Anatomía

Zoom a la anatomía femenina

El conocimiento del cuerpo es fundamental para amarlo y cuidarlo como se merece. Aceptar el cuerpo tal y como es, entender y normalizar ciertos aspectos que siempre han sido tabú en la sociedad (desde los pelos enquistados hasta los granitos, la celulitis, los pezones invertidos…) es el primer paso hacia esa aceptación tan importante para que cada persona se sienta bien consigo misma.

Pero, además, el conocimiento es poder. Entender cuáles son los procesos normales del cuerpo, qué se puede hacer mejor y cómo se puede influir positivamente sobre la salud es casi una garantía para una vida larga, plena y feliz. 

En cada momento de la vida, las preocupaciones e intereses sobre la anatomía pueden ser diferentes. Y aunque cada cuerpo es diferente, hay muchas cosas en común que pueden ser útiles para todas.

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Conoce tu vulva

La vulva es la parte externa de los genitales femeninos externos. Hay que diferenciarla de la vagina, que es una de las partes internas de dichos genitales. En cada persona puede ser diferente, tanto en forma como en coloración. Se suele decir que no existen dos vulvas idénticas. Y es cierto.

La función de la vulva es proteger a la parte interior del órgano sexual femenino de la entrada de posibles infecciones o bacterias, además de facilitar las relaciones sexuales y la entrada de los espermatozoides a la vagina. 

Si ponemos el zoom en ella, encontramos varias partes en la vulva:

• Monte de venus: es la zona que se ubica debajo del ombligo, con forma triangular y que se cubre de vello púbico. Su función es proteger el hueso púbico.
• Clítoris: el clítoris, a su vez, está formado en su parte externa por el capuchón y el glande. Es una zona muy sensible, con muchas terminaciones nerviosas, destinada al placer.
• Labios vaginales: son pliegues que protegen la zona vaginal y la uretra. Se dividen a su vez en labios mayores y labios menores.
• Uretra: en la vulva también se encuentra el orificio de la uretra, es por donde se hace pis y está conectada con la vejiga.
• Entrada vaginal: es la abertura que “conecta” la vagina con el mundo exterior. Su función es facilitar las relaciones sexuales, expulsar la menstruación y también es el lugar por el que salen los bebés al mundo.

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¿Qué significa el flujo?

El flujo es un líquido que sale de la vagina y está formado por diferentes elementos: moco cervical, células de la vagina, agua, entre otros. Tiene varias funciones, entre ellas, facilitar la penetración, proteger la zona genital de infecciones y mantener la vagina limpia. 

Según el momento del ciclo menstrual, el flujo puede cambiar de textura, olor o incluso color. Es normal tener el flujo transparente o blanquecino, incluso con un tono un poco rosado o un poquito marrón, que sea más abundante o más escaso según el día del mes, pero si huele muy mal, si tiene un tono verdoso o si va acompañado de dolor abdominal (sin estar ovulando o en los días previos a la regla) sería interesante consultar con un profesional de la salud.

Además, el pH del flujo vaginal puede ser algo ácido y no es malo, al contrario, ayuda a lograr el embarazo o proteger contra infecciones. El único punto en contra es que esta acidez puede estropear la ropa interior, coloreándola de amarillo o incluso haciéndole agujeros. Es lo que se conoce popularmente como “flujo vaginal caníbal”.

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Hablemos sobre el clítorís

Una de las partes más fascinantes de la anatomía femenina es el clítoris. Lo que se ve por fuera solo es la punta del iceberg. El clítoris es el único órgano femenino destinado al placer, un punto erógeno desconocido con más de 8.000 terminaciones nerviosas.

Se localiza encima de la uretra, en la parte superior de la vulva y está protegido por los labios mayores y menores. Desde fuera, se ve el glande y el capuchón del clítoris, pero en realidad en el interior se “esconde” el 80% de este órgano, que es mucho  más grande de lo que parece.

Su nombre viene del griego kleitorís, un denominación griega cuyo significado es “pequeña montaña”. Otra curiosidad es que puede tener erecciones, de hecho, con la excitación se hincha. No es su única similitud con el pene: pocas personas saben que hasta la octava semana de gestación su desarrollo es análogo y hasta que no se activa el cromosoma Y no se desarrolla el pene o el clítoris.

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¿Cómo funciona nuestro sistema reproductivo?

El sistema reproductivo femenino es el encargado de preparar al cuerpo para el embarazo, facilitar la concepción y llevar a término el embarazo. 

El aparato reproductor femenino está formado por la vulva (monte de venus, clítoris, uretra, labios genitales y entrada vaginal). La vagina es un tubo muscular que conecta con el útero y el cuello del útero. A su vez, en la parte superior del útero están las trompas de Falopio, que conectan con los ovarios, donde se producen los óvulos.

El sistema reproductivo está marcado por el ciclo menstrual. Explicado de un modo muy básico, se puede resumir en que durante la ovulación el ovario libera el óvulo y, si es fecundado por un espermatozoide, se produce la fecundación.

La dificultad para lograr el embarazo puede tener entre sus causas ciertos problemas estructurales en el sistema reproductivo, como la presencia de tejido anormal en las trompas de Falopio o el útero, además de problemas hormonales, entre otros.

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Conoce tu vagina

La vagina es un órgano con forma de tubo muscular que conecta el útero con la vulva, es decir, con el exterior del cuerpo. Facilita la penetración, expulsa la sangre de la menstruación y tiene un papel fundamental durante el parto.

Normalmente, la vagina de una mujer adulta mide entre 8 y 12 centímetros, pero gracias a su gran elasticidad se puede contraer o expandir. La lubricación es muy importante para facilitar las relaciones sexuales, pero también para protegerla de infecciones. 

La vagina puede experimentar ciertos problemas, como las contracturas vaginales o la agenesia vaginal. Además, también está relacionada con algunas infecciones, como la candidiasis.

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¿Cómo aceptar y disfrutar del cuerpo?

La aceptación de la anatomía femenina es muy importante y tiene un alto impacto sobre la salud mental. Existe mucho tabú en torno al cuerpo, especialmente al cuerpo femenino, pero es muy importante aceptarlo y disfrutar de él. 

Es normal tener pelos en los pezones, que los muslos rocen al andar o que salgan granitos en la espalda o el pecho. Las estrías, la celulitis o comprender que hay tantos tipos de tetas, pezones y vulvas como mujeres existen en el mundo, es fundamental para ese camino hacia la aceptación y, por tanto, hacia la felicidad.

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