin la necesidad de un varón, y eso significa que la demanda de las técnicas de reproducción asistida es cada vez es más grande.
En nuestro país existen muchísimos centros privados de reproducción asistida que cumplen con todas las garantías y que ofrecen tratamientos revolucionarios, pero su precio oscila entre 3.000 y 5.000€, (más la medicación, que es imprescindible), y ese coste resulta demasiado elevado para casi todo el mundo. Ante la caída bestial del índice de natalidad en las últimas décadas y ante la problemática de las mujeres en edad fértil hoy día, la sanidad pública española se ha visto obligada a ponerse las pilas y ofrecer soluciones reales, por eso cada vez más mujeres pueden someterse a tratamientos de reproducción asistida por la Sistema Nacional de Salud a costes muy bajos y con tasas de éxito muy esperanzadoras.
Aún así, las mujeres que quieren someterse a un tratamiento de fertilidad en la Seguridad Social, se encuentran con muchos obstáculos que sortear, el más importante es que cada Comunidad Autónoma dicta sus normas y no es lo mismo vivir en Málaga que en Madrid si quieres ser madre en España. Los requisitos para optar al tratamiento cambian en cada Comunidad, pero también el número de intentos a los que podrás someterte, el coste del tratamiento o el tipo específico de técnica que se emplea. Así que el consejo más válido que puedo darte, querida Bloomer, es que consultes muy bien qué condiciones son las que rigen en tu Comunidad Autónoma antes de solicitar la cita en la Seguridad Social para estar bien informada de lo que te espera. En el caso de que en tu ciudad o provincia no haya centros públicos adaptados para realizar estos tratamientos, te derivarán al centro de reproducción más cercano a donde vivas.
Los requisitos para optar al tratamiento cambian en cada Comunidad, pero también el número de intentos a los que podrás someterte, el coste del tratamiento o el tipo específico de técnica que se emplea.
Para conocer una experiencia de tratamientos de fertilidad en primera persona, escucha el capítulo de Escuela de Calor, el podcast de Bloom, con Lyona.
Requisitos para acceder a un tratamiento de reproducción asistida en la Seguridad Social española
- Condición: Hasta hace pocos meses, esta opción no era posible para todo el mundo y en todas partes. Afortunadamente, hoy la reproducción asistida es posible en la sanidad pública también para mujeres sin pareja masculina: madres solteras, lesbianas y personas trans y todas las Comunidades ofrecen esta opción de una u otra forma.
- Edad: Según la regla estatal, en nuestro país el límite de edad antes de iniciar el tratamiento está en 40 años en mujeres y en 55 en hombres. Sin embargo, esta regla tiene muchas aristas porque depende de si el semen que se emplea proviene de la pareja o de un donante y, sobre todo, porque cada Comunidad Autónoma interpreta y adapta la ley a su manera.
- Estado de salud: Aparte de la reserva ovárica y la calidad del semen, en el estudio previo se analizan otros aspectos de tu salud como la calidad de las trompas o si el embarazo pudiera ser peligroso para tu salud o la del bebé. Además, para entrar en el programa, es una condición imprescindible no haberse sometido a una esterilización de forma voluntaria. En algunas comunidades además se estudia el estado físico de la mujer muy a fondo e incluso un índice de masa corporal demasiado alto podría excluirte de entrar en el programa.
- ¿Y si ya tienes un hijo?: Pues resulta que si ya tienes un hijo y éste no tiene ningún problema de salud, no podrás beneficiarte de la Seguridad Social para ser madre de nuevo.
Reproducción asistida y Seguridad Social. ¿Qué cubre exactamente?
Como hemos dicho, en temas de reproducción asistida pública en nuestro país, no se puede generalizar. No todos los centros están preparados de la misma manera y no todas las Comunidades tienen las mismas normas. Aún así, lo normal es que puedas acceder a estos tratamientos (y a sus respectivos sistemas de medicación) según el que más se adapte a tus necesidades:
- Inseminación artificial (con semen de la pareja o de un donante).
- Fecundación in vitro
- Preservación de la fertilidad (congelación de óvulos y esperma en pacientes de cáncer)
- Diagnóstico genético preimplantacional
- Ovodonación
Todos estos tratamientos son a priori gratuitos en la sanidad pública pero en muchas comunidades, la medicación para preparar el tratamiento (estimulación ovárica) requiere un copago y también hay excepciones en el caso de que necesites un donante de esperma o de óvulos, porque hay comunidades que consideran los bancos de donación un gasto privado que deberás asumir por tu cuenta. Otra vez tu suerte depende de dónde se encuentre tu lugar de residencia.
¿Cuántas veces puedo intentarlo?
Pues depende del tratamiento al que te sometas y también de la Comunidad en la que vivas, porque, una vez más, hay muchas interpretaciones de la norma. En términos generales, la Seguridad Social cubre tres intentos de fecundación in vitro (FIV) y cuatro intentos de inseminación artificial, pero si el semen proviene de un donante, el número de intentos permitidos se puede ampliar a seis.
La peor parte es que, hay centros en los que, si falla un ciclo, vuelves a la casilla de salida y tienes que empezar de nuevo.
¿Y qué pasa con las listas de espera?
Muchas mujeres tienen la suerte de cumplir con todos los requisitos para someterse a un tratamiento de reproducción asistida en la sanidad pública, y sin embargo terminan tirando la toalla por culpa de las listas de espera. Y es que, el tiempo que puede demorarse en empezar el tratamiento en algunos centros puede ser demasiado largo (incluso más de 20 meses), especialmente para quienes están cerca de cumplir la edad máxima permitida por la Seguridad Social española. Por suerte, hay hospitales que establecen listas prioritarias para mujeres que tienen problemas como endometriosis o reservas ováricas demasiado bajas y en Madrid actualmente se ha establecido una lista de espera única para todos los hospitales por lo que se agilizarán los procesos.
Como te he contado, las listas de espera varían según la comunidad y según el hospital pero, en general, el tiempo indeterminado de espera es el mayor inconveniente al que se tienen que enfrentar muchas mujeres en España. En este punto, es importante aclarar que la problemática de las listas de espera largas no afectan tanto a la inseminación artificial como a los tratamientos de fecundación in vitro (FIV). El proceso de inseminación artificial es mucho más ágil en todas las Comunidades, de hecho, en algunos centros ni siquiera existen las listas de espera.